El gas es parte del problema, no la solución, y por eso no debería considerarse un factor para la transición energética hacia una economía baja en carbono o libre de carbono, sostiene la organización Ecologistas en Acción, que integra a más de 300 grupos de defensores del medioambiente en España. Rechazan el gas como un combustible limpio y con un rol protagonista en la transición energética como pretenden las grandes empresas energéticas del Estado español.
Argumentan los ecologistas que la ciencia ha demostrado que el gas no merece ese sitial de honor que algunos le siguen dando, entre ellos los promotores del hidrógeno «verde». “Aunque su combustión genera unas emisiones de CO2 mucho más bajas, el metano que produce anula las supuestas ‘ventajas’ climáticas. El metano tiene un potencial de calentamiento 86 veces mayor al CO2”, alegan.
UE apuesta al “hidrógeno verde”
Ecologistas en Acción advierte que en los últimos días ha resonado con fuerza la opción del hidrógeno «verde», que se obtiene de la separación del agua por la acción de electricidad proveniente de una fuente de energía renovable. “Esto se debe, entre otras razones, a la presentación de un proyecto europeo que es un auténtico plan de promoción industrial a gran escala con inversiones multimillonarias para las próximas décadas”, explican.
El referido plan prevé el incremento de los 60 MW de potencia instalada de electrolización del hidrógeno a unos 40.000 MW en 2030, lo que implicaría un desarrollo adicional de renovables de 80 a 120 GW, con una inversión estimada entre 320 billones y 458 billones de euros. Parte de esta inversión “vendrá del ‘Green Deal’ (Pacto Verde) de la Unión Europea”, sostiene la organización.
El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y la Secretaría de Estado de Energía de España también están respaldando esta iniciativa.
“Anuncian esta tecnología de almacenamiento energético como la gran panacea que no solo conseguirá reducir nuestras emisiones, sino solucionar enormes problemas estructurales. Pero obvian las limitaciones y las necesarias prevenciones que deben tomarse frente al hidrógeno”, sostiene la agrupación.
Ecologistas en Acción anota que la tecnología que produce hidrógeno a partir del metano no es eficiente ni rentable ni viable para el propósito requerido, que es descarbonizar al sistema y cumplir con los compromisos de reducción de emisiones de gases invernadero que recalientan al planeta.
“La fabricación y almacenamiento del hidrógeno tiene importantes pérdidas que podrían reducir la eficiencia del proceso al 20% en muchas de sus aplicaciones, aunque, a diferencia de los sistemas de baterías, es menos dependientes de procesos mineros y su durabilidad es mucho mayor”, señalan.
Ecologistas: solo 0,1% del hidrógeno es realmente verde
La Agencia Internacional de la Energía calcula que la demanda de hidrógeno para diversos usos industriales en 2018 se situó en 73,9 millones de toneladas. Según los ambientalistas, solo un 0,1% del hidrógeno en el sistema es realmente verde.
Vale la pena aclarar estas clasificaciones para evaluar mejor los argumentos de quienes objetan y quienes defienden al hidrógeno como factor clave para la transición energética.
El hidrógeno no es una fuente primaria de energía, pero sí se encuentra en abundancia en la naturaleza. Por ejemplo, asociado al oxígeno (en el agua) y al carbono (en el metano).
El hidrógeno gris (marrón o negro) es el producido a partir de combustibles fósiles. El azul es el que proviene de yacimientos de gas natural, con una habitual aportación de carbón y con captura y almacenamiento de carbono. El verde, en cambio, se deriva de la electrólisis del agua. Una tecnología que viene estudiándose desde hace más de medio siglo y que ha traído esperanza a muchos. Sin embargo, mantiene un elevado coste de la producción y otros problemas técnicos.
Y esa es una de las razones por las cuales su proceso de desarrollo ha sido relativamente lento. “En la lucha contra el cambio climático las apuestas como el hidrógeno gris y azul, basadas en combustibles fósiles, son completamente descartables. No obstante, la Unión Europea no lo ha abordado con claridad”, alertan los ecologistas.
De hecho, acotan, Europa no ha mencionado estas tecnologías en las listas de exclusión de sus planes climáticos.
¿Ineficiente?
La fabricación y almacenamiento del hidrógeno verde tiene importantes pérdidas, que podrían reducir la eficiencia del proceso al 20% en muchas de sus aplicaciones. «Es menos dependiente de procesos mineros y su durabilidad es mucho mayor”, reconocen.
Aceptan que el hidrógeno podría tener un papel en el proceso de descarbonización. Solo si se logra conducir una correcta planificación del sector, pero por un corto tiempo. El elevado costo de las inversiones y del producto sigue siendo el gran problema para el sector. Tras décadas de desarrollo apenas existen aplicaciones realmente viables. Los proyectos más relevantes son, de investigación o para analizar la potencialidad del hidrógeno..
Descentralización y control ciudadano
Desde su perspectiva, en el proceso de descarbonización de España no solo resulta necesario sustituir tecnologías, sino delimitar con claridad dónde y qué usos son viables en un marco de reducción de los consumos energéticos netos. “La falta de definiciones claras provoca que sean los agentes económicos y las grandes empresas energéticas las que determinen dónde y para qué se instala una u otra energía”, cuestionan.
Los ambientalistas anotan que eso es precisamente lo que está pasando ahora con el hidrógeno en España, donde empresas como Enagas, Repsol o Iberdrola están de primeros en la fila para recibir millonarias inversiones de fondos públicos. Con esos fondos pretenden “mantener sus obsoletos sectores y, de paso, teñirse de verde. Sin embargo, nadie ha planteado si sus proyectos son ecológica y económicamente viables”, subrayan.
La confederación insiste en que la ciudadanía no debe financiar las inversiones del oligopolio energético y que las autoridades deben garantizar la mayor descentralización posible de las nuevas tecnologías renovables y el control ciudadano en la gestión de la energía.
¿1.500 millones de euros de fondos públicos para hidrógeno verde?
El químico y asesor ambiental Julen Rekondo Bravo destaca que el Gobierno español anunció que destinará 1.500 millones de euros de los fondos europeos para el desarrollo del «hidrógeno verde». De hecho, presentó la “Hoja de Ruta del Hidrógeno: una apuesta por el Hidrógeno Renovable”, que tiene como propósito alcanzar 4 GW de potencia instalada de electrolizadores en 2030
El economista norteamericano Jeremy Rifkin planteaba la posibilidad de aprovechar la electricidad generada por fuentes renovables para convertir agua en hidrógeno por electrólisis, usando los excedentes que se producen a ciertas horas. De ese modo, se compensaría la intermitencia de las fuentes de renovables y se tendría un combustible que permite mover vehículos de manera autónoma (sin depender de una red eléctrica o unas vías).
“El problema, sin embargo, según el investigador del CSIC y experto en estos temas, Antonio Turiel, tiene que ver con que no es una fuente de energía que se pueda hallar directamente en la naturaleza, como ocurre con el viento y el sol, sino que su obtención exige un proceso, y, por lo tanto, un gasto económico y energético muy grande, lo que arroja dudas sobre su rentabilidad”, declara.
Para conseguir hidrógeno verde se requiere de una inversión energética en plantas fotovoltaicas o solares, lo que implica que al final del proceso habrá una pérdida de eficiencia notable, dice el químico. Como ejemplo, menciona que para producir 35 kw de energía de hidrógeno verde se tienen que emplear 55 kw de energía renovable. Se gasta más de lo que se produce.
Empresas con el hidrógeno verde
Empresas del sector energético como Repsol, Endesa, Iberdrola, Naturgy y Enagás están desarrollando proyectos de hidrógeno verde y los han presentado como avances en el proceso de descarbonización de la economía española. Repsol trabaja en opciones tecnológicas para generar de forma competitiva hidrógeno renovable y de baja huella de carbono. Se ha propuesto fabricar combustibles sintéticos con cero emisiones netas en la planta que construirá en Bilbao, con el objetivo de descarbonizar el transporte marítimo y aéreo.
También desarrolla un sistema de fotoelectrocatálisis para la producción de hidrógeno mediante la conversión directa de energía solar y agua . “Con este sistema podríamos obtener un hidrógeno renovable competitivo y con un menor gasto energético, porque su principal ventaja frente a la electrólisis es que no se necesita electricidad y no depende de su precio, lo que permite una reducción significativa de los costes operativos”, anunció Elena Verdú, científica senior de Repsol Technology Lab.
Endesa, por su parte, ha propuesto más de 20 proyectos al Gobierno relativos al hidrógeno que podrían recibir apoyo del Fondo de Recuperación europeo. Entre ellos, se destaca el de la descarbonización de las islas Canarias y Baleares, Ceuta y Melilla; y el de la creación de hidrogeneras para la sustitución del gasoil por hidrógeno en el transporte pesado.
Iberdrola, de la misma manera, ejecuta su proyecto de la mayor planta para uso industrial en Europa, con el que pretenden desarrollar 800 MW con una inversión de 1.800 millones de euros hasta 2027. El ‘proyecto Orange-BAT’ para la descarbonización del puerto de Valencia, de Naturgy, también está en la agenda del hidrógeno “verde”.
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