Por Efe
15/08/2016
El PP se predispone a aceptar las seis condiciones que le ha planteado Ciudadanos a cambio de apoyar la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, aunque se reserva una serie de observaciones y apreciaciones a algunos de los requisitos debido a su «compleja arquitectura jurídica».
Fuentes del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular consultadas por Efe consideran que el desenlace casi seguro de la reunión del miércoles será el «sí» a las propuestas de Albert Rivera, y apuntan también que, pese a ello, es muy probable que en ese día no quede marcada en el calendario la fecha del debate de investidura.
Como sostiene un alto cargo del PP, una vez terminado el cónclave, que reúne a la dirección del partido, a sus altos cargos y a sus barones territoriales, Rajoy llamará a Rivera para fijar el momento de una nueva reunión, y será entonces cuando seguramente el líder de los populares le trasladará su decisión sobre el día y hora de la sesión de investidura.
Por tanto, para conocer la fecha, añade esta fuente, habrá que esperar. «Casi con toda probabilidad, y si todo va bien, se sabrá unos días después», concreta, incluyendo en ese cálculo la semana del 22 de agosto.
Estas distancias entre fechas dejan entrever que la investidura aterrizará por la primera quincena de septiembre, aunque las fuentes dejan claro que es una cábala, toda vez que Rajoy sigue dándole vueltas a la fecha y la precisión sobre la misma dependerá de cuánta sea la presión de Ciudadanos.
«Rajoy es muy reticente a ir a un debate de investidura sin los apoyos suficientes, pero sabe que la presión al PSOE se va a redoblar hasta límites difíciles de aguantar«, explica un cargo consultado al tiempo que puntualiza «la maestría» del líder en el manejo de los tiempos.
Pero antes toca analizar las seis condiciones de Rivera, entre ellas la reforma de la Ley Electoral, la eliminación de los aforamientos o la creación de una comisión de investigación sobre el «caso Bárcemas».
Un dirigente territorial de peso señala que ninguna de las seis condiciones plantea rechazo en el PP, más allá de algunos matices a cuenta del desarrollo, de modo que el Comité del miércoles será «de trámite».
Otra fuente de la dirección se muestra convencida de que no saldrá de la sede del PP de la calle Génova «una propuesta de bloqueo», pero advierte de que tampoco cabe esperar que las casi 100 personas que forman el Comité «vayan a escuchar y a no decir nada». «Se harán comentarios, como no puede ser de otro modo tratándose de un órgano autónomo y tratándose del partido más votado», puntualiza.
Esas posibles observaciones, que en ningún caso serán para tumbar la propuesta del presidente de Ciudadanos, insisten las fuentes, están ahora mismo en mano de un grupo de dirigentes con los que Rajoy quiere construir una respuesta «bien fundamentada» y sólida. Ese planteamiento definitivo del líder del PP cogerá cuerpo mañana, víspera del Comité. «De momento, no hay ninguna decisión tomada«, asegura un alto cargo.
Por tanto, si Rajoy ha desplazado su respuesta a una semana después de la reunión con Rivera es porque efectivamente quiere transmitir a la ciudadanía que su partido, por ser el más votado, tiene algo que decir sobre esas seis condiciones.
Además, en todo el PP se parte de la premisa de que, en este momento, el paso de los días suelta más presión al PSOE y a Pedro Sánchez. Es lo que opinan las fuentes consultadas, para las que, por otro lado, Rajoy está muy interesado en que se visualice que «la unidad del PP no tiene fisuras«.
Sin embargo, hasta que sea oficial la respuesta, el partido de Albert Rivera ha insistido estos días en que sus condiciones «no son discutibles«, tal y como ha subrayado hoy la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís.
Tanto el PP como Ciudadanos han aprovechado estos días del puente de agosto para alargar la presión al PSOE, cuyo secretario general sigue sin hacer manifestaciones políticas. Ante ese mutismo, la propia Villacís ha resumido la intención de su partido, y también la del PP: «Espero que ese silencio sirva para que el PSOE reflexione, y una criterios y posturas».
Pero, como han apuntado dirigentes socialistas, la reflexión en el PSOE ya está hecha. Y la unidad también: el voto es un «no» a Rajoy.