A pocos días de las elecciones y en plena crisis sanitaria causada por la COVID-19, el producto interior bruto de Estados Unidos creció un 33,1% en el trimestre de julio-septiembre. Lo que podría decantar la balanza a favor del presidente Donald Trump.
El cálculo del Departamento de Comercio muestra una notable recuperación de la economía afectada por la recesión causada por la COVID-19 y el correspondiente cierre de industrias, comercios, hostelería, fronteras y confinamiento social.
Recuperación progresiva del PIB
Una recuperación del PIB causada sobre todo por el aumento que tuvo el consumo una vez se acababan las restricciones de la primavera, cuando el gasto de la ciudadanía disminuyó un 31,4%, una cifra récord. Precisamente en el momento en que la economía experimentaba un crecimiento sostenido. Tras el parón en el consumo al reanudarse la actividad el gasto del consumo subió hasta el 40,7%.
Ahora la segunda oleada de la COVID-19 azota a la población y la economía mundial. Se esperan tiempos complejos. Goldman Sachs recortó su pronóstico de crecimiento a una tasa anual del 3%, la tenía en un 6%.
El documento del Departamento de Comercio también señala una recuperación del empleo. Latasa al comienzo de la pandemia se situaba en un 14,7% y ahora en un 7,9%. En el confinamiento primaveral 22 millones de puestos de trabajo se quedaron sin empleados, aún faltan casi 11 millones de empleos que recuperar.
To keep our local businesses and our local economy open, we have to #SlowTheSpread. And we know what works: Mask up, wash your hands, and keep your distance. #KeepAmericaOpen pic.twitter.com/EcZgiid5OV
— U.S. Chamber (@USChamber) October 28, 2020
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