El verano está llegando a su fin, al igual que las vacaciones. A pesar de la escalada de precios, el deseo de desconectar y disfrutar de unos días de descanso sigue siendo una prioridad para los españoles. No romper el hábito, la necesidad, el deseo de viajar lleva a un número creciente a endeudarse para poder financiar las escapadas veraniegas. La consecuencia es un recrudecimiento de la ansiedad financiera.
El gasto turístico ha experimentado un aumento y los préstamos personales destinados a viajes se han disparado. La facilidad para acceder a financiación y la posibilidad de aplazar los pagos en cómodas cuotas han convertido los créditos en la herramienta más utilizada para afrontar los gastos vacacionales.
En los meses de marzo y abril, los españoles gastaron alrededor de 19.000 millones de euros en turismo, 3.700 millones más que el año anterior. Ese aumento también la creciente dependencia de los préstamos para financiar vacaciones y ocio en general
El placer endeuda
Desde 2021, los préstamos personales destinados a viajes experimentaron un crecimiento del 200%. Oney, una entidad financiera, certifica que en los primeros 6 meses de 2024, las solicitudes de créditos aumentaron un 17%. Los españoles prefieren devolver el dinero prestado en plazos que se ajusten a su economía familiar.
La flexibilidad de los préstamos personales permite a los viajeros organizar su escapada sin realizar un gran desembolso en el momento. Sin embargo, el endeudamiento a largo plazo tiene consecuencias negativas en más del 12% de la población. El importe medio de los préstamos solicitados para vacaciones ronda los 6.300 euros. Los plazos de devolución suelen superar los 60 meses. En teoría, brinda a los viajeros un respiro financiero por cinco años. Pero no todo se reduce a los préstamos. Algunos viajeros, 3 de cada 10, recurren a las tarjetas de crédito o aplazan pagos para financiar «sus aventuras».
La trampa del crédito fácil
Pedir un préstamo personal era sinónimo de un apuro financiero, pero usarlo para financiar las vacaciones ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Un giro sorprendente. Los préstamos personales destinados a vacaciones lideran el crecimiento y y plantea serias interrogantes sobre la salud financiera de España.
Los préstamos que rescatan de apuros financieros han disminuido, mientras que los préstamos al consumo representan una cuarta parte del total de los créditos. Las vacaciones representan una cuarta parte del total de créditos al consumo. Un escenario que puede llevar a una espiral de difícil salida y generar ansiedad financiera.
Los préstamos para viajar son más fáciles de obtener que una hipoteca, también más difíciles de devolver. Veamos los números: un crédito para comprar un coche se concede a tasas del 7% al 9%. Con las tarjetas de crédito, suben al 14%. Pero si esa tarjeta es revolving, (crédito rotativo que fracciona los pagos), el interés puede alcanzar el 24% anual. Y cuidado, la deuda de una tarjeta revolving, parece nunca saldarse con el banco. El Servicio de Estudios de Agencia Negociadora ha visto pasar 400.000 solicitudes en 17 años y en el 75% de los casos las tarjetas revolving están en juego.
Panorama español: alto riesgo
Los créditos más costosos -con intereses exorbitantes- son paradójicamente los más accesibles. Quienes los solicitan a menudo no encuentran otra solución, aunque los intereses superen el 1.000%. Y sí, aunque no estén regulados por el Banco de España, son legales. Estamos en una situación de endeudamiento alarmante cuando se destina más del 50%-60% del salario a pagos financieros (hipotecas, coches, reformas y viajes).
En España, el CIS (el Centro de Investigaciones Sociológicas) estima que casi el 40% de la población califica su situación financiera como mala o muy mala. Un reciente estudio de Cigna 360-Vitality revela que el país obtiene una puntuación de apenas 24 sobre 100 en bienestar financiero. Muy por debajo de los niveles óptimos. Los datos del Banco de España indican que uno de cada diez hogares destina más del 40% de sus ingresos a devolver préstamos. Es la situación que atraviesan unas 300.000 familias, de las cuales apenas un tercio resolvería su aprieto agrupando deudas. Con un agravante, la ansiedad relacionada con asuntos económicos presenta una peculiaridad: la vergüenza que siente quien la padece y el esfuerzo para ocultarla a familiares o amigos que dificulta más la solución del problema. Y genera más estrés.
Epidemia silenciosa
Para los españoles las principales causas de ansiedad financiera son el coste de vida (47%), la incertidumbre sobre el futuro (38%) y las finanzas personales (38%). Los datos globales indican que el 67% de la población siente que el encarecimiento del coste de vida y la inflación les dificultan mantenerse saludable. Los más afectados son la generación Z (70%) y los millennials (72%). El estrés o ansiedad financiera se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta tanto a quienes enfrentan dificultades económicas reales como a quienes se preocupan en exceso por su bolsillo.
La incertidumbre económica, la amenaza de no poder mantener un techo o se incapaz de la la manutención de los hijos son factores que desencadenan angustia, un incómodo compañero de viaje en la montaña rusa económica. El el estrés financiero no solo afecta las cuentas bancarias, también la salud física y mental con alteraciones del sueño, preocupación constante, cambios de humor, aislamiento social y dificultad para concentrarse. También dolor de cabeza, tensión muscular y problemas gastrointestinales. Flujo y reflujo.
Impacto
Varios factores pueden aumentar el riesgo de sufrir ansiedad financiera. La pérdida de empleo y gastos en vivienda que superan el 40% de los ingresos, por ejemplo. Las personas que han experimentado crisis financieras pueden desarrollar un estrés financiero crónico. Es el caso de los millennials . Enfrentaron la crisis financiera mundial y luego la derivada de la pandemia de la COVID-19. No es una preocupación abstracta, el estrés financiero tiene consecuencias tangibles. Desde una alimentación deficiente hasta hábitos inadecuados. Además, al privar de actividades de ocio, genera insomnio, depresión, alteraciones inmunológicas y hasta problemas cardiovasculares. En Estados Unidos, debido al estrés financiero el 46% de los menores de 35 años no logra funcionar con normalidad en sus tareas diarias.
Cinco medidas prácticas contra la ansiedad financiera
- Asesoramiento financiero: No estás solo en esta batalla. Busca un asesor financiero que te guíe. No solo te ayudará con inversiones, sino también a resolver situaciones complejas. Desde listar tus gastos hasta identificar deudas tóxicas o diseñar un plan personalizado. Su asistencia puede marcar la diferencia.
- Evita el efecto dominó de los préstamos: Pedir préstamos para pagar deudas solo pospone el problema. Además, a menudo conlleva más intereses y empeora tu situación. Bsca alternativas más sostenibles.
- Apps financieras al rescate: Las aplicaciones de finanzas son tus aliadas. Conéctalas a tus cuentas bancarias y tarjetas para tener una visión completa de tus transacciones. MoneyManager categoriza tus gastos, mientras que Billey te ayuda a gestionar suscripciones y pagos aplazados. Controla tus finanzas con un par de clics.
- Elimina lo superfluo: Identifica los gastos innecesarios que se esconden bajo la etiqueta de “placer”. A diferencia de los vitales (comida, agua, internet), los superfluos están relacionados con el ocio. ¿Realmente necesitas esa suscripción a una plataforma de streaming?
- Diseña tu plan de ahorro: Listar ingresos y gastos es el primer paso. Luego, elimina algunos gastos. A medida que optimices tus gastos vitales, sé ambicioso con tu plan de ahorro. Recuerda: la tranquilidad financiera no depende solo de lo que ganas, sino de cómo se gestiona.
Ordenar las finanzas
Para reducir el riesgo de sufrir estrés financiero, los expertos recomiendan tener las finanzas personales en orden y tener conciencia de cómo se gasta el dinero. El objetivo principal es gastar menos de lo que se gana y mantener el nivel de endeudamiento dentro de un límite asumible. Además, es recomendable dividir el excedente generado en dos partes: un ahorro líquido para situaciones imprevistas y otro ahorro dedicado a la inversión para generar recursos adicionales para el futuro.
Para combatir la ansiedad financiera, también se debe gestionar adecuadamente el estrés. Buscar apoyo emocional. El estrés financiero es un problema serio que afecta a millones de personas. Existen herramientas y estrategias que para superarlo y retomar el control. Una buena estrategia es apelar al sentido común. Por ejemplo, endeudarnos 6 años al interés más alto para disfrutar una semana de vacaciones nunca es una buena idea.