El Reino Unido implementó un nuevo impuesto que intenta frenar la producción de plásticos de un solo uso. Según las autoridades, el tributo está dirigido a estimular mayores niveles de reciclaje y recolección de desechos plásticos, alejándolos de los vertederos o la incineración.
Desde el 1 de abril ños fabricantes e importadores deberán pagar 200 libras esterlinas por la tonelada de cualquier plástico fabricado con menos del 30 % de materiales reciclados. El gobierno calcula que la medida ahorraría 200.000 toneladas de emisiones de carbono en el primer año y aumentar la demanda de materiales reciclados en un 40%.
Los industriales, no obstante, advierten que aumentarán los costos para los consumidores, especialmente en los envases de alimentos que no siempre se pueden fabricar con plástico reciclado.
Con la decisión, el Reino Unido se suma a creciente lista de países que limitan la producción de elementos de plásticos de usar y tirar. “Hemos avanzado en la lucha contra el plástico al prohibir las pajitas, agitadores y bastoncillos. La tasa sobre las bolsas ha reducido su venta en 95% en los supermercados”, dijo el secretario de Medio Ambiente, George Eustice.
La organización de Naciones Unidas estima que cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y cada año se usan 500.000 millones de bolsas. Con un resultado demoledor para la naturaleza y el medio ambiente: 8 millones de toneladas acaban en los océanos cada año.
El Reino Unido pone límites a los plásticos de un solo uso
En 2019 la asamblea medioambiental de la ONU concluyó con una declaración en la que más de 200 países acordaron reducir el uso de plásticos, en sus distintos usos. El Reino Unido, tres años después, da un primer un paso en esa dirección al aplicar un impuesto a los plásticos de usar y tirar.
La secretaria de Hacienda del Tesoro, Helen Whateley, dijo que el Gobierno está comprometido con la lucha contra la contaminación plástica. Los residuos plásticos son una gran amenaza ambiental. Los plásticos no se descomponen. Muchos residuos plásticos duran siglos. «Solo en el Reino Unido generan cerca de 5 millones de toneladas de plástico al año. En 2001, se recicló solo una cuarta parte de todos los residuos de embalaje. En 2017 la proporción había crecido al 60%, pero podemos y debemos ir más allá”, asentó.
Alcance y limitaciones impositivas
El impuesto en vigor ha sido incluido en la Ley de Finanzas de 2021 y proporcionará incentivos económicos claros para que las empresas usen plástico reciclado en lugar de plástico virgen. La definición de envases de plástico de la ley cubre productos diseñados para contener, manipular, proteger, así como entregar o presentar bienes en cualquier etapa de la cadena de suministro. No importa si el producto se utiliza en la cadena de suministro o por el consumidor final. Por ejemplo, tanto el plástico de burbujas como la cinta están diseñados para ser adecuados en la cadena de suministro, pero también pueden ser utilizados por los consumidores. Esta definición garantiza que productos como Tupperware y otros artículos para el hogar, que no están diseñados para su uso en la cadena de suministro, no están sujetos al impuesto.
Whateley indicó que aunque es fundamental que en el Reino Unido aborde el flagelo de los desechos plásticos, no pretende gravar todos los productos plásticos. «El impuesto no se aplica a los envases de plástico como bolsas de basura o bolsas de transporte”, aclaró
Además, no pagarán el impuesto los envases diseñados para el almacenamiento a largo plazo de mercancías. Para entrar en esa categoría, el embalaje debe estar lleno de productos y reutilizarse para los mismos productos o similares. Por ejemplo, un botiquín de primeros auxilios, un estuche para lentes o un estuche para herramientas eléctricas.
La medida también elimina del ámbito del impuesto los productos en los que el plástico es parte integral de los bienes. Sin los cuales estos no pueden ser utilizados o consumidos razonablemente. Para entrar en esa categoría, el embalaje debe desecharse con los productos o después de que los productos hayan sido utilizados o consumidos. Como cartuchos de impresora, actuadores de aerosol y la bola de un desodorante roll-on.
Metas comunitarias para el año 2030
El mundo se enfrenta a un enorme problema de contaminación por plástico y los gobiernos introducen nuevos enfoques para frenarlo. Una medida clave es el “impuesto a los plásticos”, que se aplica en diferentes jurisdicciones a diferentes tasas, en una variedad de formas. A pesar de las reuniones y discusiones globales, como la COP26, estos impuestos aún no están coordinados. «Las funciones tributarias de las multinacionales encaran una tarea compleja para cumplir con un creciente laberinto de leyes, afirmó Kate Barton, vicepresidenta global de EY, una firma multinacional dedicad a auditorías, impuestos, finanzas y contabilidad.
Los impuestos a los envases de plástico en el Reino Unido son el comienzo. Las fechas de vigencia de los nuevos impuestos en Italia y España se retrasan. Pero se espera que entren en vigencia en 2023. Polonia y Suecia anuncian que implementarán una nueva legislación. Parece ser el comienzo de muchos cambios en Europa.
La Comisión Europea tiene una estrategia para los plásticos en una economía circular. Su meta es que todos los envases de plástico sean reutilizables o reciclables para 2030. La UE también exigirá a los Estados miembros que produzcan botellas de tereftalato de polietileno con un 25 % de plástico reciclado para 2025. y con 30% para 2030.
Los objetivos mínimos de reciclaje propuestos por el Reino Unido para seis tipos de envases, incluido el plástico, equivalen a una tasa de reciclaje de casi el 75 % para 2030. El gobierno de Inglaterra estima que la utilización de los plásticos de usar y tirar se ha reducido en 95% desde 2015.