Ensayos con diferentes cultivos extensivos, hortícolas y frutales de la región de Castilla y León confirman los efectos desinfectantes del ozono en los suelos. Pero, investigadores del Itagra, aseguran que esa sustancia produce “importantes daños colaterales” en los terrenos de esa región, destruye materia orgánica y reduce su fertilidad.
El proyecto FitO3, desarrollado por el Instituto Tecnológico Agrario y Alimentario, evaluó durante dos años el uso del ozono en la agricultura. En cultivos de remolacha, judías verdes, brócoli, pimiento, repollo. Así como en el calabacín, cebolla, lombarda, patata, cebada y trigo. En las regiones de Palencia, Burgos, la Ribera del Duero, Zamora o Salamanca.
Al ozono, que es un componente gaseoso, se le atribuyen propiedades positivas sobre los suelos. Por ser altamente oxidante, se encarga de desinfectar, purificar y eliminar microorganismos patógenos como virus, bacterias, hongos, moho, esporas. Además, tiene la característica de descomponerse rápidamente en oxígeno por efecto de la luz, calor, choques electrostáticos, entre otros.
Jorge Miñón, coordinador técnico y de I+D+i del Itagra explica que en los últimos años el uso del ozono en agricultura «ha sido un boom». Se está aplicando como «paracetamol» para la desinfección en suelos, debido a que «es un potente oxidante que elimina los microorganismos patógenos». Pero, en realidad, no existía un conocimiento suficiente sobre las consecuencias de su uso.
De ahí el objetivo del proyecto FitO3. Estudiar el efecto de la desinfección con ozono, sobre el pH, materia orgánica y dinámica de nutrientes del suelo. El trabajo estuvo desarrollado por los investigadores del Itagra, Susana Luis y José Manuel Miguel.
Impacto del ozono en los suelos
Empresas comercializadoras y prestadoras de servicios de ozono en la agricultura exaltan sus beneficios. ASP Asepsia destaca que el uso de agua ozonizada en cultivos permite incrementar la productividad de las explotaciones entre un 15% y un 40%. No solo porque desinfecta, sino porque favorece la oxigenación de las raíces, ya que el ozono tras hacer la desinfección se convierte en oxígeno.
Entretanto, Ozono Solutions señala que el uso del ozono en los suelos aumenta la absorción de nutrientes. También eleva el crecimiento de las plantas y reduce las enfermedades foliares.
Frente al alto coste y la peligrosidad de los desinfectantes tradicionales, el riego con agua ozonizada se presenta como una opción. Incluso, la aplicación de ozono existe en semilleros y cultivos hidropónicos.
Defensores del ozono lo consideran eficaz en la eliminación de bacterias, virus, protozoos, nemátodos, hongos, agregados celulares, esporas y quistes. Actúa mejor que otros desinfectantes como el cloro, dióxido de cloro y monocloraminas,
Los resultados de los ensayos de Intagra sobre el ozono en los suelos de la región centro-norte del país, señalan que ese componente es un buen desinfectante. Sin embargo, elimina los microorganismos buenos que hay en el suelo y destruye la materia orgánica en altos niveles. «Con todo el impacto que supone al reducir el sumidero de carbono del suelo, y la fertilidad de los suelos», dijeron los investigadores.
En las investigaciones con diferentes cultivos y en varias localidades se observó que el uso de ozono tiene un efecto desinfectante de los suelos. Pero, produce daños secundarios importantes en el suelo, con pérdida de materia orgánica y reduce su fertilidad.
Útil pero empobrece los cultivos
A esta conclusión se llegó luego de realizar de forma continua un tratamiento de cuatro partes por millón de agua ozonificada (concentración muy baja), en un suelo típico de viñedo. Con un contenido en materia orgánica del 0.75% (28.125 Kilos por hectárea de materia orgánica en los 30 centímetros). Esto supuso la pérdida de 2.250 Kg/ha de materia orgánica.
«Recuperar esta cantidad puede implicar más de siete años en un viñedo tradicional», dijo Miñón a EFE. Insistió en que el uso del ozono «reduce el patógeno del suelo», pero ocasiona importantes daños colaterales.
Miñón advirtió que «nos estamos cargando la reserva de nutrientes del suelo y la materia orgánica que es sumidero de carbono. Y la herramienta para capturar gases de efecto invernadero».
Confió el ingeniero agrónomo que estos resultados referidos al ozono se repiten en todos los cultivos y en todos los suelos. Sin embargo, se comprobó que su uso es «bueno» si se aplica de forma pulverizada en la superficie de la hoja de los cultivos.
Asimismo, es «bastante efectivo» para tratar enfermedades fúngicas en las hojas, como el oídio, una de las enfermedades más importantes en los cultivos hortícolas. Y para el control de la yesca, una enfermedad de la madera que mata a la viña.
De hecho, el ozono ya se está aplicando en viñedos desde hace tiempo, pero generalmente para descontaminar el suelo, algo innecesario, según los resultados de este estudio. Precisa que la yesca está en la madera y este proyecto demuestra que sería más eficiente y sostenible aplicarlo en la madera y en la hoja.
En agricultura es «útil y efectivo en el control de plagas y enfermedades de origen fúngico». Pero no lo es tanto cuando se aplica en suelos, ya que «se acaban empobreciendo a nivel biológico», agregó Miñón.
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