Parte de los aciagos momentos que vive la humanidad son recogidos en forma de novela y en 563 páginas por uno de los más famosos escritores de ciencia ficción actual. Kim Stanley Robinson derrocha talento y sensibilidad al plantear el desastre ambiental del planeta, su desorientación y carencia de rumbo. El Ministerio para el Futuro es una suerte de viaje a través del caos y la lucha del hombre por sobrevivir.
Robinson tiene una imaginación exuberante y lo ha demostrado en más de 20 libros. Pero su relato no escapa de la realidad. Visualiza el entorno, está al día con los acontecimientos y sobre los hechos, hilvana sus ideas. El temor que despliega en sus páginas es si la realidad sobrepasará a la imaginación. He allí el foco de atención y de preocupación.
La obra transcurre en un horizonte cercano y factible, en el 2025. Aunque exacerbado en sus planteamientos apunta a las proximidades de una eventualidad cierta. El incumplimiento de las metas del Acuerdo de París, para reducir la temperatura a menos de 2 °C y otros tantos desafueros.
En la narración, Robinson sigue a un conjunto de personajes diversos que intentan resolver la crisis climática, reparar nuestro mundo y, esencialmente, salvar a la humanidad. La novela comienza en la India, donde Frank May trabaja en la clínica de una organización benéfica. Las olas de calor se han convertido en algo habitual allí. Pero llega el día de mayor pico de calentamiento y se corta la energía. Cunde la angustia.
May busca desesperadamente ayudar a los pacientes y vecinos. No lo consigue. Es el único sobreviviente de un evento que mató a millones de personas. Frank, desolado, retoma el ánimo y pone en marcha un esfuerzo global para asegurarse de que nunca vuelva a suceder.
El Ministerio para el Futuro, algo más que un título sugestivo
Kim Stanley Robinson (1952) es uno de los más celebrados autores de ciencia ficción de Estados Unidos. Es conocido por la “Trilogía de Marte”, galardonada con los premios Nebula y Hugo. Además ha escrito obras como “Antártida”, “The Wilde Shore”, “Pacific Edge o The Gold Coast”. Y “Tiempos de arroz y sal”, que le han valido otras distinciones, entre ellas, los premios Asimov, John W. Campbwell, Locus y World Fantasy Award. También cuenta en su amplia trayectoria “New York 2140” y ¨Luna roja”.
La protagonista de la obra es Mary Murphy, una irlandesa que dirige una agencia de la ONU con sede en Zúrich. Y lidera el Ministerio para el Futuro, de ahí el título del libro. Ese despacho se creó para proteger a las personas del futuro y asegurarse de poner fin a la crisis climática.
La diplomática se enfrenta a políticos corruptos y multimillonarios, a raíz de la terrible ola de calor en la India que mató a millones de personas. Entonces el Ministerio para el Futuro patrocina varios trucos tecnológicos para tratar de frenar el calentamiento. Y programas de concienciación.
Murphy, cuál heroína, también colabora con un puñado de banqueros de todo el mundo en quebrar a los petro-multimillonarios. Y alejar la economía de los combustibles fósiles. Mientras tanto, las huelgas de estudiantes y los levantamientos de los trabajadores migratorios se suceden por todo el mundo.
Varios científicos y economistas interactúan para revertir los efectos del cambio climático y promover la igualdad global. Algunos de los proyectos en los que están trabajando incluyen reconstruir glaciares para reducir la temperatura de la Tierra, .
Asimismo prevenir extinciones masivas de animales, socializar necesidades como la atención médica y los servicios públicos. Abolir los paraísos fiscales y distribuir los recursos con equidad. Cada una de estas ideas se discute de forma educativa y entretenida.
Cambio climático, economía y resiliencia
En los 106 capítulos de la novela, Robinson habla de la tecnología blockchain, los impuestos al carbono. La dinámica de la capa de hielo, la flexibilización cuantitativa, entre otras cosas. Presta mucha atención a cómo se mueve el dinero en una economía basada en el carbono, y comprende los fundamentos financieros de la crisis climática.
Después del miedo de la apabullante crisis climática y social, el escritor da un mensaje de esperanza. Transforma la crisis existencial en una crónica llena de resiliencia y redención.
“Quería sugerir que a pesar del peligro extremo al que nos enfrentamos, una buena respuesta global podría esquivar el evento de extinción masiva. Toda mi noción de utopía se ha reducido a la supervivencia de las muchas especies que están en peligro. Si esquivamos el evento de extinción masiva, podemos hacer frente a todo lo demás que pueda suceder más adelante”, dijo Kim Stanley Robinson.
Agregó el escritor que “una buena novela está muy comprometida con la realidad. No creo en las novelas de fantasía. El principio de la realidad es que cuando estás leyendo una novela y llegas a algo, dices: ‘Sí, es cierto. Así es la vida’. Es esa sensación, ese sentimiento. Y yo quiero eso”.
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