El Salvador se ha adentrado en los últimos días en una crisis política sin precedentes que tiene como telón de fondo la nueva estrategia del presidente Nayib Bukele para combatir a las pandillas o «maras».
Estas bandas criminales son el principal flagelo de la nación centroamericana.
El desencadenante es el crédito de 109 millones de dólares que el Estado necesita solicitar al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Con ese dinero se financiaría la Fase III del Plan de Control Territorial para «modernizar» las fuerzas de seguridad.
El BCIE aprobó la ejecución de este dinero entre 2019 y 2021, si bien aún es necesario que la Asamblea Legislativa de El Salvador ratifique los contratos.
El Parlamento reaccionó el pasado viernes rechazando por 64 votos frente a tres y una abstención la sesión extraordinaria.
Argumentaron que «no basta la simple invocación de la seguridad nacional» para activar el artículo 167.7, «que debe utilizarse de modo excepcional» por «reales circunstancias fácticas».
Hacemos del conocimiento de la población: pic.twitter.com/wScINlODR7
— Casa Presidencial (@PresidenciaSV) February 10, 2020
La reacción de Bukele a la crisis política
El enfrentamiento de Nayib Bukele, de 38 años, con el resto de poderes del Estado, se dio a conocer este domingo por las redes sociales y mostró un rostro que muchos calificaron de «autoritario».
El mandatario irrumpió en el Legislativo, acompañado de un grupo de soldados, e invocó el el artículo 87 de la Constitución salvadoreña.
«Se reconoce el derecho del pueblo a la insurrección, para el solo objeto de restablecer el orden constitucional alterado por la transgresión de las normas relativas a la forma de gobierno o al sistema político establecidos, o por graves violaciones a los derechos consagrados en esta Constitución».
Bukele, que no cuenta con un solo diputado, se sentó en la silla del presidente del Congreso y ordenó el inicio de la sesión, amparado, dijo, por un derecho divino.
Más tarde, desde la calle, ante miles de seguidores —50.000 según el mandatario y 5.000 según la prensa independiente— habló de “insurrección” y dio la semana de plazo.
La oposición exige la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) para frenar lo que ha considerado un “autogolpe de Estado”.
«Si yo fuera un dictador o alguien que no respeta la democracia, ahora hubiera tomado el control de todo. Según las encuestas, el 90% del pueblo nos apoya», se defendió Bukele.
El artículo 167, numeral 7 de nuestra Constitución es claro y no autoriza a los diputados a agregarle o quitarle palabras.
Están obligados constitucionalmente a asistir a la sesión extraordinaria.
Si alguien rompe el orden constitucional, el pueblo tiene el artículo 87.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) February 7, 2020
La oposición amenaza a Bukele
El partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador solicitó este lunes un antejuicio contra el presidente por «llamar a la sedición».
Voceros del movimiento izquierdista esperan que el fiscal general Raúl Melara transmita esta solicitud a la Asamblea, para que decida si procede.
Esta iniciativa responde a las recientes alusiones de Bukele al artículo 87 de la Constitución de la República, el cual reconoce el derecho ciudadano a la insurrección.
La denuncia fue interpuesta en medio de críticas nacionales e internacionales a la ocupación militar de la Asamblea el domingo, en la que el mandatario dio un ultimátum al Parlamento.
Hemos tomado unas medidas, nuestra fracción legislativa hará un análisis de todo el daño que se le ha hecho a la asamblea legislativa para hacer las demandas políticas y legales. @oscarortizsv #DefendamosLaDemocracia pic.twitter.com/blWGAsjcpz
— FMLN Oficial (@FMLNoficial) February 10, 2020
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