Los laboristas, el principal partido de la oposición a la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, van a rechazar cualquier eventual acuerdo entre May y la UE y están dispuestos a que se celebre un segundo referéndum con la opción de permanecer en el bloque, dijo el martes su portavoz para el Brexit, Keir Starmer.
Solo quedan seis meses para que el Reino Unido abandone la Unión Europea, y May aún tiene que acordar con Bruselas las condiciones del divorcio, después de que su plan para las futuras relaciones comerciales entre ambas partes fuera rechazado tanto por la UE como por miembros de su propio partido.
El Partido Laborista ha elaborado una lista de seis comprobaciones que realizaría en el caso de que haya un acuerdo entre May y la UE. Entre otras cuestiones, se preguntaría si el pacto garantiza unas relaciones fuertes con la UE y si aporta los mismos beneficios que tiene el país perteneciendo al mercado único y la unión aduanera del bloque.
«Todo el mundo reconoce que las negociaciones están yendo mal y que parece que nos estamos acercando a cerrar un mal acuerdo o que no haya acuerdo alguno», dijo a BBC TV. «Nosotros, el Partido Laborista, vamos a votar en contra de un mal acuerdo o vamos a votar en contra de que no haya ningún acuerdo porque eso no es bueno para nuestro país ni es para lo que la gente votó».
En la conferencia de los laboristas se votará a lo largo del martes si se mantiene un segundo referéndum como opción en caso de que May no logre que se apruebe su plan para el Brexit en el parlamento, añadiendo presión a la primera ministra.
Los bancos deben mudarse
Por otra parte, un comité de legisladores de la Unión Europea apoyó el lunes nuevas normas para evitar que grandes bancos de inversión con sede en Londres realicen actividades en la UE después del Brexit a menos que establezcan oficinas en el bloque.
Las normas, si son aprobadas por los estados de la UE y por el Parlamento Europeo en una segunda votación, obligarán a los bancos de inversión extranjeros a establecer sedes en la zona euro si quieren prestar servicios como negociación con fondos propios o gestionar emisiones de bonos y otros valores en el bloque.
Más de la mitad de todos los bancos de inversión en Europa, incluidos los gigantes estadounidenses Goldman Sachs y JPMorgan, tiene su sede en Reino Unido. Varios bancos de inversión con sede en Londres han solicitado establecer filiales y ofrecer una amplia gama de servicios bancarios en la zona del euro después del Brexit.