En Cuba la pobreza extrema es peor entre la población descendiente de los esclavos
Aunque la revolución castrista prometió erradicar el racismo, en Cuba sigue existiendo y empeorando la crítica situación en la que sobrevive la población negra. Un reciente informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos denuncia la situación actual en la que impera el racismo, la desigualdad y la pobreza a pesar de 65 años de promesas de igualdad y justicia social del comunismo cubano. Los datos exponen una profunda brecha racial ensanchada por la crisis económica y social que atraviesa el país.
Las familias negras en Cuba presentan tasas desproporcionadas de pobreza, desempleo y precariedad existencial, por no tener acceso a servicios básicos de agua potable, electricidad, salud y vivienda digna.
Sin protección social
La historia de la discriminación racial en Cuba se remonta a la época colonial que la revolución impuesta por la vía de las armas y los fusilamientos desde 1959 no ha resuelto y que ha ocultado las penurias que condicionan la vida de millones de cubanos.
Los discursos oficiales minimizan el problema con frases ampulosas y vacías, pero la negativa de la educación y de empleo a los negros persisten como desigualdades sistémicas.
La infrarrepresentación política es desmedida. Solo el 21% de los miembros del Buró Político y el 12% del Comité Central son negros. El último censo, hecho hace dos décadas, encontró que aproximadamente el 65% de la población cubana se consideraba blanca, pero estudios independientes indican que ese segmento no llega al 45% .
La crisis económica intermitente ha exacerbado las desigualdades raciales. Se estima que el 50% de los cubanos viven muy por debajo de la línea de pobreza. El ingreso para un hogar de 3 personas no supera los 1,90 dólares por día.
La reducción del 80% en las asignaciones presupuestarias para programas de asistencia social entre 2005 y 2019 debilitó casi desapareció la red de protección social. Obviamente, aumentó situación de precariedad extrema de la población negra.
El 89% de la población en pobreza extrema
El séptimo informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos indica que el 89% de la población vive en pobreza extrema, pero los descendientes de los esclavos negros presentan las peores condiciones de supervivencia.
El 61% de los encuestados tiene dificultades para adquirir lo esencial para sobrevivir, pero en los negros aumenta a 68%. Ocho de cada diez negros han dejado de desayunar, almorzar o cenar; entre las personas blancas o pardas la situación afectó a siete de cada diez.
La falta de acceso a remesas de familiares en el exterior es más fuerte entre los negros. Un 81% de los encuestados dijo que no recibe remesas, mientras que entre los blancos es de 71% de los encuestados.
Ni se estudia ni se soluciona
La precaria situación de los cubanos negros se había visibilizado en 2023, cuando la OCDH determinó que el 21% de los afrocubanos habitaba en viviendas en peligro de derrumbe y el 92% se sentía desamparado por el servicio de salud pública. Sobre el acceso agua potable, el 23% de los encuestados carecía permanentemente del servicio.
Eroises González, que coordina la Plataforma Femenina, insistió en que «la situación de los negros es muy precaria: viven en zonas insalubres, tienen los salarios más bajos y reciben poca escolaridad».
«La discriminación racial no es un asunto prioritario, ni se aborda ni se estudia; las violaciones de los derechos humanos suelen ser normalizadas por la misma sociedad civil», denuncia Laritza Diversent, directora de la ONG Cubalex.
«El racismo sistémico ha estado presente en todo el proceso socialista y ha caracterizado el proceso revolucionario desde que los barbudos llegaron a La Habana ”, afirma Noelia Maciel, experta en derechos de las personas afrodescendientes. En los procesos migratorios, la población negra encuentra más barreras para salir del país.
Desinterés oficial
La falta de un censo actualizado que incluya categorías étnico-raciales detalladas impide conocer la real dimensión de las desigualdades que enfrentan los descendientes de esclavos en Cuba. «En el último censo poblacional, el de 2012, no se evidenciaban las inequidades porque se obviaron las diferencias étnico-raciales», aclara Maciel.
Las consecuencias de la omisión son graves. En 2012 se conoció que Cuba tenía 11.167.325 habitantes, pero sin una distinción entre negros, mestizos y blancos. No se estableció quiénes eran negros ni sus condiciones reales de vida.
No admitir la diversidad racial contribuye a perpetuar los estereotipos y los prejuicios. Maciel asienta que en el Estado cubano no tiene interés en realizar un censo que visibilice las desigualdades.
Racismo institucional
La organización Cubalex ha documentado que los negros en Cuba son objeto de un «perfilamiento racial» por las autoridades que las seleccionan arbitrariamente para ser detenidas o investigadas. Un análisis de los casos de personas condenadas por las protestas del 11 de julio de 2021 revela que los negros recibieron sentencias más severas que otros grupos étnicos.
Las personas negras a las que el Estado asigna una ‘conducta desfavorable’ reciben sanciones con una duración promedio de 13,02 años, mientras que las blancas o mestizas, tienen sanciones promedio de 12 años.
Norberto Mesa, activista afrocubano y fundador de la Cofradía de la Negritud, fue detenido por la policía sin motivo alguno. Simplemente por ser negro y acompañar a unos turistas canadienses que deseaban conocer el ambiente musical de La Habana. “Me subieron a una patrulla y me llevaron de un sitio a otro hasta que les dio la gana. No pude acompañar a los turistas», contó.
Mesa agrega que la gran cantidad de personas negras en los centros penitenciarios y los poquísimos del sector empresarial son manifestaciones del racismo estructural. “Hay discriminación racial en los puestos de trabajo y muy poca representación de personas negras en las micro, pequeñas y medianas empresas”, puntualiza.
Inacción del Estado
En 2018, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU alertó sobre la persistencia del racismo estructural en Cuba. Señaló brechas significativas en los derechos económicos, sociales y culturales de la población negra y presentó una serie de recomendaciones al Estado cubano para abordar el problema, como el fomento del reconocimiento de los afrodescendientes y la creación de políticas públicas diferenciadas.
Carlos Quesada, director del Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos, Cuba ha incumplido las recomendaciones y en la lucha contra la discriminación racial se encuentra muy por detrás de otros países de América Latina.
Cuba no reconoce a las personas afrodescendientes y el Estado niega la existencia de discriminación racial, por lo que es imposible que implemente políticas públicas diferenciadas que puedan mejorar las condiciones de vida de la población negra. “Es necesario combatir la pobreza, la exclusión social y la marginación que afectan desproporcionadamente a las personas afrocubanas”, insiste Quesada.