Por Cristina Cabrejas (Efe)
24/07/2016
Desde que les invitó «a salir a armar lío» durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Brasil (2003), se intuyó la sintonía del entonces desconocido Jorge Bergoglio con las nuevas generaciones, a quienes en la JMJ de Cracovia volverá a instar a mejorar el mundo con la misericordia. En el vídeo-mensaje que envió a los jóvenes esta semana antes del viaje que le llevará a Polonia del 27 al 31 de julio, Francisco les instó a experimentar las palabras de Jesús: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia».
La cita de la ciudad polaca se celebra durante el Jubileo extraordinario dedicado a la misericordia que instituyó Francisco, por lo que la invitación a la compasión marcará todos sus discursos a los jóvenes, como él mismo adelantó. ¿Pero qué es la misericordia para el papa? En su mensaje oficial para este evento indicó a la juventud cómo la entiende él. «Dar de comer a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, acoger al extranjero, asistir a los enfermos, visitar a los presos (…) aconsejar a los que dudan, enseñar a los ignorantes, advertir a los pecadores, consolar a los afligidos, perdonar las ofensas, soportar pacientemente a las personas molestas», les dijo.
Bergoglio deseó entonces «la gracia de la misericordia» ante «este mundo tan dividido, en el que se enfrentan seguidores de facciones tan diferentes, hay tantas guerras y hay incluso quien usa la propia religión como justificación para la violencia». «La misericordia cambia el mundo, hace al mundo menos frío y más justo«, ha afirmado Francisco en otra ocasión. Como en las varias ocasiones en las que se ha encontrado con los jóvenes, Francisco volverá a dirigirse a los jóvenes en un lenguaje cercano y coloquial.
Con las nuevas tecnologías
Si ese «salid a armar lío» que pronunció en la playa de Copacabana en Río de Janeiro se ha convertido en el grito de batalla de la juventud católica, Francisco ha tenido varios guiños con la llamada generación millennial, los chicos y chicas que han nacido con el nuevo milenio acostumbrados a comunicar con las nuevas tecnologías. Es un papa que no se niega nunca a un selfie con los jóvenes, que tiene 30 millones de seguidores en Twitter y una cuenta en Instagram, aunque reconozca que no se le dan bien las nuevas tecnologías.
La felicidad «no es un aplicación que se descarga en el teléfono móvil. Ni siquiera la versión más reciente podrá ayudaros a ser libres y grandes en el amor», proclamó el pontífice al dirigirse a miles de adolescentes en la Plaza de San Pedro el pasado abril. Incluso en el mensaje preparado para los jóvenes en su viaje a Paraguay, alentó a las nuevas generaciones «a compartir la amistad de Jesús por WhatsApp, Facebook y Twitter«.
Los discursos para el viaje a Polonia están ya escritos, pero como suele pasar cuando encuentra a los jóvenes, Francisco se dejará llevar por el lenguaje más cercano de la improvisación. Los encuentros con los jóvenes comenzarán el 28 de julio por la tarde en el parque Jordán y después el sábado, 29 de julio, tras almorzar con 12 chicos y chicas –dos por cada Continente y dos polacos– acudirá al llamado Campus Misericordiae celebrará la vigilia de oración.
Se escucharán los testimonios de varios jóvenes, entre ellos el de un chico sirio que ha escapado de Alepo y que introducirá el tema de la emergencia inmigración, que preocupa tanto a Bergoglio. El domingo, 31 de julio, Francisco celebrará la misa para la Jornada Mundial de la Juventud en el Campus Misericordiae y antes de partir hacia Roma saludará a los voluntarios de la JMJ.