El principal productor mundial de carne, JBS, con ingresos anuales de más de 50.000 millones de dólares se equipara a las grandes multinacionales de petróleo y gas, en la emisión de gases de efecto invernadero. Ahora JBS intenta ingresar a la bolsa de valores de Nueva York para potenciar sus inversiones, pero los ambientalistas descorren su historial contaminante.
El Instituto de Política Agrícola y Comercial (IATP), un grupo de expertos que comprende la interconexión entre agricultura, comercio y clima, y la fundación Changing Markets dedicada al tema ambiental, calcularon que las 15 empresas más grandes del mundo del sector alimento son responsables del 3,4% de las emisiones mundiales de metano. Equivalen a más del 80% de la huella total de metano de la Unión Europea.
Allí se incluyen a Tyson Foods, Nestlé y Danone, entre otras. Pero, sin dudas, JBS lleva la delantera en sus contribuciones de estos gases que calientan el planeta y afincan la crisis climática. Con operaciones en todo el mundo y una cadena de suministro que llega a zonas ecológicamente sensibles como la selva amazónica, esta multinacional es responsable de importantes volúmenes de emisiones de dióxido de carbono y metano.
JBS produce más CO2 cada año que toda Italia. Y más gases que gigantes de la industria de combustibles fósiles, como ExxonMobil, BP y Shell.
El gigante de la carne ya cotiza en bolsa en Brasil, donde tiene su sede. Ahora está buscando cotizar en la Bolsa de Nueva York, una medida que le daría a JBS un mayor acceso a capital, que podría utilizar para crecer aún más. EE UU es su mercado más grande.
JBS quiere cotizar en la Bolsa de Nueva York
Activistas medioambientales están intentando bloquear su inclusión. Rainforest Action Network, Mighty Earth y World Animal Protection enviaron cartas a la Comisión de Bolsa y Valores de Nueva York detallando el historial ambiental de mala calidad de JBS. Y una letanía de prácticas de gobierno corporativo dudosas, reseñó The New York Times.
La Comisión (Securities and Exchange Commission, SEC) propuso el año pasado exigir a las empresas que cotizan en ese mercado que divulguen tanto sus emisiones de gases de efecto invernadero como los riesgos que el cambio climático representa para sus negocios.
Esa instancia planteó cambios en las reglas que requerirían que los registrantes incluyan divulgaciones relacionadas con el clima en sus declaraciones. Las normas innovadoras de la SEC establecen que las empresas deberán medir y precisar las emisiones de gases de efecto invernadero de manera estandarizada
JBS ha sido acusada muchas veces de ser una pieza clave en la deforestación de la Amazonia. En septiembre 2022, el gigante francés de supermercados Carrefour suspendió el suministro de carne de res de dos mataderos de JBS en el Amazonas.
La decisión se basa en una investigación de Mighty Earth, que encontró que dos tercios de los productos cárnicos en las tiendas Carrefour en Brasil procedían de JBS. Y el 12% procedían de dos mataderos en Rondonia. Según un informe del Centro de Análisis de Delitos Climáticos, esas instalaciones de JBS en Rondonia están conectadas a haciendas ganaderas ilegales en el territorio indígena Uru-Eu-Wau-Wau en ese Estado.
“Toda esta evidencia apunta a una empresa que no tiene un plan real para descarbonizar. Y es muy selectiva sobre lo que revela para engañar a los inversores de que la empresa puede seguir creciendo en una industria donde las prácticas habituales no son suficientes”, escribió Glenn Hurowitz, director ejecutivo de Mighty Earth.
Pieza clave en la deforestación de la Amazonía
JBS está trabajando arduamente para persuadir al público y a los inversores potenciales de que es un buen ciudadano corporativo.
Los investigadores dicen que hasta el 90% de la deforestación en la selva amazónica está relacionada con la industria ganadera. La deforestación tropical para la producción de carne es un doble golpe para el clima, ya que reemplaza los sumideros de carbono biodiversos con tierras taladas llenas de bovinos que escupen metano.
JBS es uno de los mayores consumidores de ganado criado en tierras recientemente deforestadas. En 2021, una auditoría dirigida por fiscales del estado brasileño de Pará, hogar del segundo rebaño de ganado vacuno más grande del Amazonas, encontró que JBS había comprado 301.000 animales. Esto es, el 32% de sus compras en el estado, entre enero de 2018 y junio de 2019 de fincas que habían violado compromisos para prevenir la deforestación ilegal.
Una investigación del Times encontró que los ranchos que abastecen a JBS se superponen significativamente con tierras indígenas. Una zona de conservación o un área que fue deforestada después de 2008, cuando se implementaron leyes que regulaban la deforestación en Brasil.
The New York Times preguntó al director ejecutivo global de JBS, Gilberto Tomazoni, qué estaba haciendo la empresa para asegurarse de que el ganado que compra no provenga de tierras recientemente deforestadas, respondió que “este es un gran problema y nadie puede resolverlo solo”.
Dijo que JBS tenía una política de “tolerancia cero contra la deforestación” y había cortado los lazos con 16.000 ganaderos que no la cumplían. También pidió la creación de un sistema nacional de trazabilidad que rastrearía a los animales individuales desde el rancho hasta el corral de engorda y el matadero.
Información poco clara
Tomazoni insistió en que JBS tenía como objetivo alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2040. Pero, la Junta Nacional de Revisión de Publicidad consideró que esa afirmación era engañosa.
Una portavoz de JBS sostuvo que la empresa estaba utilizando blockchain para rastrear animales y había abierto oficinas en todo Brasil donde ayuda a los agricultores a restaurar los bosques. La compañía también dijo que abriría un centro de investigación para estudiar la carne cultivada en laboratorio. Pero JBS no hace públicos datos detallados sobre el número de vacas, cerdos, pollos y otros animales que sacrifica cada año.
En el sitio web de JBS USA, propietario mayoritario de Pilgrim’s Pride y otras empresas, el gigante afirmó tener la “capacidad” de “procesar más de 200.000 vacunos, 500.000 cerdos, 45 millones de pollos y 80.000 animales pequeños (corderos, ovejas, cabras) por semana”. Pero no reveló el número real de animales “procesados”. Su producción anual es de más de 32 mil millones de libras de productos animales.
Al consultarle a Tomazoni sobre por qué JBS no hace públicos regularmente datos más granulares. Señaló que retiene esa información “no porque no queramos hacer cálculos sobre las emisiones”, sino porque “necesitamos proteger nuestra propia información estratégica”.
JBS informó que cotizar acciones en la Bolsa de Valores de Nueva York le permitiría a la empresa «mejorar la transparencia y fortalecer el gobierno corporativo». Si se toma en serio esas ambiciones, un buen comienzo sería publicar datos completos y verificables sobre su abastecimiento. La cantidad de animales que sacrifica y sus emisiones totales de carbono.