El Niño es un patrón climático recurrente que implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico tropical. En períodos que van de tres a siete años, las aguas superficiales de una gran franja del Océano Pacífico tropical, se calientan o enfrían entre un y tres grados centígrados, en comparación a la normal.
Hay dos tipos de El Niño. Uno marcado por las máximas anomalías cálidas al este de la cuenca del océano Pacífico, y el otro por las máximas anomalías cálidas registradas en el centro de dicha cuenca. Para referirse a ambos tipos de fenómenos climáticos, los científicos hablan de El Niño Canónico y El Niño Modoki, respectivamente.
Graves efectos ambientales y sociales
El fenómeno de El Niño es responsable de inundaciones y deslizamientos de tierra que destruyen las cosechas. Debido a que “El Niño” modifica el patrón normal de las condiciones meteorológicas, provoca otras alteraciones climáticas donde resaltan tormentas, inundaciones, tornados y huracanes.
El Niño es capaz de alterar los patrones climatológicos en la mitad de la superficie terrestre y provocar severas inundaciones.
Igualmente, El Niño ha provocado en los últimos tiempos prolongadas sequías en África. En ese continente, casi 20 millones de habitantes han sido fuertemente amenazados por hambruna y numerosas enfermedades infecciosas.
El Niño va en ascenso
En las últimas décadas, el fenómeno El Niño ha experimentado una evolución extraordinaria e intrigante. Así se desprende de una reconstrucción de 400 años de historia obtenida a través del análisis de muestras de coral.
Este análisis demuestra que se ha roto un equilibrio de cuatro siglos de antigüedad. Ello tiene consecuencias para los patrones de lluvia en el cinturón tropical y otras regiones, dependiendo de las anomalías que se registran en la superficie marina y en las corrientes oceánicas.
El intenso episodio de El Niño de 2015-2016, que vino acompañado de sequías, inundaciones y decoloración coralina en varias zonas del mundo, asociado al cambio climático a largo plazo, provocó que las temperaturas mundiales aumentasen hasta alcanzar máximos históricos, tanto en 2015 como en 2016.
El Ciclo ENOS
El calentamiento oscilante y el patrón de enfriamiento que caracteriza a El Niño, es conocido como el ciclo ENOS. Afecta directamente a la distribución de las precipitaciones en las zonas tropicales y puede tener una fuerte influencia sobre el clima en los otras partes del mundo. El ciclo ENOS tiene dos fases extremas: El Niño y La Niña. Entre estas dos existe una tercera, llamada Neutral.
El ciclo ENOS entero dura generalmente entre 3 y 7 años. Con frecuencia incluye una fase fría (La Niña) que puede ser igualmente fuerte, así como algunos años que no son anormalmente fríos ni cálidos.
Sin embargo, el ciclo no es una oscilación regular como el cambio de estaciones, pudiendo ser muy variable en tanto en la intensidad como en su duración. En la actualidad, aún no se entiende completamente cuáles son las causas de estos cambios en el ciclo ENOS.
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