El activista ruso de oposición Alexéi Navalni está en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital de Siberia, después de haber sido ingresado con aparentes signos de envenenamiento. El dirigente, un abierto crítico del presidente Vladímir Putin, regresaba a Moscú en avión desde Tomsk cuando comenzó a sentirse mal.
La aeronave hizo un aterrizaje de emergencia en Omsk y lo llevaron a un hospital local. Un video grabado con un móvil en el avión mostraba al personal médico subiendo a bordo mientras que un hombre gritaba de dolor.
Los médicos que tratan a Alexéi Navalni se han negado a dejarlo en libertad para su evacuación a una clínica en el extranjero. Esta situación provocó un enfrentamiento con su familia y simpatizantes.
Fuentes cercanas al dirigente opositor aseguran que su vida está en peligro en Rusia. La negativa del hospital se anunció apenas una hora antes de que llegara un avión para evacuar a Navalni al hospital Charité de Berlín.
«Suponemos que a Alexéi lo envenenaron con algo mezclado en su té«, tuiteó su secretaria de prensa, Kira Yarmysh. «Eso fue lo único que bebió esta mañana. Los médicos dicen que la toxina se absorbió más rápidamente debido al líquido caliente. Ahora mismo Alexéi está inconsciente».
Hermetismo en el hospital
En este momento los médicos «están comprometidos en el proceso de salvarle la vida«, dijo Anatoly Kalinichenko, subdirector del hospital donde está siendo tratado. Destacó que Alexéi Navalni estaba inconsciente y con un ventilador.Indicó que l a condición del líder de oposición es «estable» y se negó a dar más detalles.
Los miembros del hospital habían prohibido a la esposa de Navalni y a un médico personal que lo visitaran porque, «aunque estaba inconsciente, no les había dado permiso», aseguró Yarmysh.
El personal del hospital también se había negado a mostrarles los resultados de las pruebas que indicarían una intoxicación, agregó. Un grupo de investigadores, que informaron que querían comprobar si había medicamentos u otras toxinas potenciales, también incautaron sus pertenencias, explicó.
Un vídeo publicado por varias páginas rusas de noticias mostró al líder de la oposición cuando era trasladado en una camilla desde el avión hasta una ambulancia que esperaba en la pista de Omsk.
Niegan su traslado
Los médicos no han confirmado que Navalni haya sido envenenado, aunque Kalinichenko dijo que habían recibido los resultados de las pruebas y que habían hecho un diagnóstico. La agencia estatal de noticias Tass informó, con base en una fuente policial, que los investigadores no estaban considerando el envenenamiento como una posible causa.
Sus partidarios han indicado que quieren trasladarlo al extranjero para que reciba tratamiento. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, dijeron que sus respectivos países están listos para aceptar a Navalni, de manera que se le brinde cuidado médico adecuado.
La noche de este jueves, el presidente de la Fundación Cinema for Peace, Jaka Bizilj, declaró que a la medianoche enviarían «un avión ambulancia con el equipamiento médico y especialistas que podrán traer a Navalni a Alemania». Aseguró que esperaba lograr todas las autorizaciones necesarias «esta misma noche», informó DW.
El avión partió de Nuremberg con un equipo médico en la madrugada del viernes y, según medios alemanes, se dirigiría a Omsk antes de regresar a Berlín con Navalny, donde el hospital Charité estaba listo para atenderlo.
Ivan Zhdanov, director de la Fundación Anticorrupción de Navalny, dijo que solo podían trasladarlo si el hospital le entregaba los documentos médicos a su esposa, Yulia, con quien tiene dos hijos. La dirección del centro se ha negado hasta ahora a hacerlo.
Sin embargo, el médico jefe del hospital, Alexander Murakhovsky, dijo que Navalni estaba demasiado enfermo para ser movido, a pesar de haber dicho apenas unas horas antes que su condición había mejorado. «Cualquier cosa podría pasar. Incluso lo peor podría pasar ”, explicó. Más tarde, aseguró que los médicos «no creen que el paciente haya sido envenenado».
En busca de apoyo
Alexéi Navalni ha hecho campaña contra el gobierno de Putin durante años. Se encontraba viajando por varias ciudades de Siberia para respaldar a los candidatos a los que apoya en las elecciones regionales del próximo mes.
También pudo haber estado recopilando información para una investigación sobre los políticos locales de Rusia Unida, informó el sitio de noticias local Tayga.Info. Las revelaciones de corrupción en sus investigaciones sobre altos miembros del Gobierno ruso han alimentado protestas callejeras. Pero también han provocado airadas amenazas de funcionarios poderosos.
«No hay duda de que a Navalni lo envenenaron por su posición y actividad política», afirmó Vyacheslav Gimadi, jefe del departamento legal de la Fundación Anticorrupción del líder opositor.
Intento previo
Yarmysh señaló que el año pasado Navalni tuvo una reacción alérgica aguda que, según un médico, podría haber sido el resultado de una intoxicación con una sustancia química desconocida. «Hace un año, Alexéi fue envenenado cuando estaba en la cárcel», escribió. «Claramente ha vuelto a pasar lo mismo».
A Navalni también le atacaron en 2017 con un tinte verde que lo dejó con ceguera parcial en un ojo.
Otras figuras atacadas
Los dirigentes de la oposición rusa han sido blanco de violencia en el pasado. En 2015, el ex vice primer ministro Boris Nemtsov recibió cuatro disparos y murió cerca del Kremlin. A cinco hombres de Chechenia se les encarceló por el ataque. Pero su familia cree que quienes ordenaron el asesinato nunca fueron capturados.
Varias figuras de la oposición han sido atacadas con veneno desde que Putin llegó al poder en 2000. Alexander Litvinenko, un ex oficial del FSB que desertó al Reino Unido, murió en 2006 de enfermedad por radiación después de haber ingerido una dosis letal de polonio-210 en su té. Uno de los hombres acusados de envenenamiento es ahora diputado en el Parlamento de Rusia. El activista de la oposición Petr Verzilov reveló recientemente que fue víctima de un intento de envenenamiento en Moscú en 2018.
Alexéi Navalni ha utilizado las protestas en Bielorrusia contra el presidente de ese país, Alexander Lukashenko, para tratar de persuadir a los rusos de que respalden a los candidatos que él apoya.
En una aparición reciente en su canal de YouTube habló de cómo las huelgas exitosas de trabajadores clave en Bielorrusia habían obligado a las autoridades a comenzar a relacionarse con los manifestantes.
Los activistas creen que pueden enfrentar una situación parecida a la de Bielorrusia cuando Putin se presente a la reelección en 2024 después de que logró cambiar con éxito la Constitución para permitirle potencialmente postularse otra vez para la Presidencia.
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