Este domingo el papa Francisco hizo un llamamiento a los jóvenes para que se comuniquen con los ancianos, especialmente con aquellos en hogares de cuidado, para enviarles un mensaje de aliento, en medio de la soledad de la pandemia de coronavirus, en el día que la Iglesia católica dedica a los abuelos de Jesús.
«En memoria de los santos Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús, me gustaría invitar a los jóvenes a hacer un gesto de ternura hacia los ancianos, especialmente los más solitarios en hogares y residencias, aquellos que no han visto a sus seres queridos durante muchos meses», dijo el papa Francisco después de la oración del Ángelus el 26 de julio.
«Queridos jóvenes, cada una de estas personas mayores son sus abuelos. No los dejes solos… son tus raíces», agregó el papa.
El papa Francisco sugirió que los jóvenes pueden usar la «inventiva del amor» para «enviar un abrazo» a una persona mayor en su comunidad mediante una llamada telefónica o vídeo, una tarjeta o haciendo una visita cuando las medidas de seguridad lo permitan.
El Día de los Abuelos
La Iglesia católica romana conmemora a san Joaquín y a santa Ana, los padres de la Virgen María, el 26 de julio. Han sido parte del calendario litúrgico de la Iglesia durante muchos siglos.
El santo padre dijo que este día es una oportunidad para dar a los abuelos «un gran aplauso». La conexión con nuestras raíces es importante, señaló. Citó al poeta argentino Francisco Luis Bernárdez, quien escribió: «La flor de un árbol proviene de lo que tiene bajo tierra».
Reflexionando sobre el Evangelio del domingo, el sumo pontífice manifestó que Jesús «propone involucrarnos en la construcción del reino de los cielos».
Un tesoro de la humanidad
Monseñor Juan del Río Martín, arzobispo castrense de España, destaca que «esta generación de personas mayores se forjó en los años duros donde todavía no había aparecido la llamada sociedad del bienestar. No tuvieron las comodidades que gozan hoy sus nietos (…) Por esto y por otras muchas razones, los abuelos siguen siendo un gran tesoro de la humanidad en todas las tradiciones culturales».
Psicólogos, terapeutas, educadores y médicos coinciden en afirmar que la relación entre abuelos y nietos trae consigo innumerables beneficios para ambos. Dado que las personas mayores a menudo tienen mucho tiempo libre y pueden cuidar al niño cuando los padres trabajan. Estos momentos son una oportunidad única para construir vínculos tiernos y preciosos entre las dos generaciones.
Para el niño, el hecho de pasar tiempo con los abuelos le ayuda a formar su identidad y sus vínculos de filiación. Es importante ese contacto con los portadores del pasado y garantes de la historia de la familia.
Los pequeños necesitan recibir cariño de sus familias. Aquellos niños que estén rodeados de gente cálida y amorosa, probablemente crecerán con mayor seguridad interior. Esta es una gran base para poseer una autoestima saludable. Por esta razón, la relación con los abuelos influye en su bienestar psicológico hasta bien entrada la edad adulta.
Por su parte, los abuelos sienten un placer inmenso cuando pueden pasar tiempo con los nietos. Está demostrado que el hecho de mantener una estrecha relación con los pequeños reduce el riesgo de depresión.
Menos estresados que los padres, los abuelos desempeñan un papel especial para los niños. Actúan como autoridades sin imponer restricciones. Además, serán grandes confidentes en aquellas ocasiones en las cuales los niños busquen consejeros que no sean críticos.
Los ancianos en la sociedad
A escala global, la población mayor de 65 años crece más rápido que el resto de los segmentos etarios. En 2050, un 16% de las personas en el mundo tendrá más de 65 años, según el informe Perspectivas de la población mundial 2019. Esto es más la proporción de 9% reportada para el cierre de 2019.
Para 2050, cerca de un 25% de los habitantes de Europa y América del Norte podría tener 65 años o más. En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de 5 años en todo el mundo. Se estima que el número de personas de 80 años o más se triplicará de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.
De allí la importancia de que las personas mayores sean vistas cada vez más como factores que contribuyen al desarrollo. También es fundamental aprovechar sus habilidades para mejorarse a sí mismas y a la sociedad. Por esta razón, se les debería integrar en las políticas y en los programas a todos los niveles.
La Organización de las Naciones Unidas señala que en las próximas décadas muchos países estarán sometidos a presión fiscal y política debido a las necesidades de asistencia sanitaria, pensiones y protección social de este grupo de la población que está aumentando.
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