En medio de la profunda crisis económica, política y social por la cual atraviesa Venezuela, la presencia de un concesionario de vehículos Ferrari en Caracas ha generado indignación. En las últimas horas las redes sociales se han desbordado en críticas en contra de Nicolás Maduro. No es la primera vez que las noticias sobre el negocio de la venta de coches de lujo desatan la polémica en Venezuela
En esta oportunidad, el catalizador de las críticas fue el anuncio de la supuesta inauguración de una agencia de Marianello Motosport, distribuidor autorizado de coches Ferrari.
Si bien fuentes ligadas a la empresa aseguran que ha estado operando en Venezuela desde hace 20 años (más o menos el mismo tiempo que lleva el régimen chavista en el poder), ha llamado poderosamente la atención que se mantenga funcionando en un país cuya pobreza extrema alcanza al 80% de la población y donde abunda la carestía de productos básicos (alimentos, medicinas y combustible). Además, transita por el octavo año consecutivo en recesión y 39 meses seguidos en hiperinflación, la más alta del planeta. Y con el más bajo de los salarios del mundo.
El negocio de los coches de lujo en Venezuela
Por mucho tiempo, la venta de coches de lujo ha generado este tipo de reacciones en Venezuela. Además, ha dejado abierta la duda acerca del trillado argumento de que la crisis se debe a las sanciones y el bloqueo.
Muchas veces, Nicolás Maduro y sus colaboradores han justificado que la falta de medicinas, alimentos o combustible se debe a que las sanciones no permiten importarlos. Sin embargo, se pueden importar coches de lujo o repuestos para venderlos Venezuela. Simplemente, no tiene sentido.
Además, el elevado precio de estos vehículos nos coloca frente a una paradoja, y es que, según la lógica chavista, no habría clientes para adquirirlos, ni siquiera para mantenerlos. Los salarios y los bonos que el Gobierno paga están muy lejos de alcanzar para tal lujo. Y los funcionarios del régimen no los comprarían porque, obviamente, hacerlo sería un signo de «decadente ostentación capitalista» en la que ningún «revolucionario socialista» caería.
Un tema con antecedentes
En julio de 2020, autoridades del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos reportaron en Fort Lauderdale, Florida, el decomiso de 81 vehículos que presuntamente iban a ser enviados de forma ilegal hacia Venezuela.
En el lote se contaban autos de marcas como Lexus, Mercedes, Toyota y Land Rover, valorados en aproximadamente 3,2 millones de dólares.
Actualmente, al menos una docena de concesionarios ofrecen en Caracas vehículos modernos, brindando así más opciones a los que se pueden permitir un desembolso de varios miles de dólares. Estas tiendas manejan precios entre los 20.000 y los 100.000 dólares por unidad.
Algunos economistas se refieren a este fenómeno como la «burbuja». En ella está «encapsulado» menos del 5% de la población. Pero su presencia y proliferación es innegable, especialmente en Caracas, donde la «burbuja» es más fuerte por ser la región del país menos golpeada por los fallos eléctricos o la escasez de gasolina.
Fuera de la «burbuja», la mayoría de venezolanos trata de sobrevivir con un salario mínimo por debajo de un euro al mes. Algunos, más afortunados, logran hacerse de un ingreso de 10, 20 o 50 euros, mientras sueñan con obtener un poco más de dinero, 100 euros tal vez, para darse un «lujo», como un par de zapatos nuevos.
Indignación por todas partes
«En un país quebrado, donde los venezolanos ganan menos de 2 dólares al mes y mueren de hambre, el régimen y sus cómplices inauguran un concesionario de Ferrari. Es el reflejo de la indolencia y la degradación moral de la dictadura. Son corruptos y lavadores de dinero que expanden sus negocios ilegales», dijo Julio Borges, canciller de la presidencia encargada.
Entretanto, la diputada Delsa Solórzado, añadió que «esta es la justicia social del socialismo bolivariano. Solo para enchufados» (término popular que se acuña a los beneficiados por el chavismo).
El politólogo Ricardo Sucre se refiere al «socialismo oligárquico”. Una élite económica que vive entre Caracas y Miami, Madrid o República Dominicana.
10.000 millones de dólares en Suiza
Pero la polémica no termina allí. Al mismo tiempo que se suscita la controversia en Venezuela por la agencia de venta de coches de Ferrari, en los tribunales de Suiza se ventilan presuntos casos de corrupción del gobierno chavista.
La Fiscalía de Suiza identificó cuentas bancarias que contienen más de 10.000 millones de dólares que, sospechan, provienen de fondos públicos malversados en Venezuela. El informe es difundido por Le Matin Dimanche.
Señala el periódico que, desde que se abrieron las investigaciones a fines de 2019, los fiscales en Zúrich se enteraron de que personas cercanas al régimen de Maduro tienen fondos en cientos de cuentas en alrededor de 30 bancos.
En febrero de 2020, un Tribunal Federal suizo ordenó la liberación de documentos bancarios vinculados a un desfalco a la petrolera PDVSA por 4.500 millones de dólares. La decisión afectó a los hermanos Luis Oberto e Ignacio Oberto. También a otros dos empresarios venezolanos sospechosos de haber sido sus cómplices: Alejandro Betancourt, que vive en España, y su primo Francisco Convit, que reside en Venezuela.
Los otros que están comprometidos en la causa son el banquero suizo Charles Henry De Beaumont y dos ex funcionarios chavistas de primera línea. Por un lado, Rafael Ramírez, el expresidente de PDVSA, y por el otro, Nervis Villalobos, ex viceministro de Energía.
Corrupción, oro y contrabando
La hipótesis de la investigación es que los empresarios sobornaron a los dirigentes de la petrolera para montar un «esquema de negocios» entre 2012 y 2014. La mayor parte de los dividendos eran transferidos a los bancos Compagnie Bancaire Helvetique y EFG Bank AG. El resto se repartía entre otras entidades financieras en Suiza, siempre a cuentas vinculadas con los hermanos Oberto.
Asimismo, en 2020, un informe de la cadena suiza Radio Televisión Suisse aseguró que el país europeo es uno de los destinos del régimen de Maduro para guardar las ganancias que le da la extracción ilegal de oro y su posterior contrabando. Además, indicó que se sospecha que distintos bancos locales -Compagnie Bancaire Helvétique y Credit Suisse- lavan dinero de altos funcionarios de la dictadura.
Venezuela en el debate del Parlamento Europeo
El Parlamento Europeo tiene previsto debatir la situación de Venezuela. Dita Charanzová, vicepresidenta de ese organismo para América Latina, dijo que insistirá en pedir a la Unión Europea que siga reconociendo a Juan Guaidó y a la Asamblea Nacional elegida en 2015.
Incluso, solicitará que se amplíen las sanciones selectivas contra el régimen de Nicolás Maduro. También pedirá que se apoyen las denuncias interpuestas ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad.
“Creo que podremos alcanzar una mayoría en el Parlamento Europeo que comparta la posición de reconocer al presidente Guaidó y de apoyar la continuidad constitucional en Venezuela”, manifestó.
Charanzová emitió un mensaje esperanzador a los venezolanos. “Quiero que sepan que no están solos en estos momentos tan difíciles y que tienen todo el apoyo de los europeos. Estamos al lado de las fuerzas democráticas en su lucha para una Venezuela libre y democrática”, agregó.
Entretanto, Venezuela se divide entre la mayoría que trata de sobrevivir con menos de un euro al mes, y los privilegiados que pueden comprarse coches de lujo de más de 300.000 euros. Son los milagros del socialismo.
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