Considerado como uno de los tenistas más grandes de todos los tiempos, Rafa Nadal cuenta con arduos entrenamientos, dietas, trucos en la cancha y, un variado repertorio de rituales antes y durante cada partido. ¿Cómo domina la ansiedad, los nervios?
Los deportistas de élite, los más destacados en olimpíadas o pruebas de alto rendimiento, suelen apoyarse en una serie de actos que los hacen rutinarios. Muchos aseguran que no es superstición. Otros confiesan contar con amuletos, calcetines de un color específico, objetos, ropas que los han acompañado en algunas victorias. ¿Es una manera de organizar sus estrategias o de tranquilizar los nervios? ¿O ninguna de ellas?
Nadal, la gran estrella del tenis español y del mundo, tiene millones de ojos en el planeta que se posan sobre él, lo siguen desde el momento en que hace su aparición. No solo están pendientes de sus magistrales jugadas, también de sus gestos.
Cuando llega al estadio, entra a la cancha con una raqueta en la mano, teniendo mucho cuidado de no pisar las líneas y cruzando siempre cada línea con el pie derecho por delante. Coloca su bolso en el banco y pone boca arriba su identificación del torneo. Su silla debe estar perfectamente perpendicular a la línea lateral. Revisa sus calcetines para asegurarse de que estén perfectamente parejos en sus pantorrillas.
Durante el lanzamiento de la moneda, mira hacia la red y comienza a saltar hasta que la moneda cae, luego corre hacia la línea de base. Donde arrastra el pie por toda la línea en un solo movimiento de barrido antes de golpear cada zapato con su raqueta. Iniciación ardua.
Los rituales de Nadal están registrados en miles de videos, crónicas y reseñas de la prensa mundial. Son largos, exactos y reiterados. ¿Qué hay detrás de esas prácticas o manías?
¡Y qué rituales los de Rafa Nadal!
Rafael «Rafa» Nadal, cuando comienza el juego, prosigue su retahíla de rituales. Realiza gestos repetitivos con las manos que se asemejan a la de los católicos santiguándose. Con su mano derecha toca la parte trasera y delantera de sus shorts, reseña Nautil.Us luego su hombro izquierdo, luego el derecho, luego su nariz. Oreja izquierda, nariz nuevamente, oreja derecha y finalmente su muslo derecho. En cada cambio recoge dos toallas. Espera a que el otro jugador cruce la línea y luego cruza primero con el pie derecho para ocupar su asiento.
Con cuidado dobla una toalla y la pone detrás de él sin usarla. Luego dobla la segunda toalla y la coloca en su regazo. Toma un sorbo de una botella de agua, luego otro sorbo de una segunda botella. Con mucho cuidado, coloca las dos botellas exactamente en la misma posición, con las etiquetas orientadas en la misma dirección.
Nadal insiste en que no es supersticioso. En su autobiografía, escribe: “Algunos lo llaman superstición, pero no lo es. Si fuera superstición, ¿por qué seguiría haciendo lo mismo una y otra vez, gane o pierda? Es una forma de colocarme en un partido. Ordenando mi entorno para que coincida con el orden que busco en mi cabeza”. ¿Quién podría negar que los rituales de Nadal no lo ayudan a manejar su ansiedad y encontrar orden en la cancha? Es uno de los mejores tenistas de todos los tiempos.
A lo largo de las décadas, los estudios antropológicos, han demostrado que las prácticas rituales son algo natural para los seres humanos. Independientemente de las culturas, y además, se espera que tengan un efecto. Pero, ¿es una estrategia efectiva para el manejo del estrés? ¿O es simplemente una ilusión, una pérdida de tiempo o, peor aún, una distracción peligrosa de nuestros problemas reales?
Rituales culturales y deportivos
Los rituales han acompañado al deporte desde la Antigua Grecia. Antes de iniciar algún evento se llevaban a cabo como forma de homenajear o entregar su destino a una divinidad en concreto. Deporte y ritual son conceptos que la historia entremezcla en muchas culturas, también en las precolombinas, asiáticas o africanas, entre otras.
Es también como una manera de ‘meterse’ de lleno en la competición y ganar confianza. Mireia Belmonte, hace algunos años confesó, que justo antes de competir lo que hace es escuchar reguetón. El ritmo la ayuda a activarse y alejarse de todo el ruido exterior. La música es otro elemento del que han tirado otros ‘grandes’, como Pep Guardiola. Con el City en casa ha sonado “Don’t look back in anger”, de Oasis, y con el Barça lo hacía “Viva la vida”, de Coldplay. El objetivo, el mismo: inspirar y concentrar a su equipo ante un partido importante, recoge Diario AS.
En una de sus últimas competencias, durante el Roland Garros, Rafa Nanal no pudo cumplir la totalidad de sus rituales. Una ley francesa impide el uso de botellas de plástico. Igualmente ganó, para alegría propia y de sus fans.
Las observaciones de campo sugieren que el ritual puede ayudar a las personas a sobrellevar la ansiedad. En un estudio realizado en Israel, los investigadores entrevistaron a mujeres locales durante la Guerra del Líbano de 2006. Encontraron que entre aquellas mujeres que vivían en zonas de guerra y experimentaron el estrés de la guerra, recitar salmos se asoció con niveles generales de estrés más bajos. No existe una asociación similar para las mujeres que viven fuera de las zonas de guerra. Si bien los participantes en el estudio fueron los jueces de su propia ansiedad, se encontraron efectos similares a nivel fisiológico.
Aumenta la concentración y la confianza, reduce estrés
Dimitris Xygalatas es un antropólogo y científico cognitivo. La mayor parte de su investigación se ha centrado en los rituales y su capacidad para calmarnos, excitarnos, unirnos y dividirnos. Para estudiar estos efectos, combina el trabajo de campo etnográfico con experimentos científicos. Trabaja en la Universidad de Connecticut, donde dirige el Laboratorio de Antropología Experimental.
En su artículo sobre los rituales de Rafa Nadal para Nautil.Us, señala que en el laboratorio y junto a sus colegas, “observamos a un grupo de estudiantes durante los exámenes parciales, uno de los períodos más estresantes del año. Además de las encuestas, recolectamos muestras de cabello y saliva, que usamos para medir los niveles de cortisol, una hormona asociada con el estrés. El cortisol salival cambia en el transcurso de unos minutos, por lo que puede usarse para medir el estrés en torno a una actividad específica. Pero los rastros de la hormona también se acumulan en nuestro cabello y pueden usarse para rastrear la ansiedad a largo plazo. Descubrimos que los estudiantes que participaron en más rituales tenían menos ansiedad en todas estas medidas”.
Pero estos son hallazgos correlacionales, escribió. Nos ayudan a señalar una asociación pero no pueden establecer una relación causal. Para eso, necesitamos recurrir a estudios experimentales. Afortunadamente, se han realizado varios experimentos sobre este tema en los últimos años.
En uno de estos estudios, Matthew Anastasi y Andrew Newberg asignaron aleatoriamente a estudiantes universitarios católicos a recitar el Rosario o mirar una película religiosa. Y midieron los niveles de ansiedad antes y después de esas tareas. Descubrieron que quienes rezaban el Rosario experimentaban una mayor disminución de la ansiedad.
Mejor desempeño en atletas
Alison Brooks y sus colegas encontraron resultados similares cuando pidieron a los participantes que realizaran un ritual artificial que se parecía a un hechizo mágico. Resultó que realizar este ritual ayudó a las personas involucradas en varias tareas estresantes, como tomar un examen de matemáticas o participar en un karaoke público, para sobrellevar la ansiedad, precisó Xygalatas.
En otro estudio, Michael Norton y Francesca Gino les pidieron a los participantes que pensaran en una pérdida que habían tenido. Alguien que había fallecido, una relación rota o incluso una pérdida monetaria. Descubrieron que, cuando les pedían a algunos de ellos que realizaran un ritual, podían sobrellevar mejor la ansiedad causada por la pérdida.
Efectos similares de los rituales se extienden a una variedad de otros dominios. Un grupo de psicólogos alemanes descubrió que las personas que usaban amuletos y rituales de la suerte, como mantener los dedos cruzados, se desempeñaron mejor en una variedad de juegos de habilidad y rompecabezas. Otros estudios han encontrado que los rituales pueden ayudar a los atletas a desempeñarse mejor, como el caso de Rafa Nadal.
Los jugadores de baloncesto y golf tienen más éxito después de realizar rituales previos al tiro. Evitar que realicen estos rituales puede ser perjudicial para su rendimiento, lo que los lleva a fallar más tiros. La razón de estos notables efectos parece ser que estos rituales permiten que el atleta alivie su propia ansiedad, recuperando un sentido de control.
Cerebro, predicciones, socialización
En los últimos años, filósofos, psicólogos y neurocientíficos han revisado sus modelos de la mente humana. La visión clásica era que nuestro aparato cognitivo funciona como un dispositivo de procesamiento de datos: recibe información del entorno y reacciona produciendo las respuestas adecuadas. Pero ha ido aumentando la evidencia de que nuestro cerebro es mucho más sofisticado que eso. Es un dispositivo predictivo.
En lugar de absorber información pasivamente sobre el estado del mundo, trabaja activamente para hacer inferencias (predicciones) sobre qué tipos de estímulos es más probable que encuentre en una situación dada. Esas predicciones se basan en información derivada de nuestra experiencia previa y socialización, nuestro entorno. Así como el conocimiento programado.
Debido a que nuestro cerebro nunca deja de hacer este tipo de predicciones, tendemos a buscar patrones y regularidades estadísticas en todas partes a nuestro alrededor. Esto es extremadamente importante, porque cualquier dispositivo computacional (y el cerebro humano no es una excepción) se vuelve dramáticamente más eficiente. Cuando puede construir sobre el conocimiento previo. De esta manera, no tenemos que aprender todo desde cero. Pero una consecuencia de esta arquitectura cognitiva es que cuando nuestro potencial predictivo es limitado. Es decir, cuando hay mucha incertidumbre, experimentamos ansiedad. A nuestro cerebro predictivo no le gusta la imprevisibilidad.
Aquí es donde entra en juego el ritual. Los patrones de acción repetitivos que se encuentran en el ritual funcionan como dispositivos cognitivos que nos ayudan a lidiar con el estrés. Al integrar estos dispositivos en nuestras culturas, todas las sociedades humanas, y sus individuos, pueden capitalizar su potencial.