El periodista español Pablo González cumplió un año de prisión provisional en Polonia. Fue detenido a 13 kilómetros de la frontera ucraniana, mientras realizaba un trabajo periodístico. Lo acusan de espionaje y permanece detenido en régimen de aislamiento desde el 28 de febrero de 2022, reporta Amnistía Internacional.
González no contó con asistencia legal de oficio hasta 16 días después de su detención y pasaron dos meses hasta que obtuvo un abogado de libre elección.
Aunque González ya puede contactarse regularmente con su abogado y fue visitado por el cónsul español en Polonia, no se le permite el contacto directo y regular con su familia. AI señala que la restricción incluye las llamadas por teléfono o videollamadas. Solo se le permitió una visita de su esposa en noviembre de 2022.
Zuzanna Nowicka, abogada de la Fundación Helsinki para los Derechos Humanos, señaló que en Polonia la detención preventiva se utiliza con mucha frecuencia. Hay un cierto automatismo en aceptar las peticiones de detención provisional presentadas por la fiscalía y en prorrogarlas”. Citó una investigación de la fundación Court Watch Polska, la cual estableció que hay un porcentaje de detenidos temporalmente mayor que los que luego son condenados”. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha denunciado la situación.
La Fundación Helsinki comentó el caso de Pablo González en ocasiones anteriores, aunque no está implicada. Nowick considera que el tribunal polaco tenía, desde el punto de vista legal, premisas para el arresto inicial del periodista, pero cuestiona las medidas que se toman contra los sospechosos. «Debería aplicarse un supuesto de mínima severidad. Al fin y al cabo, existen medidas preventivas como la libertad bajo fianza, la vigilancia policial o simplemente la prohibición de salir del país. En principio, debería aplicarse primero la medida preventiva menos incómoda”, subrayó.
Deplorables condiciones de detención y ninguna evidencia
Pablo González se encuentra recluido en la prisión de Random, a cien kilómetros del sur de Varsovia. Su celda tiene una única ventana con una lámina opaca que no permite la entrada de luz natural. Además, la combinación de humedad y escasa ventilación forma moho negro en las paredes. Las malas condiciones del encierro sumadas a la deficiente nutrición en la cárcel, el estrés y el aislamiento han afectado la salud de González. Sufrió una significativa pérdida de peso.
La principal acusación de la Fiscalía polaca es que González, que también tiene la nacionalidad rusa, se valía de su condición de periodista para trabajar como espía para el Kremlin. Sin embargo, después de un año no ha aportada evidencia alguna, e incontestable, que justifique una decisión reprobable para las instituciones españolas y europeas. Amnistía Internacional ha constatado cómo las autoridades polacas tratan de acabar con la independencia del poder judicial. Olvidan, mientras tanto, que detener, aislar y mantener incomunicado a un ciudadano es un ataque contra los derechos humanos, pero si el detenido es un periodista que puede resultar incómodo sería un atentado contra la libertad de expresión.
Habla el Abogado de Pablo González
Bartosz Rogala, primer abogado polaco de Pablo González, puntualizó que no en todos los casos de espionaje se dicta una sentencia. En declaraciones recogidas por Publico.es enfatizó: «La práctica muestra que las investigaciones formales relacionadas con los casos de espionaje no siempre llegan a una conclusión en los tribunales de Polonia. Muchos de ellos se abandonan durante la fase previa al juicio».
Igualmente, el letrado insistió en que sus declaraciones no se refieren específicamente a la situación de Pablo González Yagüe. Advirtió que sus palabras abordan la práctica judicial general en Polonia. Eso para los casos penales tipificados en el artículo 130, que se refiere a la participación en inteligencia extranjera.
Denuncias al proceso
Parte de la causa contra Pablo González se mantiene en secreto debido a que las autoridades polacas continúan en la investigación. Por ese motivo Rogala expusó que «el equipo de defensa que representa al periodista aún no tiene acceso a todos los materiales relevantes» del caso.
El retraso en el proceso de investigación podría deberse a que se realizan indagaciones internacionales. Rogala ha confirmado que tiene conocimiento de que se están realizando peticiones de información a otros países como la que desveló Público hace tan solo unos días.
Por su parte, Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros sin Fronteras, calificó como desalentadoras las noticias que se manejan en el plano judicial del caso. En declaraciones a Radio Euskadi sugirió que la solicitud de confirmación de la nacionalidad española de Pablo González es una maniobra vejatoria. Si en 12 meses no han sido capaces de entenderlo estamos en una situación kafkiana».
Bauluz aseguró que a González se le acusó sin pruebas palpables y que desde RSF se exigió que se prueben esas acusaciones. “Dicen que es miembro del servicio de inteligencia extranjero, en este caso ruso» y ahí siguen enrocados sin ganas de aclarar el tema, dijo.