Por Cambio 16 / Efe
13/03/2016
Casi tres meses después de las elecciones, España ha entrado en compás de espera pendiente de que los partidos decidan negociar para formar gobierno y acabar con la crisis política dejada por el 20D o, bien, de que se agote el plazo del 2 de mayo para convocar nuevos comicios. En todo caso, el parón de las negociaciones permite augurar que no habrá un nuevo Ejecutivo al menos en las próximas semanas.
Los populares esperan que sean los socialistas quienes rescaten el diálogo. Dicen que les llamarán cuando se serenen y les piden que reflexionen tras la «investidura fallida» de su secretario general, Pedro Sánchez, a quien le insisten en la necesidad de que se reúna con el jefe del Ejecutivo en funciones y presidente del PP, Mariano Rajoy.
De hecho, acusan a Sánchez de ser quien bloquea la situación política del país, junto al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con quien mantiene vigente el acuerdo suscrito antes de la sesión de investidura.
«Para los votantes del PSOE y Ciudadanos debe ser bastaste frustrante ver como sus dos líderes están bloqueando la situación y haciendo un claro perjuicio para España», declaró el sábado la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, quien negó que el PP haya aplazado los contactos de Rajoy y Sánchez.
La dirigente popular insistió en que la «única solución sensata» para España sigue siendo un gobierno entre el PP y el PSOE presidido por Rajoy, al que también puede sumarse Ciudadanos «si quiere». «Esta es la situación y esta es la solución. Yo creo que es bien sencilla», resolvió la dirigente popular.
En el PSOE, sin embargo, creen que la llave del desbloqueo político no está en permitir que Rajoy siga siendo presidente y aseguran que seguirán trabajando para conformar un gobierno de cambio. «No vamos a esperar la llamada del señor Rajoy», advirtió la diputada socialista Isabel Rodríguez, que añadió que «si Rajoy no tiene prisa, los españoles sí la tienen por desalojarle de La Moncloa y por que haya un gobierno con una sensibilidad diferente» y basado en el acuerdo alcanzado con Ciudadanos.
Mientras tanto, el partido de Albert Rivera recuerda que mantiene sus apoyos de investidura a que los investigados por supuestos casos de corrupción sean apartados de la política Lo reiteró el secretario general de Ciudadanos en el Congreso, Miguel Gutiérrez, después de la renuncia, en la tarde del sábado, del secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, imputado por diez delitos de corrupción.
Gutiérrez, que mostró su satisfacción por la renuncia de Besteiro, incidió en la necesidad de «seguir avanzando» para limpiar «las instituciones» y consideró que si bien Ciudadanos no debe valorar las decisiones sobre la organización interna del PSOE, le parecería «coherente» que dimitiera también de cualquier cargo en el organigrama socialista.
Podemos ha vuelto a justificar su «rotundo» voto negativo a la investidura de Sánchez al entender que no existe en su propuesta de gobierno una verdadera voluntad de cambio más allá del «envoltorio».
El diputado de Podemos, Íñigo Errejón, que ha insistido nuevamente en la fórmula de un «gobierno a la valenciana» para «revertir lo que hizo» el PP, ha criticado la «indecisión» del PSOE entre conformar un gobierno de cambio o alcanzar una gran coalición con el PP y ha afirmado que el pacto PSOE-Ciudadanos ha forzado un momento en el que «nadie va ni para adelante ni para atrás».
Sobre la renuncia de Besteiro, ha dicho que ejemplifica otro de los motivos por los cuales Podemos voto no a la investidura del líder del PSOE, ya que no iba «a firmarle un cheque en blanco» a un partido que ha considerado «parte del problema y no de la solución».
Las formaciones políticas tienen hasta el 2 de mayo para consensuar un acuerdo. En sus manos está formar un nuevo gobierno o llamar de nuevo a las urnas a los ciudadanos, una opción que todos dicen que sería un fracaso, pero que ninguno desdeña.