Al menos 4.100 personas al año mueren en España por cáncer de vejiga. La incidencia de la enfermedad es una de las más altas en el mundo. Al año se diagnostican unos 12.200 casos y es el cuarto tumor más frecuente en los hombres, le siguen los de pulmón, próstata y colorrectales.
El cáncer de vejiga está asociado a la alta proporción de fumadores entre la población masculina. En España, por cada mujer que tiene cáncer de vejiga, siete hombres lo padecen.
Investigadores de la Universidad de York del Reino Unido buscaron en el humo del cigarrillo las causas del cáncer de vejiga y su vínculo con el tabaquismo. Recrearon la forma cómo las tóxinas del tabaco causan patrones singulares de daño en el ADN de las células humanas.
Cáncer de vejiga y tabaquismo
A pesar de que el cáncer de vejiga está estrechamente relacionado con el tabaquismo, se desconocen las causas exactas.
Una investigación liderada por Simon Baker del Departamento de Biología cultivó tejidos de vejiga humana en un laboratorio. Luego las expusieron a la toxina común del humo del cigarrillo para analizar 3.000 millones de letras del código genético (ADN) y tratar de encontrar la «firma mutacional».
El concepto se refiere al patrón de cambios que efectúan las toxinas del humo del tabaco en las células humanas. Baker explicó que las firmas mutacionales son como huellas dactilares en las escena del crimen. Cuando se observa el ADN de un tumor se puede ver las huellas que deja «el delincuente» involucrado en la causa del cáncer.
El experimento encontró efectivamente que el humo del cigarrillo deja un rastro de huellas distintivas en el ADN de los tejidos de la vejiga. Pero solo es responsable de una pequeña parte del daño.
Enzimas APOBEC
El hallazgo no significa que el tabaquismo no esté relacionado con la incidencia de cáncer de vejiga, sino que es poco probable que las toxina del humo sean las principales responsables de la aparición de tumores cancerosos en la vejiga.
Los hallazgos han orientado la investigación hacia otro objetivo: una familia de enzimas llamadas APOBEC. Un conjunto de proteínas que editan el ARN que transfiere el código genético del ADN del núcleo celular a un ribosoma en el citoplasma.
Las enzimas APOBEC destruyen los virus como parte de las defensas naturales del cuerpo contra una infección. Sin embargo, algunos estudios apuntan a que pueden atacar por error el ADN humano en varios tipos de cáncer. La siguiente etapa del estudio será tratar de entender cómo y por qué las enzimas APOBEC se activan contra las células de la vejiga.
Incidencia en países desarrollados
El cáncer de vejiga tiene una incidencia de un 65% en los países desarrollados, especialmente en el sur de Europa y Norteamérica. La mayoría de los casos se registran entre los 65 y 75 años, pero los hay entre los 40 y 45 años de edad.
Se considera que entre el 70-75% de los casos de cáncer de vejiga tienen como causa el consumo de tabaco. Mientras que un 20% se atribuye a la exposición ocupacional. Es decir, trabajadores que están en contacto con gomas, tintes, pinturas, metal, cueros, o mineros y conductores.
Otros factores que se apuntan como causa del cáncer de vejiga es la infección por schistosoma haematobium, una especie de gusanos parasitarios que comúnmente se conocen como bilharzia.
También el uso de la fenacetina –un fármaco que se utiliza como analgésico y antipirético– y la ciclofosfamida –una medicina que se administra en casos graves de artritis reumatoide o complicaciones de lupus, miositis, esclerodermia y vasculitis– se señalan como causa de cáncer de vejiga.
La tasas de mortalidad por cáncer de vejiga entre los hombres en España son de las más altas en el mundo. Se estima que por cada mujer mueren 4,6 hombres. Los expertos señalan que la mejor forma de evitar el cáncer es no fumar y controlar el riesgo ocupacional.
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