Por Cambio16
El juez Santiago Pedraz ha archivado por segunda vez la causa abierta al concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata por el tuit que publicó en 2011 sobre Irene Villa, al entender que no constituye «infracción criminal» porque su voluntad «no estaba dirigida -directamente- a humillar a las víctimas».
Pedraz ha adoptado esta decisión en un auto notificado a las pocas horas de tomarle declaración como imputado por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo después de que la Audiencia Nacional le obligara la semana pasada a reabrir el caso e interrogarle.
En su comparecencia ante el juez de la Audiencia Nacional y la fiscal Blanca Rodríguez, recogida en el auto, Zapata ha asegurado que con sus tuits no pretendía lesionar la dignidad de las víctimas sino suscitar un debate sobre la libertad de expresión en el marco de las redes sociales; señalar que cuestiones que, en un contexto privado, no generan polémica, sin embargo sí lo hacen en la red.
Con las explicaciones de Zapata, el juez de la Audiencia Nacional considera que su conducta encaja en el ejercicio del derecho de expresión y en términos de debate y que «su intención en modo alguno era lesionar la dignidad de las víctimas y no podía imaginar que pudiera humillar a algunas víctimas».
Respecto al comentario por el que ha tenido que declarar -«Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos»- o el que hizo sobre el holocausto nazi -«¿Cómo meterías a 5 millones de judíos en un seiscientos?, en un cenicero»- el juez observa que van entrecomillados, por lo que interpreta que «no es una oración elaborada por el Sr.Zapata» sino que la oyó en la calle «hace tiempo».
Asume así lo manifestado este miércoles por el concejal que durante su declaración, recogida en el auto del juez, ha explicado que eran «citas de expresiones que en su momento recordó de cuando era pequeño, en un debate sobre libertad de expresión», lo que para el juez es «fácilmente constatable, pues si acudimos a internet aparecen esas frases y se han repetido hace años: han estado en la ‘calle'».
Es por esta circunstancia que Pedraz concluye que «difícilmente el Sr. Zapata se pudiera representar ‘seriamente’ ese posible daño a las víctimas» y «teniendo en cuenta que publicó esos tuits hace cuatro años» se pregunta: «¿acaso él sabía que iba a tener un cargo público, que alguien iba a ‘rebuscar’ en su pasado ‘tuitero’ y luego, por ser concejal, iba a tener la repercusión que ha tenido?».
Insiste que por este motivo en el auto anterior de archivo, del pasado julio, aludió al derecho penal del enemigo, «pues no consta se haya procedido contra otros por tales oraciones. Además, el Twitter de aquella época nada tenía que ver con el de ahora», asegura el juez.
«Algunos se imaginarán que aquella frase pueda producir dolor en las víctimas, otros no. Pero no por habérselo imaginado tiene que ser castigado penalmente», prosigue Pedraz, quien recuerda que para «combatir el causalismo clásico (la causa de la causa es causa del mal causado) se ponía como ejemplo el caso de responsabilidad penal de aquel carpintero que construyó la cama donde se cometió un adulterio (era delito en aquella época).»
Al no encajar los hechos en un tipo penal el juez rechaza practicar más diligencias, como las testificales de víctimas que había pedido la acusación, o pedir informe a la Policía y a la Guardia Civil para que identificaran al autor de esos tuits y si estuvieron publicados en su cuenta de Twitter desde el 31 de enero de 2011 hasta el 13 de junio de 2015.
Según el juez, todo ello está ya acreditado puesto que el propio concejal de Fuencarral-El Pardo ha reconocido que la cuenta es suya y que publicó los tuits por los que ha tenido que comparecer.
Zapata fue llamado a declarar después de que la Audiencia Nacional se lo ordenara a Pedraz al hacerle reabrir esta causa que el magistrado archivó en julio tras recibir una carta de Irene Villa en la que aseguraba que el tuit sobre ella no le había causado humillación y que lo consideraba un chiste de humor negro.
En su resolución, la Sala consideró insuficiente para decretar el archivo el perdón de Irene Villa porque «no estamos ante una sola expresión relacionada con una víctima del terrorismo, sino ante varias manifestaciones que todas juntas, como mínimo, pueden indicar un cierto grado de desprecio a las víctimas del terrorismo y una cierta y bastante manifiesta trivialización del terrorismo que podría exceder de lo que es un mero ejercicio del humor negro».
Al trascender la existencia de esos tuits, Zapata pidió perdón a las personas que se hubiesen sentido ofendidas y, a causa de esta polémica, renunció a tomar posesión como edil de Cultura y pasó a ser concejal de distrito.