Por Cambio16
30/10/2017
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El inventor danés Peter Madsen ha declarado que la periodista sueca Kim Wall murió a bordo de su submarino por envenenamiento con monóxido de carbono y que fue él quien desmembró su cuerpo y tiró los restos a la bahía de Koge, cerca de la capital danesa, informa la Policía de Copenhague.
Al mismo tiempo, Madsen niega haber matado a la periodista y ha precisado que en el momento de su fallecimiento él se encontraba en la cubierta de la embarcación. Las últimas declaraciones del inventor difieren de las que hizo en audiencias previas.
De acuerdo con su versión anterior, la muerte de la periodista se debió a un accidente al escapársele supuestamente una escotilla de hierro de 70 kilos que golpeó a Kim. La Policía desmintió aquella explicación tras determinar que en el cráneo de la periodista no hubo rastro de daños que pudieran haber sido resultado de un accidente de este tipo.
Las partes del cuerpo, un cuchillo y ropa de Wall fueron encontradas en bolsas, que a su vez estaban sujetadas a piezas de metal, a principios de octubre en la bahía de Koge por buzos de la Marina que colaboran con la Policía del país escandinavo.
Más que una crimen
La noche del pasado 10 de agosto, Kim Wall subió en Copenhague a bordo del submarino Nautilus, diseñado y construido por Madsen, con la intención de hacer un reportaje, pero nunca regresó a casa.
Horas más tarde, el sumergible fue encontrado hundido pero sin rastros de la periodista en su interior.
Días después, se halló en el mar el torso de la mujer sin piernas, brazos, ni cabeza, con un peso metálico atado a él con la intención de que se hundiera. Aunque no se pudo determinar inmediatamente si el cuerpo pertenecía a la periodista desaparecida, los expertos lo confirmaron tras realizar pruebas de ADN al cadáver.
Durante la audiencia del horroroso caso en la corte de Copenhague se supo que el inventor danés tenía imágenes de crueles torturas de mujeres en su ordenador.
Más allá del horrendo crimen, el caso de Kim Wall ha vuelto a plantear las preocupaciones sobre la seguridad de los periodistas independientes, un debate que fue ampliamente reavivado tras la noticia de la muerte de James Foley en Siria en 2014 . Y esta vez, la discusión también inevitablemente incluye si su género fue un factor.