Por Cambio16
30/01/2017
El Fondo Monetario Internacional recomendó a España la implementación de medidas que aumenten la capacidad recaudatoria de los impuestos sobre consumo y medioambiente para reducir la «abultada» deuda pública.
«A la luz de la abultada deuda pública y la expansión fiscal estructural de los pasados dos años, la prioridad debería centrarse en las medidas de ingresos que menos distorsionen como la subida de la recaudación por IVA (Impuesto al Valor Agregado) y aumentar las tasas e impuestos medioambientales«, expresó la organización en su informe de revisión anual de la economía española.
El FMI destacó la «impresionante recuperación económica» de España aunque advirtió sobre la posibilidad de que las «expectativas se inclinen a la baja» debido a un menor impacto de factores externos hasta ahora favorables como el precio del crudo.
En su nuevo informe, el FMI ratificó sus últimas previsiones sobre el crecimiento del PIB español, que después de haber aumentado un 3,2% en 2016 pasaría a un 2,3% en 2017 y 2,1 en 2018.
En cuanto al cumplimiento de los objetivos de déficit marcados por la Comisión Europea, el FMI estima que España cumplió el objetivo del 4,6% del PIB en 2016 y calcula que cumplirá la meta del 3,1% en 2017 sin necesidad de ajustes adicionales.
No obstante, el FMI recomendó la implementación de una estrategia «creíble» en materia fiscal que, además de los citados impuestos sobre el consumo y el medioambiente, incluya variaciones sobre los impuestos indirectos y el sistema de financiación autonómica.
En lo referente al ámbito del trabajo, el FMI alabó la reforma laboral emprendida por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 y aseguró que la moderación salarial derivada de esta impidió la pérdida de 900.000 empleos.
«En ausencia del ajuste salarial facilitado por la reforma, otros 900.000 empleos adicionales se habrían perdido, básicamente compensando la creación neta de puestos de trabajo observada entre 2014 y 2015», expresó el organismo.
En su evaluación de la economía española, el FMI señaló que la incidencia de la temporalidad en el empleo es del 25%, una de las mayores de Europa. Para atajar ese problema, el FMI recomienda reducir el abanico de diferentes tipos de contratos posibles e incluso la introducción de un contrato único.