Por Manuel Domínguez Moreno
Las noticias procedentes de Estados Unidos sobre escolares que acuden armados hasta los dientes a sus centros de enseñanza para matar a cualquier individuo que se les ponga por delante en sed de venganza por los motivos más espurios han encontrado por primera vez en España una traslación en el suceso acaecido en un instituto de Barcelona, el Joan Fuster, en el barrio de la Sagrera.
La clase sobre los Reyes Católicos que el profesor sustituto, contratado hace dos semanas, estaba impartiendo quedó suspendida para siempre después de que M.P.C., un alumno de segundo de ESO de 13 años y por tanto inimputable, vestido con ropa de camuflaje, armado con un puñal, una ballesta y una pistola de balines, disparase mortalmente contra este docente y provocara asimismo heridas de diversa consideración a otras cuatro personas, entre ellas una alumna hija de otra profesora del centro.
El agresor fue identificado por los Mossos d’Esquadra y custodiado en el interior del centro escolar hasta bien avanzada la mañana, según un portavoz de la policía autonómica. De allí fue trasladado al hospital para ser explorado, antes de ser puesto a disposición del fiscal de menores. El adolescente portaba una mochila con diverso material que serviría para preparar un cóctel molotov.
Este joven de 13 años ni siquiera podrá ser detenido por la policía según la ley del menor vigente desde el año 2000. Es inimputable a efectos legales, ya que esta norma impide perseguir penalmente a las personas menores de 14 años que cometen delitos. En su título preliminar se delimitan las medidas que pueden exigirse exclusivamente “a las personas mayores de 14 años y menores de 18 años por la comisión de hechos tipificados como delitos o faltas en el Código Penal”.
Las únicas soluciones que la ley impone a este agresor que ha matado con una ballesta a un profesor sustituto pasan por que sean los ámbitos educativo y familiar los que impongan el castigo, pero en ningún caso el penal. Por tanto, tampoco esta previsto el internamiento para esta franja temprana de edad.
En este caso concreto de Barcelona, será la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia la que deberá “promover las medidas de protección adecuadas a sus circunstancias”.
Mientras tanto, el juzgado de instrucción número 24 de Barcelona, de guardia en el momento del ataque, ha abierto diligencias para investigar los hechos. Tanto el juez como el secretario se encontraban en la avenida Meridiana de Barcelona, donde se ubica el IES Joan Fuster, para proceder al levantamiento del cadáver.