Por Cambio16 / Efe
16/01/2016
Unió Democràtica de Cataluña encara, desde este sábado, un futuro incierto sin su líder de siempre, Josep Antoni Duran i Lleida, que ha anunciado que deja su cargo de presidente del comité de gobierno del partido, y sin representación en los parlamentos español y catalán.
En Unió todavía no han tomado una decisión sobre quién sustituirá a Duran i Lleida como presidente del Comité de Gobierno y ni siquiera si esa sustitución se hará efectiva o el cargo desaparecerá, aunque, de momento, la cabeza más visible pasará a ser el Secretario General de la formación, Ramon Espadaler.
Durante su intervención en el Consell Nacional del partido, Duran, que llevaba 29 años ininterrumpidos en el cargo, ha expresado que «no se entendería» que, después de los resultados de las elecciones del 27 de septiembre y del 20 de diciembre, «todo siguiera igual».
«Unió no ha conseguido representación ni en el Parc de la Ciutadella ni en San Jerónimo», ha dicho el dirigente nacionalista en referencia al Parlament y al Congreso, aunque ha añadido que «eso no quiere decir que la situación sea irreversible», aunque, en su opinión «la gente no entendería que las cosas siguieran igual».
«La noche del 20 de diciembre, en la calle Nápoles (sede del partido), dije que asumiría responsabilidades, ya recordé que cuando se supiera el calendario electoral en Cataluña asumiría responsabilidades y es la hora de ser consecuente», ha dicho Duran, quien ha dicho dejar el cargo «con la conciencia muy tranquila».
Visiblemente emocionado y con la voz entrecortada, Duran ha asegurado que seguirá militando en el partido «mientras tenga vida» y ha recordado que «Unió no es Duran».
Duran y Unió han tenido que sufrir, además de la separación de Convergència, un goteo incesante de dimisiones dentro de Unió, con la creación de Demòcrates de Cataluña, que son los independentistas de la formación, liderados por Antoni Castellà y con la presencia de la ex presidenta del Parlament Núria de Gispert.
Además, muchos concejales democristianos se han pasado a Convergència en diferentes ayuntamientos catalanes.
Quien fuera la cabeza visible del nacionalismo catalán durante los últimos años en el Congreso, con una gran relación con los empresarios españoles, ha pagado cara su apuesta por la moderación y el diálogo con Madrid, en medio de la deriva independentista del Govern de Artur Mas.
De esa forma, se ha convertido en una nueva víctima del proceso catalán, por no haberse alineado ni con los independentistas ni tampoco con los contrarios a cualquier aspiración de Cataluña a decidir en las urnas una eventual independencia.
Durante los últimos años, ha sido la gran piedra en el zapato de los independentistas más convencidos, que le acusaban de provocar que CiU no se acabara de definir claramente como un partido partidario de la secesión.
Su actividad como político terminó el pasado 20 de diciembre, cuando no consiguió mantener su escaño en las Cortes españolas. Aquella misma noche, una vez se conoció el desastre, Duran ya dejó entrever que el anuncio de su dimisión era una cuestión de días.
Aun así, el gran varapalo a la carrera de Duran y a la historia de su partido se consumó tres meses antes, la noche del 27 de septiembre, cuando Unió se quedó, por primera vez en su historia, sin representación en el hemiciclo catalán.
El ya exdirigente de Unió ha recordado que «después del 27 de septiembre» puso el cargo a disposición del partido, pero ha recordado que «aquel momento estaba condicionado al calendario electoral»..
La militancia pidió a Duran, por unanimidad, que siguiera al frente del partido y que se presentara a las Generales: «Me creí con el deber, más que con el derecho, de presentarme a las elecciones generales», ha dicho este sábado.
De ahora en adelante, la duda es como se renovará una Unió sin su líder de referencia, un Duran que, a sus 62 años, podría seguir influyendo en los pasos futuros de la formación.