La decisión del Reino Unido de cerrar las puertas a la tecnología 5G de Huawei achica el cerco al gigante chino de las telecomunicaciones que empezaron a tejer Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Medios afectos al régimen de Pekín piden “represalias dolorosas” contra el gobierno de Boris Johnson; algo que analistas británicos creen posible con el fin de “disuadir” a otros gobiernos europeos para que no sigan ese camino.
La medida anunciada por el gobierno de Johnson prohíbe a las operadoras británicas adquirir equipos nuevos 5G de Huawei a partir del 31 de diciembre. La participación de la firma china en el desarrollo de esa tecnología en el Reino Unido también deberá ser desmontada antes de 2027.
Se trata de un cambio de posición, dado que a principios de año le permitía a Huawei una participación de 35% en el desarrollo de la nueva tecnología 5G. Solo le impedía el acceso del material de la compañía a los núcleos estratégicos de la nueva red.
“Esto no es un problema para una empresa o una industria”, respondió el Ministerio de Relaciones Exteriores de China. «El problema es que Gran Bretaña politiza los asuntos de negocios y tecnológicos a cualquier precio. La seguridad de las inversiones chinas en el Reino Unido está amenazada”, dijo la portavoz Hua Chunying.
“Si solo la fuerza habla, entonces no es diferente de la ley de la jungla. Sin buena voluntad, cuanto mayor es la fuerza, mayor es la amenaza. El árbol espera paz, pero el viento sigue soplando. Si #US quiere hacer olas, ¡entonces que la tormenta continúe!”, escribió Hua en su cuenta de Twitter.
Se refería a la presión ejercida por el presidente Donald Trump contra Huawei, a la que acusa de estar controlada por el Ejército Popular de Liberación y de constituir una amenaza para la seguridad nacional.
Los precedentes
A principios de junio de este año, dos de las mayores empresas de telecomunicaciones de Canadá tomaron la decisión de excluir a Huawei y su tecnología 5G de las redes del país.
En agosto de 2018, la misma Huawei informó que el Gobierno de Australia había cancelado los planes para que la empresa china proporcionara tecnología 5G para las redes inalámbricas de ese país. Las autoridades australianas emitieron un comunicado en el que aludieron, aunque no mencionaron, a Huawei y a ZTE. Las empresas que «probablemente estén sujetas a instrucciones extrajudiciales de un gobierno extranjero» podrían presentar un riesgo de seguridad, señalaron en el texto.
En noviembre de 2018, Nueva Zelanda anunció su oposición a que Huawei suministrara equipos para el desarrollo de la red inalámbrica 5G o de 5.ª generación.
Estados Unidos asegura que la Ley de Inteligencia Nacional de China de 2017 establece que las organizaciones deben «apoyar, cooperar y colaborar en el trabajo de inteligencia nacional»; lo que significa que Pekín podría obligar a Huawei a hacer espionaje. Huawei asegura que nunca se le ha pedido y que «se negaría categóricamente a cumplirlo».
Tecnología 5G con retraso
Se esperaba que la tecnología 5G estuviera en funcionamiento para julio de 2020 en todo el mundo, algo que no ha ocurrido. Con ella, aumentará unas diez veces la velocidad de conexión de los teléfonos celulares, lo que permitirá un acceso más rápido a vídeos, diarios electrónicos, mapas, etc. También ofrecerá avances en otros campos, como las comunicaciones autónomas con internet de dispositivos o sensores de autos o viviendas inteligentes.
En el caso de Gran Bretaña, la nueva decisión supondrá un retraso de entre dos y tres años en el desarrollo nacional de la nueva red 5G y un coste añadido de más de 3.000 millones de euros. “Se ha antepuesto la seguridad a la eficacia”, indicó el ministro de Cultura Digital, Oliver Dowden. Las compañías de telecomunicaciones deberán planificar el reemplazo de torres de comunicación y material ya instalado por Huawei; además de buscar alternativas a los componentes facilitados por esa empresa y que forman parte de las redes 3G y 4G, para cuando corresponda renovarlos.
Ello sin contar el coste que tendrían posibles retaliaciones por parte de China. “Pekín puede tratar de castigar a Gran Bretaña para desalentar a otros gobiernos europeos de seguir el ejemplo del Reino Unido”, advirtió Patrick Wintour, editor diplomático del periódico The Guardian.
El Global Times, portavoz del gobierno del partido comunista de China, dijo que tendría que haber «represalias dolorosas» por la decisión de Gran Bretaña.
Hasta ahora, Francia ha descartado una prohibición total de Huawei; y Deutsche Telekom de Alemania, el cliente más grande de Huawei en Europa, se ha opuesto firmemente a cualquier prohibición general de proveedores individuales, añadió Wintour.
“Mucho dependerá de la opinión que tome Alemania. Si Berlín decide dar el visto bueno a Huawei para que desempeñe un papel importante en su red 5G, incluso si solo en áreas ‘no centrales’, otros países más pequeños y menos influyentes pueden seguir”, apuntó.
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