El cerebro está involucrado en todo lo que hacemos y, como cualquier otra parte del cuerpo, también debe ser atendido. El ejercicio del cerebro, a fin de mejorar la memoria, la concentración o la funcionalidad diaria, es una prioridad para muchas personas, especialmente a medida que envejecen. Dicho esto, las personas de todas las edades pueden beneficiarse al integrar algunos ejercicios simples para el cerebro en su vida de todos los días. Y el Método Ikeda puede ser que esta experiencia sea, además de útil, divertida
Las investigaciones científicas muestran que, cuando se trata de mantener la mente aguda, hay tres principios básicos: ejercitar el cuerpo, ocupar la mente y mantener hábitos saludables. Pero hay algo más: agregar diversión a su vida puede ser tanto o más útil que los «métodos tradicionales» de salud mental. Es aquí donde el Método Ikeda hace su entrada triunfal.
Dejemos la pereza mental
Si bien los buenos hábitos y la actividad física son importantes, el ejercicio del cerebro mismo es fundamental para su bienestar. Evitar la inactividad y el aburrimiento resulta prioritario.
«El cerebro quiere aprender cosas nuevas», dice Robert Bender, MD, jefe de sección del Centro de Geriatría y Memoria del Centro Médico Broadlawns, de Des Moines,en Iowa.
«Cuando el cerebro es pasivo, tiende a atrofiarse», agrega. Por tanto, las actividades sedentarias y relativamente pasivas, como sentarse frente a un televisor durante horas al día, pueden ser perjudiciales para la salud del cerebro con el tiempo.
Aprender a divertirse
Para saber cómo podemos ejercitar la memoria, encontraremos pocas voces más autorizadas que la de Yoshihiro Ikeda. Ha ganado el campeonato de memoria de Japón durante seis años consecutivos. Su método se basa en un entrenamiento diario y motivado.
En el Método Ikeda nos muestra un plan de entrenamiento compuesto por 60 ejercicios, distribuidos en 5 capítulos o sensores de clasificación. Su objetivo es enseñar técnicas para mejorar la memoria. Pero lo mejor es que hace que el lector sea capaz de memorizar mientras se divierte. Además, al activar estos mecanismos se puede despertar la sensación de descubrir cosas nuevas. Eso nos inspira y nos ayuda a memorizar más fácilmente.
Las nuevas tecnologías nos han hecho aún más vagos, dado que confiamos en que ellos nos resolverán cualquier duda. Esto ha repercutido de forma muy negativa en nuestra agilidad mental. Por eso, Ikeda nos motiva a ejercitar el cerebro para mejorar su desempeño.
Los niños suelen tener mejor memoria, puesto que la mayoría de las cosas los atraen y conmueven. Con base en esa idea, Ikeda argumenta que «las emociones tienen un gran impacto en el cerebro, por lo que nos es más fácil recordarlas».
De este modo, nos resulta complicado recordar información sobre temas que no nos producen interés. Es así como la «diversión» desempeña un papel fundamental cuando predisponemos nuestra mente a memorizar algo.
Los 5 «sensores»
Para lograr este objetivo, el Método Ikeda explica que existen cinco «sensores» que activan nuestra inspiración:
- El «sensor de detección». El cerebro recuerda el placer de descubrir algo nuevo, al igual que lo hacen los niños.
- El «sensor de clasificación». El cerebro comprime toda la información que tiene elementos similares. Así reduce espacio y aumenta la capacidad de memoria.
- El «sensor de cotejo». El cerebro compara información que conoce, para retener mejor los nuevos recuerdos.
- El «sensor de imagen». Nos sustentamos en una ayuda visual para recordar.
- El «sensor de relación». Combinamos imágenes, números y palabras, inventando historias o fórmulas, para luego recordar y conectar todos los factores.
Vida saludable
También podemos ayudarnos con otros recursos, para mejorar nuestra salud mental. Un estudio publicado en julio de 2019 en The Journal of the American Medical Association, que siguió a 196.383 participantes de 60 años o más que no tenían deterioro cognitivo o demencia, indicó que un estilo de vida saludable se vinculaba con un menor riesgo de demencia entre los participantes, independientemente del riesgo genético de la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas.
Otro estudio sobre la conexión entre el estilo de vida y el riesgo de demencia, que se publicó en diciembre de 2013 en PLoS One, halló que las personas que practican varios hábitos saludables reducen notoriamente su riesgo de demencia.
El estudio rastreó cinco hábitos de estilo de vida saludable: no fumar, mantener un índice óptimo de masa corporal (IMC), fuerte consumo de frutas y verduras, actividad física regular y consumo de alcohol bajo a moderado. Quienes siguieron cuatro o los cinco hábitos tenían 60% menos de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo o demencia.
A mover el cuerpo
Se ha demostrado que el ejercicio físico es particularmente beneficioso para el cerebro. En un estudio de 36 adultos jóvenes sanos, publicado en septiembre de 2018 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores determinaron que un solo período de 10 minutos de pedaleo de baja intensidad en una bicicleta estacionaria se asoció con una mayor actividad en el hipocampo del cerebro. Esta área es conocida por su participación en la creación de nuevos recuerdos y recordando hechos y eventos.
Otro estudio publicado en julio de 2019 en el Journal of the International Neuropsychological Society estableció que una sola sesión de entrenamiento moderada inmediatamente antes de una tarea cognitiva conllevó una mayor activación cerebral.
El resultado del estudio indicó que hubo una activación cerebral mucho mayor después del ejercicio. Esto llevó a los investigadores a concluir que el ejercicio puede cambiar de inmediato la forma en que funcionan nuestros cerebros. Los datos aportan nueva prueba de que la actividad física puede fortalecer la función cerebral y la memoria.
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