La virulencia con la que el SARS-CoV-2 ataca el organismo ha descendido. Los pacientes que ahora llegan al Hospital San Raffaele de Milán lo hacen con una menor carga viral, pero eso no significa que el virus haya desaparecido.
De acuerdo con Massimo Clementi, director del laboratorio de microbiología y virología, la carga viral con la que llegan los pacientes es sustancialmente menor en comparación con los ingresos en marzo, uno de los meses más críticos de Europa.
«El cuadro clínico ha cambiado y, en particular, los casos graves que vimos tanto al comienzo de esta pandemia han ido disminuyendo. Ya no recibimos a pacientes que deben ser transferidos inmediatamente a la UCI y someterse a respiración asistida».
Cuenta que la pérdida de virulencia del SARS-CoV-2 no solo se ha observado en Italia, sino también en otros países como los Estados Unidos o España.
“Lo interesante es que incluso en Florida, donde las medidas de aislamiento social han sido mucho más leves que en España e Italia, están observando la misma tendencia. Alguien dijo que era como si este virus hubiera envejecido».
De la detección temprana a la virulencia del SARS-CoV-2
El mes pasado, científicos de la Universidad de Arizona secuenciaron el genoma del SARS-CoV-2 y descubrieron que algunos especímenes habían perdido 81 nucleótidos. Esa pérdida de material genético les impediría ser más eficientes para infectar a los seres humanos. Sin embargo, también aclararon que eso apenas representaba el 0,5% de los 16.000 genomas de coronavirus que se han secuenciado hasta la fecha.
Tal vez factores como la detección más temprana del SARS-CoV-2, las medidas de higiene, el distanciamiento social y el manejo más claro de los protocolos han incidido en que los pacientes ingresen con una menor carga viral, lo que hace que la capacidad de infectar sea menor.
A medida que en el mundo se amplían las pruebas, también se eleva la probabilidad de que se identifiquen infecciones asintomáticas y leves que antes no se habrían detectado, pero, de acuerdo con Oscar MacLean, del Centro de Investigación de Virus MRC-Universidad de Glasgow, no se debe confundir esto con “un debilitamiento del virus”.
Un segundo pico o una segunda ola
El hecho de que esté en una fase de contención, como la califica Clementi, no puede llevarnos a bajar la guardia. Y es precisamente ese el elemento que se debe rescatar, porque varios son los científicos que han señalado la posibilidad de un rebrote dentro de los próximos meses.
“No deberíamos descartar una segunda ola epidémica a finales de este año”, señaló Francois Balloux, profesor de biología y sistemas computacionales, y director del Instituto de Genética de la University College de Londres.
La Organización Mundial de la Salud ha advertido que no se debe acelerar la desescalada, pues los países donde está descendiendo el número de contagiados, como ocurre en Europa, podrían enfrentar un segundo pico.
Mantener medidas sociales y de salud pública
Mike Ryan, jefe de emergencias de la OMS, dijo que mientras los casos disminuyen en algunas latitudes, aumentan en América Central, Sudamérica, en África o en Asia.
Dijo que en muchos países se puede dar dentro de unos meses una segunda ola, pero también hay que ser conscientes de que la enfermedad puede resurgir en cualquier momento: “No podemos hacer suposiciones de que solo, porque la enfermedad está remitiendo, va a seguir siendo así y faltan meses para una segunda ola. Podría producirse un segundo pico en esta primera ola».
Para el especialista de la OMS, tanto en Europa como en América del Norte deben continuar con las medidas sociales y de salud pública como el uso de las mascarillas, de higiene sanitaria y de distanciamiento entre las personas. También con la vigilancia de los casos y la realización de las pruebas de detección.
“Y una estrategia integral para garantizar que continuemos en una trayectoria descendente y no tengamos una inmediata segundo pico «.
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