Tan común y tan sabrosa y su nombre es toda una complicación. Se le conoce como banana, banano, cambur, gualele, guineo, dependiendo de la región del planeta. Esta deliciosa fruta tropical cargada de excepcionales propiedades nutricionales y vitamínicas, tiene un primo, de tamaño superior y grosor: el plátano macho. Pero, en algunos países, confunden la denominación del plátano macho con la del banano sin ser mellizos. ¿Por qué las distinciones y enredos?
Ambos se presentan en unas 1.000 variedades y proporcionan alimento a grandes poblaciones en el mundo. La banana, por ejemplo, se puede consumir en forma natural con solo descorrer la cubierta o cáscara, que puede ser verde o amarilla cuando está madura. Pero los plátanos machos, los mayores de la familia, se pueden cocinar de varias formas: sancochados, asados o fritos, independientemente de si están maduros o no. Si bien tienen un origen común, no son gemelos como para confundirlos, aunque es constante el debate por los apelativos.
Kwaku A. Adoboli, profesor de historia jubilado, viajó a Togo, en África Occidental, y recogió testimonios orales del pueblo de Bogo. Entre los cuentos que aparecen en su libro “African Folk Tales Illustrated” hay una historia que tiene como objetivo explicar la misteriosa división entre las bananas y los plátanos machos.
Jessica Kehinde Ngo, asegura en un artículo para TheCounter que pregunta “por qué algunos alimentos se consideran dignos de que sus historias se compartan por todas partes, mientras que otros no”. Ella es escritora residente en Los Ángeles y profesora de literatura gastronómica en Otis College of Art and Design. También dirige un taller de escritura de memorias gastronómicas para Creative Nonfiction Foundation.
El plátano macho y el banano, historias por narrar
Teniendo en cuenta los múltiples libros sobre la historia del banano, y la escasa literatura sobre el plátano macho, uno podría entender por qué el plátano macho en la historia necesita dejar las cosas claras, dice Kehinde.
“Me he estado preguntando por qué algunos alimentos se consideran dignos de que sus historias se compartan por todas partes, mientras que otros no. Me he preguntado esto desde que intercambié correos electrónicos con el editor de una popular serie de libros de historia alimentaria de un solo tema. El editor de la serie había rechazado ofertas para un libro sobre el plátano macho más de una vez. Pensaron que vendería suficientes ejemplares”, escribió.
La serie ha publicado más de 90 títulos hasta el momento, sobre temas tan amplios como el aguacate, el azafrán, los higos, el foie gras. Así como las flores comestibles, las algas, el curry, las albóndigas y la leche. También, han publicado un libro sobre el banano, pero al plátano macho le niegan cualquier posibilidad.
Por supuesto, los libros de esta serie no son, de ninguna manera, los únicos libros de historia alimentaria de un solo tema en el mercado actual. La microhistoria surgió como género en Italia durante la década de los setenta y ha ganado popularidad últimamente.
La escritora australiana de alimentos, Donna Lee Brien dijo que, “en términos de historia de la comida, no hay nada más común que la comida diaria que la gente común come. Y los estudios microhistóricos de estos temas poco atractivos son populares, tanto que, a veces, encabezan las listas de los más vendidos”. De hecho, libros como “Salt: A World History” y “Cod: A Biography of the Fish that Changed the World de Mark Kurlansky” han recibido elogios de críticos y lectores.
Buscando literatura para honrar al mayor de la familia
Otro libro, “Banana: A Global History”, está publicado como parte de la serie antes mencionada. Así como “Banana: The Fate of the Fruit that Changed the World de Dan Koeppel” que ocupa un lugar destacado en muchas listas de lecturas recomendadas y de libros más vendidos. “Bananas: How the United Fruit Company Shaped the World” de Peter Chapman también ha recibido mucha atención. Mucha banana o banano, pero, ¿y el plátano macho?
“Como nigeriana-estadounidense de primera generación, crecí comiendo plátano macho. Una parte esencial de mi comprensión de lo que significa ser de África Occidental. Cada bocado de plátano macho me conecta con mis raíces”, cuenta Jessica Kehinde.
Hay pocas historias globales, en línea o impresas, fácilmente digeribles y accesibles sobre el plátano macho, que es el nombre que se le da en España para distinguirlo del nombre que le asignan a la banana: plátano, sin apellido.
En los últimos dos años, el escritor nigeriano de comida y desarrollador de recetas Yewande Komolafe ha escrito sobre la fruta y su versatilidad para TASTE ypara The New York Times. Además, se ha corrido la voz sobre la académica y empresaria ghanesa-estadounidense Rachel Laryea, fundadora de la tienda Kelewele de Brooklyn, que vende todo tipo de increíbles comidas a base de plátano macho. Desde lo que ella llama “placos” (tacos de plátano macho) hasta helado de plátano “Liquid Gold”.
Sin embargo, incluso con los esfuerzos de Komolafe y Laryea, entre otros, todavía queda una brecha en el mundo editorial en lo que respecta al plátano macho. Creo que el público estadounidense merece la oportunidad de escuchar la historia única del plátano macho. Uno de los principales expertos en banano del mundo plantea la hipótesis de que podría haber sido el primer cultivo de frutas en la Tierra.
Dos frutos y algunas preferencias
Es cierto que una investigación sobre los orígenes del plátano macho conduce a palabras como «complejo», dijo Kehinde Ngo en The Counter. Esto se debe a que la historia del plátano macho está casi inextricablemente unida a la historia del banano. Las dos frutas tienen una gran cantidad de superposiciones. Cuando se comienza a investigar sobre banano y plátano macho quedan muchas preguntas sin contestar. ¿Los plátanos macho son un tipo de banano? ¿Están relacionados genéticamente? ¿Está la verdad en algún punto intermedio?
Lo que está claro es que el plátano macho tiene una importancia singular en muchas culturas en todo el mundo y tienen una historia rica entrelazada, muy distinta del banano. Como señala Komolafe en su artículo del Times, “las bananas y los plátanos machos crecen en climas tropicales y subtropicales, lo que garantiza que siempre estén en temporada y sean un ingrediente crucial en las cocinas de África occidental, América Latina y el Caribe y en la India”.
Pero, a decir de Kehinde, hay que construir nuestra propia historia del plátano macho, «que requerirá buscar en los rincones más lejanos de Internet. Y también requerirá salir y hablar con quienes el plátano macho es una forma de vida”.
Por ejemplo, continuó, “en la tierra de mi padre, Nigeria, el plátano macho frito, conocido como ‘dodo’ en su idioma yoruba, es una comida favorita. Este país es famoso por tener una de las tasas más altas de nacimientos de gemelos en el mundo. Una pieza común del folklore dice que si te encuentras con un par de plátanos machos unidos, debes separarlos frente a ti. De lo contrario, hacerlo a tus espaldas hará que tengas gemelos”.
El plátano: testimonios orales y libros
Como se evidencia en muchos blogs de comida, el plátano macho ha sido durante mucho tiempo foco central en la forma de vida tanto en Cuba como en la República Dominicana. Los lugareños usan el descriptor particular de “aplatanado”, que se traduce como estar aletargado, con el ritmo bajo.
En una publicación en su galardonado blog de comida «Cocina Dominicana», Clara González e Ilana Benady proclaman: «Los plátanos machos son un complemento tradicional, indispensable y favorito de nuestras comidas diarias. Aparentemente han sido elegidos para representar nuestro sentido de ser como los estadounidenses eligieron el pastel de manzana”.
Una de las pocas referencias sobre historia del plátano macho se encuentra en una destacada publicación, la revista Food Origins and Culture Whetstone. El artículo, firmado por el escritor culinario indio Jehan Nezar, se centra en los mappilas, una comunidad musulmana en el estado de Kerala, en el sur de la India. “La historia de la banano o banano y el plátano macho en la cocina de mappila también es una historia que se entrelaza con ese elemento evocador de la nostalgia”, escribió.
Nezar documenta el plátano macho en platos que a veces muestran su relación con el banano y a veces su singularidad. “Son personas que se parecen a mí las que están haciendo el trabajo de poner el plátano macho en el panorama culinario de Estados Unidos”, comentó Jessica Kehinde Ngo tras hacer un guiño a su labor de poner al plátano macho en su justo lugar.