Por Cambio16
16/11/2016
El Museo Reina Sofía de Madrid ha abierto sus puertas a Anne-Marie Schneider (Chauny, Francia, 1962) en la primera exposición que dedica un museo a la obra de esta artista francesa, que ha convertido el dibujo en su seña de identidad. Hasta el próximo 20 de marzo, los visitantes a la pinacoteca podrán ver una exposición que muestra un total de 250 obras de la artista y explora su evolución creadora de 1988 a 2016.
A lo largo de todo el recorrido se pueden encontrar elementos autobiográficos. El trazo remite a la escritura gestual y da forma a un enigmático universo de personajes. Con una violencia en el trazo más o menos explícita, también se percibe la fascinación de la pintora por las situaciones cotidianas y los objetos más banales. La fábula, la sátira, el humor negro y lo absurdo componen una obra donde la improvisación convive con el gesto preciso y calculado.
En el itinerario se aprecia la evolución de su trabajo, desde los dibujos iniciales marcados por la sobriedad lineal y anti-pictórica hasta en los que el color cobra protagonismo a finales de la década de los 90.
Otra parte importante de la retrospectiva está dedicada a las fábulas sin moraleja que le gustan a la artista. Con la recreación de La Bella y la Bestia (2009), Schneider se adentra en el color. Asimismo, destaca una serie dedicada al desalojo de los “sin papeles” de Saint-Bernard producida en 1996 y que marca una ruptura con el universo íntimo que hasta esa fecha había poblado su obra. También son una constante en el trabajo de Schneider las referencias a acontecimientos políticos y sociales de nuestro tiempo, tratadas con sátira y de manera crítica.
Toda la muestra invita al espectador a entrar en un universo complejo donde están presentes la visión personal e íntima, cercana a la emoción y la capacidad de inspirar lecturas que combinan la fantasía y las situaciones más cotidianas de la vida.