El Foro de Países Exportadores de Gas (GECF en inglés), que representa el 70% de las reservas probadas de gas del mundo, anunció en la quinta edición de su Global Gas Outlook 2050 que los combustibles fósiles, petróleo y gas, sobre todo, mantendrán el liderazgo en la demanda energética mundial en los próximos 30 años. El gas le gana terreno al carbón desde ahora.
Sin embargo, las participaciones de cada sector sufrirán cambios significativos. El gas natural y el hidrógeno, por ejemplo, le ganarán mucho terreno al petróleo y al carbón. «El gas natural será el único hidrocarburo que aumentará su participación del 23% al 28%», afirman. En cambio, el petróleo languidecerá después de alcanzar su pico en 2040.
La organización proyecta también que la demanda mundial de energía primaria crecerá un 24% hasta 2050, pero entre 2021 y 2022 mantendrá unos niveles inferiores al 2019. El planeta volverá en 2023 a los picos de demanda previos a la pandemia del coronavirus .
“El gas natural descarbonizado, incluido el hidrógeno, tendrá un papel clave en la transición hacia el futuro energético que la humanidad quiere y necesita”
Remi Eriksen
Pronósticos de AEE y DNV GL sobre consumo de gas
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) maneja unos escenarios muy distintos Además, toma en consideración los impactos económicos de la COVID-19. Considera que la demanda mundial de energía se reducirá entre un 6% y un 8% cada año hasta 2050. Fundamenta su declaración en el informe Energy Transition Outlook publicado por DNV GL.
“La COVID-19 ha causado importantes cambios de comportamiento en el consumo de energía. Se redujeron los viajes de larga distancia y aumentó del teletrabajo, los cuales son responsables del pico en la demanda de energía para el transporte y la demanda de petróleo en 2019”, anota.
DNV GL prevé que estas tendencias tendrán efectos sociales duraderos en la demanda de energía en el comercio y el transporte, entre otros sectores clave. La empresa proyectó hace unos meses que las emisiones de dióxido de carbono iban a caer 8% en 2020 y que esto era una buena noticia en materia de cumplimiento de metas del Acuerdo de París en cuanto a emisiones de gases invernadero.
La fría realidad suplantó el optimismo
No obstante, también advirtieron que para poder llegar a la meta de un calentamiento inferior a 1,5 grados centígrados y emisiones netas cero, como señala el Acuerdo de París, se debería repetir el ahorro de emisiones de 2020 todos los años hasta mediados de siglo. El coronavirus “ha cambiado la perspectiva energética global; sin embargo, la crisis climática global sigue siendo tan urgente como antes de la pandemia”, resaltó Remi Eriksen, presidente del grupo y CEO de DNV GL.
“El optimismo inicial sobre la disminución de la contaminación atmosférica ha sido reemplazado por la fría realidad de que no se debe a una combinación de energía más descarbonizada, sino a cambios a corto plazo propios de la pandemia”, añadió.
DNV GL recomienda acelerar la transición a una economía baja en carbono más rápido con la tecnología disponible, innovaciones en múltiples áreas e incentivos de políticas internacionales, nacionales y sectoriales. En cuanto a la participación del gas en la torta de la demanda energética mundial, DNV GL coincide con el GECF. Proyectan que el gas se convertirá en la fuente de energía más grande en 2026 y tendrá un papel crucial en el futuro del planeta.
Poco gas será descarbonizado, solo el 13%
No obstante, DNV GL pronostica también que solo el 13% del gas se descarbonizará a mediados de siglo. “El hidrógeno ha recibido un impulso gracias a la evolución de las políticas en la Unión Europea, pero solo contribuirá con el 6% de la demanda de energía para 2050”, precisa la AEE.
DNV GL estima que para el año 2032 la mitad de las ventas de automóviles nuevos serán eléctricos. Si ese pronóstico se cumple, la demanda de petróleo del transporte por carretera caerá más fuerte de lo calculado: -56% de 2018 a 2050.
Otros cambios en políticas públicas pueden estimular el avance de tecnologías que ayudan a reducir las emisiones. “El rápido aumento de las tecnologías solar fotovoltaica, eólica y de baterías en los últimos años me da la esperanza de que la humanidad tiene soluciones. Sin embargo, los llamados sectores difíciles de abatir necesitan un fuerte incentivo político para mover la aguja de la descarbonización”, subrayó.
A su juicio el gas natural descarbonizado, incluido el hidrógeno, tendrá un papel clave en la transición al futuro energético que la humanidad quiere y necesita.
McKinsey: Energías renovables se abaratarán
McKinsey también resalta en sus últimos informes que las energías renovables sustituirán progresivamente los combustibles fósiles en el sistema energético, pero que es necesario acelerar la velocidad del proceso para limitar el aumento de la temperatura global en 1,5 grados centígrados.
“El consumo de energía se duplicará para 2050 a medida que la demanda de energía se electrice, la riqueza aumente, el hidrógeno verde cobre impulso y las energías renovables de bajo costo dominen los mercados de energía”, concluye. También anticipa que las energías renovables serán más baratas que las fósiles existentes en la próxima década.
Sus cálculos dicen que la demanda de petróleo alcanzará su punto máximo en 2029 y la demanda de gas en 2037, mientras que el carbón tendrá una disminución constante e irreversible desde ahora.
Perspectivas de Deloitte para el GNL a 2025
Deloitte, en su informe Visión para el Gas Natural Licuado (GNL) 2025, reconoce el hidrocarburo como una pieza clave en la transición energética del mundo en el corto plazo. Y no solo por ser el combustible fósil con menores emisiones de CO2, sino también por el fuerte crecimiento que se proyecta tanto para su demanda como para su oferta. Antes de 2025 podría sumarse otros 200bcms de capacidad de producción de GNL. Se espera que el GNL mantenga ritmos de crecimiento superiores al 6% anual”, indica.
Uno de los escenarios que se planteó la firma es que entre 2019 y 2025, la demanda de GNL crecerá ligeramente por debajo del 5%, mientras que la oferta lo hará por encima del 6%.
OCDE: Energía fósil seguirá pesando demasiado
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) considera que la energía fósil seguirá pesando demasiado para mediados de este siglo. “A falta de políticas más efectivas, la proporción de energía fósil en el consumo energético mundial permanecerá en cerca de 85%”, se lee en su reciente informe de perspectivas para el año 2050.
El organismo multilateral destaca que el mundo ha experimentado un crecimiento económico sin precedente en las últimas décadas, fruto del esfuerzo humano por alcanzar mejores niveles de vida. Sin embargo, advierte, “la magnitud del crecimiento económico y demográfico ha sobrepasado los avances alcanzados hasta ahora para frenar la degradación ambiental”.
En consecuencia, también afirma que se requieren medidas urgentes y acciones integrales para evitar costos significativos y otras consecuencias de la inacción respecto al cambio climático y otros desafíos globales, tanto en términos económicos como humanos. Seremos 2.000 millones de personas más habitando el planeta para el 2050. La población mundial pasará de 7.000 millones a más de 9.000 millones en 30 años.
También se proyecta que la economía mundial crecerá casi cuatro veces en este periodo y demandará 80% más energía. Ante este tipo de escenarios, la inacción o el aplazamiento de las soluciones climáticas son inaceptables.
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