Madrid se ha convertido en capital de la sostenibilidad esta primavera. MadBlue, el mayor evento de Europa sobre la sostenibilidad y los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, es un festival que —a través de conferencias, talleres, arte, deporte y música, además de muchas ideas— ayuda a impulsar la economía de las regiones mediante la innovación. El objetivo final es conseguir un desarrollo sostenible, ciudades inteligentes, economía circular y ecología e inversiones en nuevas tecnologías.
El festival MadBlue organizó la mesa redonda La industria financiera, modelos responsables de impacto social, medioambiental y cogobernanza, que moderó Fernando Cabello Astolfi –CEO de Devengo– y en la que participaron Elena Guanter Ros, Head of Client Relations Iberia & Head of Development LATAM de CANDRIAM; Belén Blanco, Global Head de BBVA Quality Funds; y Ana Rivero Fernández, Global Head of Investment Content and ESG en Santander Asset Management.
Un festival para la sostenibilidad
MadBlue es un proyecto estratégico de recuperación de la economía a través de la inversión en soluciones y tecnologías orientadas a la sostenibilidad que impulsa el emprendedor Luis Prieto. El festival continuará hasta el verano con las instalaciones gigantes de Isidro Blasco, Amparo Sard o Laura González Gabrera –repartidas por la ciudad– y la intervención en la fachada de La Casa Encendida de Nuria Mora, la exposición colectiva El crimen perfecto en la sala de bóvedas del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, con obras de destacados artistas.
“Hay una oportunidad para que Madrid sea reconocida internacionalmente como la ciudad de la sostenibilidad. Otras capitales europeas tienen su semana del diseño o de la moda, nosotros tendremos el festival sobre al nuevo mundo que tenemos que crear. Tenemos que ser capaces de atraer, reunir y retener el talento en Madrid para que la ciudad sea un punto de encuentro del pensamiento y la acción. Este es nuestro año cero”, declaró Luis Prieto, CEO y fundador de MadBlue.
Anotó que la iniciativa se ha podido concretar gracias al apoyo de las tres administraciones (Estado, autonomía y ayuntamiento) y de firmas como Candriam, un gestor global de multiactivos, que se centra en la inversión sostenible y responsable, colabora con el festival MadBlue y muestra cómo la industria financiera puede potenciar la economía sostenible.
La inversión en desarrollo sostenible es responsabilidad y rentabilidad
“Potenciar la economía sostenible reviste muchísima importancia. Los objetivos de Candriam como gestora de inversión están totalmente alineados con los de MadBlue, un proyecto que para nosotros es esencial en la inversión y en el desarrollo de la sociedad y de la economía”, señala Elena Guanter Ros.
Explica que Candriam, como gestora de fondos, tiene integrados todos los criterios de desarrollo sostenible. “Al invertir en las empresas identificamos muy bien si están aportando los datos correctos –a nivel de medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza– para considerarlas empresas socialmente responsables. Y que, además, tendrá una rentabilidad a corto, medio y largo plazo lo suficientemente interesante como para que sean incorporadas a nuestros fondos de inversión”, agregó.
Guanter Ros señaló “como gestora de inversión Candriam estima que la inversión socialmente responsable está siendo muy relevante y que lo seguirá siendo en los próximos años. “Tanto por su fuerza social como por la rentabilidad que aporta a nuestros inversores”, subrayó.
Candriam, que significa Conviction and Responsibility in Asset Management, es una sociedad de gestión de activos europea multiespecialista, pionera y líder en inversión sostenible. Gestiona un patrimonio de unos 140.000 millones de euros con un equipo de más de 600 profesionales de alto desempeño. Cuenta con centros de gestión en Luxemburgo, Bruselas, París y Londres. Atiende clientes en más de 20 países y 4 continentes. Candriam ofrece oportunidades innovadoras y diversificadas de inversión en renta fija, renta variable, estrategias de rentabilidad absoluta y asignación de activos. Es una compañía New York Life Investments, clasificada entre las mayores gestoras de activos del mundo.
El mundo financiero está en el centro de todo
En la mesa redonda, las ponentes se refirieron al impacto de la industria financiera en el desarrollo sostenible. Belén Blanco, de Global Head de BBVA Quality Funds, apuntó que con la sostenibilidad tenemos la oportunidad de actuar como catalizadores del cambio. “Tenemos la responsabilidad de financiar los proyectos de transformación hacia un mundo más sostenible y más inclusivo y también asesorar a nuestros clientes a invertir en compañías que estén apostando por la sostenibilidad”, destacó.
En cuanto a la responsabilidad en el contexto de la industria financiera, Ana Rivero Fernández, de Santander Asset Management, señaló que “el mundo financiero está en el centro de todo”.
“Hay que invertir y financiar. Y la capacidad de distribuir el dinero de los ahorradores a proyectos la tiene el sector financiero. Es ahí donde descansa la responsabilidad de hacerlo de correctamente. Los fondos de inversión facilitan que el público en general pueda participar con pequeñas cantidades en esos vehículos de inversión y sean parte de la financiación el desarrollo sostenible. No tiene que ser través de las grandes cifras de la macroeconomía. Cualquier persona con un pequeño ahorro puede invertir en un fondo que favorezca el desarrollo sostenible. Esa es la principal responsabilidad que tienen los fondos de inversión. Dar al público la posibilidad de invertir ahí y explicárselo muy bien”, manifestó.
Al contrastar los nuevos modelos responsables de impacto social, medioambiental y de gobernanza con los antiguos, Elena Guanter Ros indicó que la clave es incluir criterios socialmente responsables en la toma de decisiones, tanto de inversión como de gestión de una empresa.
Reducir los riesgo de inversión cuidando el ambiente
“Hubo un modelo antiguo que solo tomaba en cuenta los datos financieros, de crecimiento, de endeudamiento, de ventas. Ahora se incorporan otros criterios: ¿Cómo cuida la empresa a los empleados, a los proveedores, a los clientes? ¿Cómo se engloba dentro de una comunidad y cuál es su comportamiento en término de derechos o de corrupción? Y, sobre todo, la parte medioambiental: ¿Cuánto contamina? ¿Su objetivo es tener un desarrollo sostenible? Cuando incorporamos criterios no financieros provocamos que las empresas sean más responsables y reducimos los riesgos de la inversión”, explica.
Pone como ejemplo a una empresa que hace una explotación minera con unas ventas y producción muy altas, que como no atiende las medidas de seguridad o el medioambiente tiene un alto riesgo de que haya un accidente o un vertido que afectará el precio de la empresa.
“Incorporando estos criterios de responsabilidad buscamos rentabilidad, pero sobre todo limitar los riesgos, disminuirlos”, concluyó
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