El recorrido actual del Río Manzanares por Madrid es producto de la intervención humana. Fruto de décadas de trabajos de canalización y represamiento. Ahora El Manzanares muestra nuevos signos de la intervención humana. Un estudio realizado por la Universidad de York y publicado en la revista científica ‘PNAS‘ determinó que es el río más contaminado por fármacos de toda Europa.
La investigación, monitoreada en España por los investigadores Andreu Rico y Raquel Dafouz, registró un promedio de 17 microgramos de fármacos por litro en el caudal del Manzanares. La medición presentó picos de 59,5 microgramos. La cifra lo sitúa como el decimocuarto río más contaminado del mundo. Rico supone que una de las causas de tan alta concentración de restos de fármacos sería el escaso caudal del río.
En el Manzanares se detectaron hasta cinco sustancias reconocidas como “riesgo potencial de ecotoxicidad”, perjudiciales para el medio ambiente.
Los fármacos encontrados son propranolol, verapamilo, citalopram, metronidazol y sulfametoxazol. El propranolol y el verapamilo se usan con antihipertensivos. El citalopram es un antidepresivo y el metronizadol un antibiótico. El sulfametoxazol también es un antibiótico, pero trata infecciones relacionadas con el sistema urinario y de transmisión sexual.
Los fármacos con mayor presencia en los ríos analizados son el antiepiléptico carbamazepina, el antihiperglucémico metformina y la cafeína.
Los ríos más contaminados por fármacos
El estudio dirigido por la Universidad de York es parte del Proyecto de Vigilancia Mundial de Productos Farmacéuticos, es la primera investigación a escala mundial de la contaminación de medicamentos en el medio ambiente.
Para el estudio los científicos examinaron las concentraciones de 61 principios activos en 1.052 lugares en 258 ríos de 104 países. Entre los ríos analizados están el Támesis, el Sena y el Amazonas. Representan una influencia medioambiental sobre 471,4 millones de personas.
Las concentraciones más altas de sustancias farmacéuticas se encontraron en el África subsahariana, el sur de Asia y América del Sur. Las características comunes de los sitios más contaminados fueron los bajos ingresos, lo cual se asoció con una mala infraestructura de gestión de aguas residuales y desechos y fabricación de productos farmacéuticos. Además, los lugares con un clima particularmente árido y con grandes concentraciones de poblaciones cercanas tuvieron mayores niveles de fármacos presentes.
Pakistán es el país con el río más contaminado por fármacos. El nivel de contaminación registrado en su río Ravi, en la ciudad de Lahore, promedió 70 microgramos de fármacos por litro. Le siguen el río Seke, en La Paz, Bolivia, donde la concentración media marcó los 69 microgramos. Le sigue el río Omo, en Adis Abeba, Etiopía, con 51 microgramos.
Los fármacos que se detectaron con mayor frecuencia en los ríos examinados fueron el antiepiléptico carbamazepina, el antihiperglucémico metformina y la cafeína. Además se hallaron en concentraciones potencialmente dañinas el propranolol (para problemas cardíacos como la hipertensión); el sulfametoxazol (antibiótico) y la loratadina (antihistamínico).
Cómo afectan los fármacos el medioambiente
El 25,7% de los sitios analizados presentaron concentraciones de al menos un fármaco mayores a lo que se considera inocuo para los organismos acuáticos. La exposición ambiental a los principios activos farmacéuticos perjudica los ecosistemas y, potencialmente, la salud humana a través de mecanismos como la resistencia a los antimicrobianos. Los investigadores señalaron que la investigación visualiza la escala de la contaminación farmacéutica en el medioambiente.
El sitio elperiodico.com reportó que John Wilkinson, director del proyecto de vigilancia mundial de productos farmacéuticos, señaló que hace más de dos décadas que se sabe que los productos farmacéuticos llegan al medio acuático donde «pueden afectar la biología de los organismos vivos».
Los científicos estiman que, al aumentar la vigilancia de los productos farmacéuticos en el medio ambiente, se puedan desarrollar estrategias para limitar los efectos potencialmente causados por la presencia de contaminantes.