Por Efe
31/07/2016
El papa Francisco ha pedido este domingo a los jóvenes que crean en un «nuevo mundo sin odios o fronteras como barreras» en su homilía en la misa de clausura de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se ha celebrado en Cracovia. En la espectacular explanada bautizada como Campo de la Misericordia, y ante cerca de dos millones de jóvenes que han pasado toda la noche allí, Francisco les ha animado a defender «una nueva Humanidad».
Les ha pedido que no hagan caso de quien se pueda reír de ellos por creer «en una nueva Humanidad, que no acepta el odio entre los pueblos ni ve las fronteras de los países como una barrera, y custodia las propias tradiciones sin egoísmo y resentimiento». Y también les ha exhortado a luchar pacíficamente por la honestidad y la justicia. En la homilía, Francisco ha utilizado un lenguaje coloquial, repleto de guiños a las nuevas formas de comunicación y al estilo de vida de la llamada generación «milenians» (nacidos entre 1980 y 2000), para que su mensaje les llegase mejor.
El Papa ha comenzado poniendo el ejemplo de Zaqueo, el «rico colaborador de los odiados ocupantes romanos, cuyo encuentro con Jesús cambió su vida» y de los obstáculos que tuvo que pasar. A los jóvenes les ha hablado de la autoestima y del peligro de «no sentirse a la altura» y tener «una baja consideración de nosotros mismos», y que «no sólo tiene que ver con la autoestima, sino que afecta también la fe».
«Lo que vales no tiene precio»
«¡Tú eres importante! Y Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes: ante él, nada vale la ropa que llevas o el teléfono móvil que utilizas; no le importa si vas a la moda, le importas tú. A sus ojos, vales, y lo que vales no tiene precio», les ha animado.
También les ha recordado que Dios está siempre de su parte, «como el más acérrimo de los ‘hinchas'». Y les ha hablado de la necesidad de superar «la vergüenza» y de acercarse a Dios como cuando «una persona se siente tan atraída por otra que se enamora: entonces sucede que se hacen de buena gana cosas que nunca se habrían hecho». «Ante Jesús no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados; a él, que nos da la vida, no podemos responderle con un pensamiento o un simple mensajito», ha afirmado.
Otro de los consejos de Jorge Bergoglio a los jóvenes ha sido decir un «no» fuerte «al dopaje del éxito a cualquier precio y a la droga de pensar sólo en uno mismo y en la propia comodidad». También les ha instado a que «entre tantos contactos y chats cada día», le puedan dedicar tiempo a la oración y les ha pedido que el Evangelio se convierta en el «navegador» del camino de sus vidas.
Tras esta misa que ha puesto fin a la JMJ de Cracovia, a la que han asistido unos dos millones de jóvenes, Francisco ha regresado a Roma, después de saludar a los voluntarios en el estadio Tauron Arena.