Por Cambio16 / Fotografía: LUCÍA CARRETERO
¿Sabía que esta es la única ciudad de Europa donde puede toparse con un elefante por la calle? Viajamos a Nantes, lugar de nacimiento de Julio Verne y donde el espíritu fantasioso del escritor está más vivo que nunca, con marionetas gigantes como el anterior paquidermo o antiguas fundiciones reconvertidas en verdes vergeles.
También de aquí son los creadores de algunas de las marionetas animadas gigantes más hermosas que pueda imaginar, Les Machines de l’Île, y que tal vez haya visto en eventos en Berlín (como el aniversario de la Caída del Muro), o en Madrid, en el tradicional desfile de los Reyes Magos. Seguramente no sea casualidad que tanta imaginación y fantasía emane del mismo lugar, Nantes, ciudad a orillas del río Loira, en el oeste de Francia. Antaño, cuando el río cruzaba el centro de la urbe, había muchos puentes, lo que le valió el nombre de la Venecia del Oeste. Pero las inundaciones eran numerosas así que se decidió desviar el curso de las aguas, para lo que se ideó un sistema de sujeción para muelles y edificios del centro que fue construido por holandeses. La sorpresa vino cuando posteriormente descubrieron que los inmuebles estaban torcidos, ¿cómo era aquello posible? Los técnicos del norte, en sus cálculos, supusieron que la arena de la ciudad era similar a la de su país, y no fue así. El terreno dio lugar a edificios ladeados, algo que se aprecia muy bien desde el mirador de la Tour Bretagne, conocida entre los vecinos como la verruga de Nantes por ser el único rascacielos de la urbe que sobresale, con creces, sobre el resto de arquitectura.
Un paseo por el tiempo
Esta particularidad marida a la perfección con el carácter imaginativo de Nantes, que ha sabido dejar atrás su pasado industrial y reconvertir sus vestigios en lugares de ebullición cultural: un jardín en mitad de una antigua fundición, la vieja fábrica de galletas Lu, que es lugar ineludible si uno quiere impregnarse de lo que pasa en la ciudad, y esculturas por doquier. Si pasea por Nantes conviene llevar bien abiertos los ojos porque cada rincón es una sorpresa. Y las hay para todos los gustos: si lo suyo es la arquitectura más clásica, el barrio medieval de Bouffay, cerca del castillo de los duques de Bretaña y de la catedral, cuenta con unas hermosas fachadas del siglo XV y casas de piedra del siglo XVIII. De esta misma época es la plaza Graslin, con el teatro y la espléndida brasserie La Cigale.
Si seguimos viajando en el tiempo, del siglo XIX es el antiguo palacio de Justicia que pasó a ser en 2012 el hotel Radisson Blu. Y ya en el más reciente siglo XX, la mencionada Tour de Bretagne con su espectacular mirador en el piso 32 y el apabullante nuevo Palacio de Justicia, obra de Jean Nouvel, que recuerda a las construcciones navales. Entre los edificios emblemáticos están también la Torre Lu, con su maravilloso y casi onírico mirador giratorio y el espléndido pasaje Pommeraye, una galería comercial donde lo que le costará es mirar los escaparates de las tiendas considerando la belleza de sus estatuas, arcos y escaleras.
Decir Nantes es hablar también de una rica historia marítima y fluvial. Pasee en coche, andando o en bici por el estuario y disfrute de sus 30 instalaciones de arte contemporáneo que empezaron siendo una bienal de arte y se han quedado a formar parte del paisaje a lo largo de los 60 kilómetros que separan Nantes del pueblo costero de Saint-Nazaire. Las obras nos sorprenden en el lugar más insospechado: una casa a medio inundar en el medio del río (La Maison dans la Loire), un velero al más puro estilo daliniano que intenta escapar de un cementerio de barcos (Le Pellerin), una casa encima de un faro (Le Pendule), donde el visitante puede quedarse a dormir… Durante el verano, el estuario del Loira puede recorrerse también en barco.
Pero, sin lugar a dudas, uno de los lugares preferidos por los autóctonos y que está en constante ebullición y metamorfosis es la Isla: antiguamente, albergaba hangares y astilleros que han sido reconvertidos en puntos de encuentro. Por ejemplo, el hangar de los plátanos acoge bares y restaurantes. Además, a lo largo de toda la isla hay jardines, explanadas, paseos junto al río, e incluso, una playa de 600 metros cuadrados. Pero la atracción que hace las delicias de grandes y pequeños es, sin duda, Les Machines de l’Île: sólo por este proyecto que evoca los mundos fantásticos de Julio Verne y el universo mecánico de Leonardo Da Vinci ya le habrá merecido la pena el viaje.
Teatro en la calle
La compañía La Machine es una compañía de teatro callejero nacida en 1999, dirigida por François Delarozière. Paralelamente al proyecto Les Machines de l’Île, realizan numerosos espectáculos callejeros. En este espacio de la isla es fácil pasar horas y horas, sea a lomos de un elefante o subiéndose a las atracciones de un espectacular carrusel de los mundos marinos, donde puede elegir el bicho en el que sentarse, a cada cual más fantasioso.
¿Hemos dicho elefante? Sí, el elefante de Nantes es uno de sus personajes más famosos y querido por los habitantes: se trata de un animal metálico de más de 48 toneladas de peso, que va desplazándose con parsimonia, hace ruidos e incluso, riega con agua que sale de su trompa a los más desprevenidos. Los visitantes pueden subirse a su lomo y dar paseos de media hora, toda una experiencia. Además, también pueden visitarse los talleres donde trabajan los miembros de la compañía, viendo cómo operan sobre sus próximas creaciones.
Y si la emoción de tanta fantasía le ha pasado factura, nada como relajarse en alguno de los más de 100 parques (fueron Capital Verde en 2013). De ellos destaca el Jardín Botánico, con más de 500 variedades de camelias y magnolias, que son las flores símbolo de la ciudad. También, puede acercarse a la Butte Saint-Anne, que ofrece unas vistas panorámicas del río y del puerto y donde podrá sentarse junto a la estatua que la ciudad dedicó a su más ilustre escritor y a uno de sus personajes: Verne y el capitán Nemo. Otra opción de lo más agradable y pintoresca es acercarse a Trentemoult, un pueblo de pescadores justo al lado de Nantes, donde se llega en un paseo en barco de 10 minutos. Un sitio estupendo desde el que contemplar la ciudad.
La ciudad
- Región: Países del Loria
- Departamento: Loira Atlántico
- Antigua capital de Bretaña
- 283.000 habitantes
- A 385 km. de París
- Aeropuerto a 8 km. del centro
Webs interesantes
Cómo llegar
- Hay vuelos directos desde Madrid (Air Nostrum, Iberia) y desde Barcelona (Vueling).
- Se tarda 2 horas aproximadas desde París en tren de alta velocidad (TGV).
Dónde dormir
PRECIO MEDIO
Hotel Sozo, 4 estrellas (nº1 de 78 hoteles en Tripadvisor.com)
Radisson Blu Hotel Nantes,
4 estrellas (nº2)
PRECIO BAJO
Amiral Hotel, 2 estrellas (nº13)
Ibis Nantes Centre Gare Sud, 2 estrellas, (nº14)