La retirada que pretende Europa del petróleo y gas rusos presenta tropiezos. Los países, conforme a sus necesidades, han buscado otros mercados que garanticen los suministros en apresurados planes de emergencia. También han incrementado inversiones y asumido subsidios para aquietar los ánimos sociales ante el alza de los precios. Sorpresivamente, en el Reino Unido acaban de lanzar una ronda masiva de licencias de petróleo y gas.
La situación del Reino Unido es compleja. La primera ministra, Liz Truss, niega la posibilidad de que haya racionamientos eléctricos en el invierno, a pesar de las advertencias del Operador del Sistema Eléctrico de la Red Nacional y del National Grid. Ambos entes reiteran que los hogares y las empresas podrían sufrir cortes programados y sugieren que un uso racional de la energía podría evitarlos.
Sin embargo, el ministro del clima, Graham Stuart, afirmó que el Reino Unido no le está pidiendo a la población que use menos energía. “No estamos para decirle a la gente cómo vivir sus vidas”, dijo en Times Radio. Y argumentó que una campaña de información pública no reduciría el riesgo en el suministro de energía del Reino Unido. Un enfoque contrario al adoptado por la Unión Europea, que voluntariamente acordó reducir el uso de gas en un 15% y se ha instado a las empresas a disminuir el uso de energía y a los edificios públicos a bajar la calefacción. Pero la decisión británica más divergente con la Unión Europea es el lanzamiento de una ronda masiva de licencias de petróleo y gas.
Reino Unido impulsa ronda de licencias de petróleo
Por su parte, la Autoridad de Transición del Mar del Norte, responsable de gestionar y adjudicar las licencias de exploración y producción, informó que está invitando a presentar solicitudes de licencias para explorar y potencialmente desarrollar 898 bloques. Espera adjudicar más de 100 licencias. La ronda forma parte de los esfuerzos del nuevo gobierno británico para aumentar la producción nacional, que incluyen el levantamiento formal de la moratoria sobre la extracción de gas de esquisto en Inglaterra.
Así, la intención es que los operadores inicien la producción lo antes posible. En ese sentido, la NSTA identificó cuatro zonas prioritarias en el sur del Mar del Norte, que tienen reservas conocidas, están cerca de las infraestructuras y potencial para desarrollarse rápidamente.
El período de solicitud se extenderá hasta el 12 de enero de 2023, mientras que las primeras licencias se concederían en el segundo trimestre.
«La invasión ilegal de Ucrania por Putin significa que es más importante que nunca que aprovechemos al máximo los recursos energéticos soberanos y reforzar nuestra seguridad energética de ahora y del futuro», señaló el secretario de Negocios y Energía, Jacob Rees-Mogg
Explicó que garantizar la independencia energética significa explotar todo el potencial del Mar del Norte para impulsar la producción nacional. Además, subrayó que la producción de gas en el Reino Unido tiene una huella de carbono menor que la importación.
A contracorriente de la ciencia climática
Inmediatamente, los defensores del medioambiente criticaron la decisión. Philip Evans, de Greenpeace Reino Unido, declaró: «La política energética de este Gobierno solo beneficia a las empresas de combustibles fósiles, a nadie más. No reducirán las facturas energéticas de las familias en apuros este invierno ni los que vengan. Ni proporcionarán seguridad energética a medio plazo», añadió Evans.
La decisión choca con los científicos del clima, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático y la propia Agencia Internacional de Energía. Todos han manifestado que los proyectos de combustibles fósiles deben cerrarse, no ampliarse. «No puede haber nuevos proyectos», insisten.
La NSTA se defiende y asegura que el petróleo y el gas proporcionan alrededor del 75% de la de energía que se consume en el Reino Unido. «Los pronósticos son que estas fuentes de energía serán importantes para la combinación energética general del Reino Unido, incluso en la transición a cero neto”, insiste.
Argumenta, además, que mientras exista la demanda, el Reino Unido seguirá siendo un importador neto de petróleo y gas. «Gestionar la producción y maximizar el valor de la plataforma continental del Reino Unido de la manera más limpia y eficiente posible garantiza el suministro, la transición ordenada y reduce la dependencia de las importaciones”, destacó.