Distintas localidades europeas tuvieron esta semana un cielo naranja. Desde Murcia hasta los Alpes Suizos el ambiente se sentía tenso por la mala calidad del aire, mientras que las lluvias de polvo y barro cubrían las carreteras, las calles y los techos de los vehículos y viviendas. El fenómeno conocido como «calima» se produce por micropartículas de polvo que llegan desde el desierto del Sáhara y reducen radicalmente la visibilidad.
Las partículas diminutas de polvo y arena en suspensión en la atmósfera, provenientes desde el otro lado del Mediterráneo, cubrieron buena parte de España, Francia, Suiza y Portugal. El aire seco y cálido provocan que el ambiente tenga aspecto opaco y que el cielo se vea amarillento o anaranjado.
Por su magnitud, el evento fue calificado por la Agencia Estatal de Meteorología de España como «histórico y poco habitual». Si bien no es la primera vez la calima cubre afecta el territorio español, el fenómeno no se registraba en décadas. En algunas localidades ha sido más notorio. Al sureste, por ejemplo, zona centro y al oeste peninsular se observa una tonalidad más naranja en los cielos.
España con el cielo naranja
El portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, manifestó que por las micropartículas provenientes del Sáhara España ha sido esta semana el país más contaminado del mundo y han recomendado a la población mantenerse hidratados, cerrar puertas y ventanas, limitar las salidas al exterior y, en caso de hacerlo, usar mascarillas.
En Sevilla, Madrid, Valencia y puntos del Cantábrico y Baleares la visibilidad se ha reducido significativamente. Cuadrillas municipales tienen la orden para barrer las calles y mantenerlas lo más limpias posible, pero de todas formas la calidad del aire es “extremadamente mala”.
El martes y el miércoles las redes sociales se llenaron de fotografías e imágenes del cielo naranja y el aire contaminado. “El fenómeno es muy fuerte, pero este tipo de eventos pasan en febrero o marzo cuando una borrasca recoge polvo en Argelia y Túnez y lo lleva a Europa”, indicó Carlos Pérez, investigador del polvo atmosférico.
La calima trae lluvias de barros
Con las precipitaciones hay lluvias de barro, un evento comúnmente conocido como “lluvia de sangre” y el aire se irá limpiando poco a poco en todo el territorio. El polvo seguirá cayendo por gravedad ensuciando superficies.
«El jueves comenzó a disminuir la cantidad de polvo en suspensión, pero con calidades del aire todavía desfavorables hasta el viernes. El meteorólogo de la Aemet anuncó que este fin de semana el algo del polvo en suspensión podría llegar a Canarias, aunque no en concentraciones tan elevadas como las que hubo en la península y Baleares».
Polvo del Sáhara en Francia, Portugal y Suiza
El polvo del Sáhara ha afectado principalmente a España, pero localidades de Europa también ven afectadas por las micropartículas. Las calles de Francia, Suiza, Portugal, Serbia e Inglaterra amanecieron cubiertas de polvo color ocre y se observaban enormes nubes grises suspendidas en el aire.
En los Alpes Suizos es evidente el notable contraste entre el color naranja oscuro del cielo y el blanco de las pistas de esquí. El polvo actual es el tercero más agresivo en lo que va del año, dijo el servicio Meteorológico MeteoSwiss, que esteima que los cielos seguirán cubiertos de colores varios días.
Los meteorólogos esperaban que la calima siguiera avanzando hacia el norte y alcanzara Países Bajos, el Reino Unido, Islandia y el noroeste de Alemania.
¿Culpa del cambio climático?
Los expertos aseguran que hay motivos para pensar que con el cambio climático las calimas intensas serán cada vez más frecuentes en España. Indican que el desierto del Sáhara, de donde proviene el polvo, está creciendo desmesuradamente. No obstante, aún no pueden vincular específicamente la actual calima ni ningún episodio similar al cambio climático.
Estudios anteriores demuestran que este tipo de fenómenos son consecuencia directa de la progresiva e inexorable aridificación del norte de África, así como del incremento del gradiente climático entre la zona ecuatorial y el Ártico.