Los famosos, blue jeans o vaqueros tienen 150 años. Pensados para resistir las duras faenas de mineros, movilización de ganado y labores agrícolas del siglo pasado, hoy constituyen una pieza infaltable en cualquier guardarropa. Sin distingos de clase, sexo o condición social. Pero lamentablemente es uno de los productos más contaminantes de la industria textil. Un movimiento cada vez más fuerte promueve la producción de unos blue jeans menos contaminantes. Unos pantalones vaqueros ecoamigable.
En 1873, Levi Strauss y Jacob Davis dieron vida a una prenda que se convertiría en un ícono mundial: el jean. El pantalón, reforzado con remaches de cobre en puntos estratégicos como los bolsillos y la base de la cremallera, fue diseñado para resistir las duras condiciones de trabajo. Los “overoles de cintura”,como se les llamó originalmente, fueron fabricados con tela denim, teñida con el característico color azul índigo de la India. El nombre “jeans” no se adoptaría hasta 1960. Casi un siglo después de su invención.
Desde su creación, el jean ha evolucionado adaptándose a los cambios sociales y culturales. Durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en una parte esencial de las provisiones de las tropas aliadas. Con el fin de la guerra, comenzó a imponerse como una prenda de moda. En los años cincuenta ya era un símbolo de la juventud. Pero fue en los setenta cuando dio un salto significativo, al convertirse en un símbolo de igualdad y liberación de género.
Mercado milmillonario
El jean trascendió las barreras de sexo, clase y raza, convirtiéndose en una prenda universal que se adaptaba a cualquier situación social. A 150 años después de su creación, es difícil encontrar a alguien que no tenga uno en su armario. Desde rockeros hasta presidentes, obreros y jóvenes, todos han adoptado esta prenda resistente y versátil. Strauss y Davis nunca imaginaron que se convertiría en un fenómeno global.
En términos de ventas, se estima que cada segundo se venden sesenta vaqueros en todo el mundo. A un precio promedio de 28,3 dólares por pieza. Esto resulta en un mercado que supera los 56.000 millones de dólares anuales. El dinamismo y la constante evolución caracterizan al mercado de los jeans. En 2022, se estimó en unos impresionantes 105.000 millones de dólares, con un crecimiento anual promedio del 2%.
China, India, Bangladesh, Pakistán y Turquía son los principales países productores. China es el líder en la producción de denim a nivel global. En la ciudad de Xintang, en la provincia de Guangzhou, se fabrican hasta 2,5 millones de prendas al día. Representa aproximadamente uno de cada tres artículos de denim vendidos en el mundo. Además, China es un importante exportador de jeans a Estados Unidos. Representa entre el 32.28% y el 37.23% de las importaciones estadounidenses.
Alto costo ambiental
Los jeans tienen un impacto ambiental que supera su funcionalidad. Aunque los vaqueros actuales mantienen la esencia de la sarga tejida, teñida de azul y reforzada con remaches del diseño original de Levi Strauss, su producción a escala mundial, que alcanza los 3.000 millones de pares, tiene un costo. Entre los que destaca el alto consumo de agua.
Se estima que se utilizan alrededor de 3.781 litros de agua para fabricar un solo par de jeans. En la fase de producción, se utilizan aproximadamente 2.000 litros más de agua, se emiten 13 kg de CO2, se emplean 10 kg de colorantes y químicos. En los procesos de lavado intensivo, blanqueo, impresión en los tejidos se utilización metales pesados como cadmio, cromo, mercurio, plomo y cobre. Residuos tóxicos que terminan en desagües, contaminando el sistema acuático. Algunos permanecen activos durante largos períodos. Como en el caso del Reactivo Blue 19, activo más de 46 años.
La producción del denim es responsable del 10% de los pesticidas y cerca del 25% de los insecticidas utilizados anualmente en todo el mundo. La huella de carbono de la industria del denim es significativa, con aproximadamente 33,4 kilogramos de carbono emitidos para la fabricación de una sola pieza de jeans. Esta cantidad equivale a lo que se emitiría al conducir 111 kilómetros, o ver 246 horas de televisión en una pantalla grande.
Los vaqueros también contribuyen a la huella ambiental de la industria de la confección. Responsable de entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. La moda rápida y la fabricación masiva de prendas a bajo costo también contribuyen significativamente a deteriorar el ambiente. Se estima que la industria textil aporta cerca del 4% de los residuos sólidos solo en Estados Unidos. Una parte importante provienen de los populares vaqueros.
Reducir su impacto
Varias empresas han comenzado a implementar iniciativas que buscan reducir el impacto ambiental de esta industria. Un ejemplo notable es el proyecto Jeans Redesign, que establece pautas para la durabilidad, trazabilidad, reciclabilidad y uso de materiales y procesos seguros en la fabricación de jeans.
Grandes marcas de la moda, como C&A, Levi’s, Guess, GAP, Tommy Hilfiger, Banana Republic, Zara y Urban Outfitters, se han unido a este proyecto. El objetivo es disminuir la huella de carbono y adoptar prácticas más sostenibles en la producción de prendas de denim. Levi’s, por ejemplo, se ha comprometido a “desintoxicar” sus jeans para minimizar su impacto ambiental. Otras marcas están adoptando prácticas más sostenibles. Como la fabricación de vaqueros con algodón orgánico y bambú, evitando el uso de productos químicos dañinos.
En la industria de la moda, las materias primas ecológicas y los procedimientos sostenibles están ganando terreno para combatir la llamada “moda rápida”. Un sistema basado en la producción y desecho masivo de prendas. La creciente conciencia sobre el impacto ambiental de la industria textil ha generado un aumento en la demanda de marcas éticas y sostenibles por parte de los consumidores. Este cambio de paradigma es un paso crucial hacia un futuro más sostenible para la industria del denim.
Consejos
- Si no hay una etiqueta con la lista de materiales, estire el tejido; si cede mucho, probablemente no es un vaquero rediseñado.
- Elija vaqueros fabricados entre un 98 y un 100 % de algodón. Serán más rígidos, pero también más sostenibles. Aún con un 5% de algodón reciclado deberían seguir siendo duraderos
- Si sus vaqueros parecen raídos, plantéate repararlos. Si está seguro de que ya no le sirven, pruebe revenderlos. Si buscas uno nuevo, piense en comprarlo usado.
- Elija un estilo que sepa que usará por años, idealmente, incluso décadas.
- Normalmente, cuanto más claro es el vaquero, más procesado está.
- Lávelos con menos frecuencia, use agua fría y séquelos al sol, para extender su vida útil.
- Compre menos vaqueros, aunque estén hechos con algodón orgánico o regenerativo.
Prácticas sostenibles
Se estima que en el mundo se fabrican más de mil millones de unidades de jeans al año, su impacto es brutal. Para mitigarlo varias empresas están innovando y adoptando prácticas más sostenibles. Algunos rediseñando sus modelos y ofreciendo a los consumidores opciones más ecológicas. Los jeans, aunque parezcan simples, son en realidad el resultado de un proceso de producción complejo que comienza con el algodón.
Aunque a menudo se incorporan materiales sintéticos, los vaqueros más duraderos y ecológicos están hechos casi completamente de algodón o de otras fibras naturales como el cáñamo. Sin embargo, no todo el algodón es igual. El algodón orgánico, por ejemplo, genera menos dióxido de carbono y utiliza menos agua que el cultivado de manera convencional. El reciclado, obtenido al triturar el hilo o el tejido para convertirlo nuevamente en fibras, ahorra agua y materiales. Pero puede comprometer la resistencia y durabilidad de los jeans.
Los métodos tradicionales de teñido requieren índigo sintético y grandes cantidades de agua. Seguido de un chorro de arena y agua de alta velocidad y energía para darles un aspecto más claro y desgastado. Algunas empresas, como Patagonia en Estados Unidos, están adoptando tecnologías de teñido más sostenibles a base de espuma que ahorran agua. Otras emplean el desteñido por láser. Que aclaran, destiñen y crean un aspecto lavado con menos energía y agua. Estas técnicas pueden reducir el impacto ambiental de esta fase de acabado hasta en un 90%.
La reciclabilidad de los jeans también es un factor importante. Para reciclar un par de jeans, hay que retirar todas las piezas metálicas. Un proceso que requiere mucho trabajo, reduce el valor del reciclado y es costoso. Algunas marcas están eliminando los remaches y las cremalleras. Aunque son populares entre los consumidores, dificultan el reciclaje.
Extender su uso
Extender la vida útil de los vaqueros es una de las formas más efectivas de reducir su impacto ambiental y promover una industria del denim más sostenible. Lo que puede resultar en ahorros significativos. Los jeans más nuevos y duraderos pueden tener un costo inicial más alto. Si elige un diseño atemporal y lo cuida adecuadamente, podrá usarlos por años. Cuando ya no los necesite, es mejor que terminen en el armario de otra persona antes que en un vertedero.
Lavar los vaqueros en casa representa aproximadamente una cuarta parte del consumo total de agua y un tercio de su huella de carbono a lo largo de su vida útil. Mantenerlos fuera de la canasta de la ropa sucia no solo reduce esta huella, también disminuye su desgaste, lo que contribuye a su longevidad.
En algunos países marcas como Madewell y American Eagle tienen programas de recolección que convierten los jeans usados en aislantes para viviendas. Lamentablemente, aunque este “downcycling” es mejor para el planeta que enviar los jeans a un vertedero, no reduce la producción futura de nuevas piezas.
Aunque hoy no concebimos un ropero sin una pieza fabricada de denim, su producción tiene costo que el planeta no puede seguir pagando. Con la adopción de prácticas más sostenibles por parte de las empresas y una mayor conciencia por parte de los consumidores, podemos esperar un futuro más verde y unos vaqueros más ecoamigables.