El gas natural que se usa en los hogares para cocinar o para calefacción contiene contaminantes peligrosos para la salud y desastrosos para el medioambiente. Científicos de la Universidad de Harvard en una reciente investigación muestras de gas natural no quemado de las cocinas y tuberías de varias residencias metropolitanas de Boston. Evaluaron la presencia de contaminantes atmosféricos, no la exposición humana a esos contaminantes.
Determinaron que el gas natural contiene una variedad de productos químicos orgánicos volátiles que, cuando se escapan, son tóxicos y están relacionados con el cáncer. Asimismo, pueden formar otros contaminantes secundarios. La investigación dependió del Centro para el Clima, la Salud y el Medio Ambiente Global de Harvard y se publicó en Environmental Science & Technology.
Los científicos evaluaron si los contaminantes atmosféricos están presentes en el gas natural no quemado. Entre diciembre de 2019 y mayo de 2021, recogieron más de 200 muestras de gas natural sin quemar de 69 cocinas únicas y tuberías de construcción en Boston. Específicamente, en las zonas que surten Eversource Gas, National Grid y el antiguo Columbia Gas. En conjunto, representan al 93 % de los clientes de gas de Massachusetts.
Más de 20 contaminantes peligrosos en el gas natural
Con las muestras tomadas, el equipo detectó 296 compuestos químicos únicos, 21 de los cuales están declarados federalmente como contaminantes atmosféricos peligrosos. Posteriormente, se midió la concentración de olores en el gas natural de consumo ylos productos químicos que le dan al gas su olor característico. Descubrieron que las fugas que contienen alrededor de 20 partes por millón de metano no tienen suficiente olor para que las personas lo detecten.
Drew Michanowicz, científico visitante de Harvard Chan C-CHANGE y uno de los autores del estudio, expresó que el gas natural es una fuente importante del metano que impulsa el cambio climático. «Sin embargo, no hemos considerado que nuestros hogares están donde termina el gasoducto y que cuando se fuga el gas natural está agregando al aire que respiramos contaminantes perjudiciales para la salud y aceleradores del cambio climáticos», apuntó.
Jonathan Buonocore, científico investigador y coautor, dijo que el estudio muestra que los aparatos de gas como las cocinas y los hornos «pueden ser una fuente de productos químicos peligrosos en nuestros hogares, incluso cuando no los usamos». También aseguró que es probable que estos productos químicos estén presentes en los sistemas de distribución de gas con fugas en las ciudades y en la cadena de suministro.
«Los responsables políticos y los servicios públicos pueden educar mejor a los consumidores sobre cómo se distribuye el gas natural a los hogares. También sobre los posibles riesgos para la salud de las fugas de electrodomésticos de gas y fugas de tuberías de gas debajo de las calles, y hacer que las alternativas sean más accesibles», señaló.
Una pequeña fuga de gas afecta la calidad del aire
Entre los 21 compuestos químicos únicos que contiene el gas natural se encuentran el benceno, el tolueno, el etilbenceno, el xileno y el hexano. Su concentración varia varía según la procedencia. También según la época del año, las concentraciones más altas ocurren en invierno.
Así, cuando se producen fugas de gas, incluso en mínimas cantidades, los contaminantes atmosféricos peligrosos pueden afectar la calidad del aire interior, especialmente en las cocinas. Muy cerca de las personas. Las fugas persistentes de gas al aire libre en el sistema de distribución también pueden degradar la calidad del aire exterior como precursores de las partículas y el ozono.