Casi seis años se demoraron los científicos en dar a conocer un descubrimiento que los dejó bastante sorprendidos: el hallazgo de jirafas enanas en Uganda y Namibia, dos países africanos. La razón por las que se denominan así no es otra que porque sufren de enanismo, miden aproximadamente la mitad del tamaño normal.
El becario en ciencias de la conservación de la Fundación para la Conservación de la Jirafa y el Instituto Smithsonian de Biología, Michael Brown, junto a su equipo, lograron observar a una jirafa de especie enana en el Parque Nacional Murchison Falls de Uganda. La jirafa nubia, apodada Gimli, mide 9 pies y 4 pulgadas. La descubrieron en diciembre de 2015.
Fue tres años después (mayo 2018) cuando encontraron a Nigel, una jirafa angoleña de 8 pies y 6 pulgadas en una granja privada en el centro de Namibia.
La rara enfermedad que padecen
Nigel y Gimli son más pequeñas que las otras jirafas, que en promedio miden 16 pies de altura, mientras que los machos pueden crecer más de 19 pies. Sus cuellos son largos pero sus patas son notablemente más cortas. Parecen “como si alguien hubiera puesto la cabeza y el cuello de una jirafa sobre el cuerpo de un caballo, comparó el New York Times.
Los científicos utilizaron un telémetro láser y una cámara para medir con precisión las extremidades de ambos animales. A través de sus investigaciones encontraron que ambas jirafas tenían los huesos de las piernas, específicamente el radio y el metacarpiano, mucho más cortos que las jirafas de aproximadamente la misma edad.
De acuerdo con los investigadores, se trata de enanismo, mejor conocido como displasia esquelética, una condición muy rara en animales salvajes. Afecta al crecimiento de los huesos, lo que a menudo resulta en una baja estatura. En los animales domésticos la enfermedad es bastante común, así que la causa del enanismo en Nigel y Gimli sigue siendo un misterio.
Son más vulnerables a los depredadores
Aunque no se sabe qué le causó la afección, los investigadores señalaron que los disturbios civiles y la caza furtiva en la década de 1980 llevaron a un “cuello de botella significativo” en la población de jirafas de Uganda, pero es poco probable y no está claro si la condición de Gimli está relacionada con una disminución en la diversidad genética.
Su baja estatura podría hacerlas más vulnerables a los depredadores, y se ha visto a Nigel en un video caminando cojeando. Sin embargo, ambas han sobrevivido después de su primer cumpleaños, un hito no alcanzado por dos tercios de algunas poblaciones de jirafas.
Encontrar pareja también les es difícil
Dado que las dos especies observadas con displasia esquelética eran machos, el montaje exitoso para la reproducción parece físicamente improbable, lo que sugiere la incapacidad de transferir genes potenciales asociados con esta condición.
La Fundación para la Conservación de la Jirafa estima que solo 111.000 jirafas permanecen en estado salvaje en África. Esta especie atraviesa una extinción silenciosa en África. El hecho de que esta sea la primera descripción de la jirafa enana es solo otro ejemplo de lo poco que se sabe sobre estos carismáticos animales.
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