El plástico inunda las Galápagos: los científicos encuentran restos en agua de mar, playas y animales. Un estudio registra más de 400 partículas de plástico por metro cuadrado de playa en las áreas más afectadas en este refugio de biodiversidad a escala mundial
Consideradas un paraíso de la biodiversidad, las islas Galápagos, en el océano Pacífico, albergan un gran número de especies endémicas que ahora podrían enfrentarse a una nueva amenaza: los plásticos. Un estudio manifiesta la presencia de estos contaminantes en el hábitat de animales como leones marinos, tortugas e iguanas.
Situadas a casi 1.000 kilómetros de la costa de Ecuador, las Galápagos son la segunda reserva marina más grande del planeta y fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1978 por la Unesco.
Sin embargo, a pesar de albergar especies únicas y tener una exuberante biodiversidad de fauna y flora, los plásticos ya se encuentran en todos los hábitats marinos de la isla más oriental del archipiélago, San Cristóbal, donde el naturalista británico Charles Darwin desembarcó por primera vez en Galápagos a principios del siglo XIX.
Se encontraron microplásticos en bajas concentraciones en todas las muestras de agua de mar y fondos marinos
El mar, las playas e incluso el interior de algunos animales marinos ya están contaminados por estos compuestos, según un estudio publicado en la revista Science of the Total Environment y liderado por la Universidad de Exeter en Reino Unido, el Galapagos Conservation Trust (GCT) y el Centro Científico de Galápagos.
“La imagen prístina de las Galápagos podría dar la impresión de que las islas están de alguna manera protegidas de la contaminación por plástico, pero nuestro estudio muestra claramente que no es así”, lamenta Ceri Lewis, autora principal del estudio e investigadora en el Instituto de Sistemas Globales de Exeter.
Tras revisar más de 138 estudios científicos sobre la ingestión y enredo en plásticos, los investigadores lograron identificar a los vertebrados marinos de las Galápagos que corren más riesgo de tragar plásticos o quedar atrapados, como los tiburones martillo, los tiburones ballena, los leones marinos y las tortugas marinas.
En las zonas más afectadas se encontraron más de 400 partículas de plástico por metro cuadrado. También se encontró plástico en el interior de más de la mitad de los invertebrados marinos estudiados (como percebes y erizos) y en el lecho marino.
CORRIENTES OCEÁNICAS TRANSPORTAN PLÁSTICOS
Los hallazgos sugieren que la mayor parte de la contaminación plástica en Galápagos, un refugio de biodiversidad a escala mundial, llega a través de las corrientes oceánicas, según la información de la Universidad de Exeter recogida por DiCYT.
“Nuestro estudio pone de manifiesto lo lejos que viaja la contaminación por plástico y cómo contamina todas las partes de los ecosistemas marinos”, alerta Jen Jones, del GCT y primera autora, para quien la prioridad es que la contaminación se detenga en su origen. “No se puede solucionar el problema solo con la limpieza de las playas”, recalca.
Los resultados sugieren que la mayor parte de la contaminación por plásticos en las Galápagos llega principalmente a través de las corrientes oceánicas. Solo el 2% de los elementos y fragmentos mayores de 5 mm procedía de las islas, pero la cifra real podría ser mayor, según los científicos.
“Los niveles más altos de plástico que encontramos estaban en las playas orientadas al este, expuestas a la contaminación que se transporta a través del Pacífico oriental en la corriente de Humboldt”, añade Lewis. Los investigadores recogieron un total de 4.610 artículos en 13 de las 14 playas analizadas.
Esto afecta a las iguanas marinas, de las que existen menos de 500 ejemplares, y que habitan en estas playas. “Es preocupante que convivan con este alto nivel de contaminación por plástico”, señala la investigadora.
UNA AMENAZA GLOBAL
Los niveles más altos de plástico se encontraron en las playas del este, que están expuestas a la contaminación a través de la corriente de Humboldt. «Estas playas incluyen Punta Pitt, un sitio altamente contaminado que es el hogar de las iguanas marinas Godzilla que, como gran parte de la vida silvestre de Galápagos, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo”, agrega. «Existen menos de 500 iguanas marinas Godzilla, y es preocupante que estén viviendo junto a este alto nivel de contaminación plástica», advierte.
En cuanto a las partículas microplásticas que se encuentran dentro de los invertebrados marinos, el autor principal, Jen Jones, señala que «estos animales son una parte crucial de las redes alimentarias que sustentan a las especies más grandes que viven en las Islas Galápagos y sus alrededores».
En este sentido, afirma que «los efectos potenciales sobre la salud de la ingestión de plástico en los animales marinos son en gran parte desconocidos y se necesita más investigación».
También se hallaron microplásticos no solo en el fondo marino y el agua, sino también, y en mayores concentraciones, en el puerto y en el interior de invertebrados marinos: «Estos animales son una parte crucial de las redes alimentarias que sostienen a las especies más grandes que viven en las islas Galápagos y sus alrededores», indica Jones.
La investigación indica que las siete especies de invertebrados marinos examinados contenían microplásticos, así como el 52% de los 123 individuos estudiados. «Esta situación solo va a empeorar si no cambiamos drásticamente nuestro uso de los plásticos”, concluye David Santillo, de los Laboratorios de Investigación de Greenpeace en la Universidad de Exeter.
Solo el 2% de los macroplásticos (fragmentos de más de 5 mm) se identificó como procedente de las islas
La contaminación por plástico es un problema global en crecimiento. Se encuentra en todos los océanos, en lagos y ríos, en suelos y sedimentos, en la atmósfera y biomasa animal. Esta proliferación ha sido impulsada por un rápido crecimiento en la producción y el uso de plástico combinado con modelos económicos lineales que ignoran las externalidades de los desechos. Un fuerte aumento en el consumo de plástico de un solo uso y una cultura de «desecho» en expansión han exacerbado el problema. Galápagos no es inmune a esta amenaza global y puede estar sufriendo niveles severos y cada vez más graves de contaminación por plástico.
Hasta el momento se han confirmado 30 especies de vertebrados con registros de enredos, ingestión y hábitat afectados en Galápagos. Trabajando en conjunto pescadores, guías naturalistas, guardas, científicos, marineros, estudiantes, turistas, ciudadanos, etc., es posible seguir cuantificando y mapeando la extensión de este gran problema.
La información recopilada permitirá identificar puntos críticos de amenaza, como las especies más afectadas, y las áreas con mayor concentración plástica. Esto se hará mediante la evaluación de la abundancia, la fuente y cómo la vida silvestre local interactúa con los desechos humanos.
Un grupo de científicos ha desarrollado un instrumento dotado de inteligencia artificial para predecir dónde y cuándo los residuos plásticos que flotan en el océano llegarán a las islas Galápagos.
Cada año, se recogen más de ocho toneladas de residuos plásticos, indicó Stephanie Ypma, investigadora de la Universidad de Utrecht (Holanda).
Empujados por las corrientes, los residuos provenientes del continente y de las inmensas flotas de pesca internacionales acaban en las playas de estas islas.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
La contaminación representa una «gran amenaza para la vida salvaje», puesto que las micropartículas de plástico acaban a menudo en el estómago de los animales, dijo la científica durante la asamblea de la Unión Europea de Geociencias.
Y seguramente «hay mucho más que ocho toneladas de residuos», puesto que solo se limpia un 1% de las costas debido a la falta de recursos financieros, añadió.
Por ello, el Instituto de Investigación Oceanográfica y Atmosférica de Utrecht desarrolló un instrumento digital que permite «optimizar» esta limpieza.
Promovido por el Galapagos Conservation Trust, un organismo de salvaguarda de la fauna ubicado en Gran Bretaña, el invento fue desarrollado para determinar adónde llegarán los residuos.
Se trata de un instrumento de simulación que integra múltiples parámetros, desde los flujos oceánicos hasta la composición de las partículas de plástico, y cuenta con captores flotantes dotados de GPS, que permiten medir el movimiento del agua hacia la tierra.
Los datos compilados se combinarán con simulaciones de inteligencia artificial para contar con una previsión fiable. La primera observación está prevista durante el verano boreal. «Nuestros primeros resultados son prometedores», aseguró Ypma, que confía en que este modelo sirva también para luchar contra la contaminación en otras islas del Pacífico.