Por Sergio Andreu | Efe
10/10/2016
Aunque poco se puede contar que no se sepa ya de Edson Arantes do Nascimento, Pelé (Três Corações, Brasil, 1940), ganador de tres Copas del Mundo (1958, 1962 y 1970) y considerado aún, casi cuarenta años de su retirada definitiva, como el mejor jugador de la historia, el dúo formado por Eddy Simon y Vicent Brascaglia ha compuesto en la novela gráfica El Rey Pelé (Norma) un divertido retablo en ocres que intenta sintetizar la trayectoria de este icono del deporte.
No hay muchos claroscuros en esta biografía amable del delantero brasileño, su pasión (y la de todo un país) por el fútbol lo inunda todo, desde los inicios en su pueblo natal, su fulgurante revelación en el Santos con tan sólo 17 años, el paso por la selección, el primer Mundial, su amistad y rivalidad con Garrincha en la «canarinha».
Anécdotas que alternan la vertiente deportiva -goles cruciales como el del Mundial de Suecia o la brutal entrada que le dejó KO en Inglaterra 1966 y por la que, enfadado, dejó la selección- con la humana, con apuntes sobre sus escarceos extramatrimoniales o cómo fue el primer futbolista convertido en reclamo publicitario para las marcas comerciales, en una época en la que el fútbol no movía tanto dinero.
La obra de Simon y Brascaglia discurre en un tono jovial, impregnado quizás de la personalidad del propio Pelé, del que desvelan también su faceta más íntima, como la adoración que sentía por su padre, Dondinho, al que una lesión impidió un posible futuro como futbolista.
Los autores no obvian la dictadura militar que sufrió Brasil durante 30 años y cómo ésta intentó utilizar los éxitos de la selección de fútbol, lo que aceleró la salida de Pelé del equipo nacional tras el Mundial de México.
Tras su paso por el Cosmos de Nueva York, donde recaló para reponer sus maltrechas cuentas financieras y donde se retiró definitivamente con 37 años, la novela se centra en la vertiente filantrópica de Pelé, como miembro de Special Olympics y embajador de la ONU, y con la llegada de la democracia a Brasil, como ministro del Deporte, labores que aportaron más quilates al mito de «O Rei».