El fentanilo es un opioide sintético hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina. Su uso médico está asociado a paliar intensos dolores de enfermedades avanzadas y, fabricado ilícitamente, se distribuye en mercados de drogas. El fentanilo puede ocasionar la muerte hasta en pequeñas dosis.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos lo aprobó para usos médicos. De 2019 a 2021 las muertes por sobredosis de fentanilo en EE UU aumentaron 94 %, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Se estima que casi 200 estadounidenses fallecen cada día por consumir esta droga. En 2021, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas registró 70.601 muertes por sobredosis de opioides sintéticos, mayormente fentanilo. La respuesta gubernamental fue autorizar venta sin receta de naloxona, un fármaco que bloquea el efecto de los opiáceos. Al mismo tiempo puso en marchar una estrategia con socios internacionales para interrumpir el comercio ilícito de drogas sintéticas. También ordenó fortalecer la coordinación y el intercambio de información entre las agencias de inteligencia y las fuerzas del orden nacionales. Finalmente, instó al Congreso a que cierre las lagunas legales para las drogas sintéticas ilícitas.
El fentanilo es letal hasta en pequeñas dosis
Al igual que otros opioides como la heroína o la morfina, el fentanilo interactúa con los receptores de opioides que se encuentran en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones. Estos receptores responden normalmente a sustancias químicas que libera nuestro propio cuerpo para hacernos sentir bien. Como recompensa por actividades que contribuyen a nuestra supervivencia, por ejemplo, comer, beber o tener relaciones sexuales. El efecto de los opioides depende de qué cantidad de esta sustancia llegue al cerebro y qué tan rápido lo haga.
Como se trata de una droga extremadamente poderosa en pequeñas dosis, no se requiere una gran cantidad para que llegue al cerebro y el fentanilo lo hace muy rápido. Una vez que entra en el cerebro, interactúa con los receptores de opioides. Facilita la liberación de dopamina, anula el dolor, le da al usuario un subidón. Y de momento, da una sensación de calma y reduce la ansiedad.
«Es un poco como la cocaína, en el sentido de que la primera vez que la gente la usa, tiene un subidón y luego va buscando otra vez ese efecto. Pero cuando la vuelven a consumir, nunca logran el subidón de la primera vez y entonces tienden a incrementar la dosis», señala Daniel Sitar.
El profesor emérito de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Manitoba, en Canadá, explica que esa sensación es lo que vuelve al fentanilo tan poderosamente adictivo. Sin embargo, otro de sus efectos en el cerebro –y esto es lo que lo hace letal– es que hace que la persona deje de respirar y muera por hipoxia.
El tronco cerebral, que controla la función respiratoria, también tiene receptores de opioides. Y, cuando estos se ven inundados de fentanilo, «puedes dejar de respirar, incluso aunque estés consciente», subraya Sitar.
Detiene la respiración antes de perder la conciencia
Un estudio reciente de investigadores del Hospital General Massachusetts, afiliado a la Universidad de Harvard, revelóa que la droga detiene la respiración antes de que se vean otros cambios y antes de que se pierda la conciencia. Además, el fentanilo obstaculiza la respiración unos cuatro minutos antes de que haya cambios en el estado de alerta y a una concentración 1.700 veces más baja en comparación con otros fármacos que causan sedación.
«Esto explica por qué el fentanilo es tan mortal: hace que las personas dejen de respirar incluso antes de que se den cuenta», señaló Patrick L. Purdon, que dirigió la investigación.
En cambio en un contexto médico, cuando se usan dosis altas como anestesia durante una intervención quirúrgica, la supresión de la respiración no es realmente un problema. «La persona está intubada y los pulmones se inflan mecánicamente para simular la respiración», señala Sitar. Los hallazgos del estudio de Harvard evidencian que ninguna cantidad de fentanilo es segura fuera de un entorno médico controlado.
El experto añade que cuando el fentanilo se utiliza de modo recreativo, el consumidor, por lo general, no sabe qué dosis está tomando. Además, la droga suele estar adulterada con otras sustancias química. «Por tanto, sus efectos son impredecibles. Varían según la mezcla. A veces está mezclado con estimulantes que tienden a exagerar el componente de la recompensa», advierte.
¿Salvar vidas?
Durante el primer trimestre del año, en Estados Unidos se aprobó la comercialización sin restricción del Narcan. Un medicamento que combatir los efectos de sobredosis por opioides. Un aerosol nasal, también conocido como naloxona. El medicamento solo estaba disponible con receta médica, pero la FDA dio luz verde para que esté al alcance de cualquiera en las farmacias. «Ayuda, específicamente, en intoxicaciones agudas altos niveles der ingesta de opioides. Ayuda a salvar vidas, es lo que hacemos en los hospitales”, aclara Carlos Riveros, médico general en Miami, Florida.
“El 70 % de las sobredosis las revierten personas que están consumiendo drogas con alguien y el 20 % simples espectadores”, explica Johny Bailey, coordinador comunitario en HIPS. Una organización basada en Nueva York que brinda apoyo a las personas que sufren adicción al fentanilo aunque sea en pequeñas dosis.
Los médicos avisan que el Narcan sirve para sobredosis puntuales y no es efectivo para los que sufren estos efectos de forma regular y podría causar «síndrome de abstinencia, que puede provocar efectos severos, como convulsiones o un paro cardíaco también”.
Europa y el fentanilo
El Europa no se ha incrementado el consumo del opiáceo porque su droga competidora, la heroína, que es de calidad y barata. Existe, además, el miedo de los traficantes a perder sus clientes o que mueran personas de las propias bandas. Lo otro, es que la policía capture a los promotores y tengan que pagar fuertes penas por matar a sus clientes. En 2017, en la ciudad de Leeds, 13 traficantes fueron condenados a 43 años de prisión por vender 2.800 paquetes de fentanilo y 635 g de carfentanilo puro a través de la dark web.
Existe la posibilidad de que la pandemia de fentanilo se expanda en Europa, sobre todo en los países nórdicos y en los países en los que la soledad y la exclusión se vincula con el consumo de drogas. En el Informe Mundial sobre Drogas de 2018, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señalaba que Estonia lleva ya más de 15 años con este problema y tiene un gran consumo de fentanilo en su población en comparación con el resto de los países europeos.
Los Estados se han comprometido a concienciar sobre la alta mortalidad del fentanilo y a castigar eficazmente a los traficantes, pero es fundamental evitar la marginación y exclusión, la soledad. Es imprescindible construir una sociedad más amistosa, más solidaria con el prójimo, más afectiva y menos desconfiada. Advertir que el uso de fentanilo no es recreativo como la Cannabis. «Dependerá del sistema inmunológico, y si lo pruebas es muy probable que mueras al 100%. Sí, es muy probable que la primera vez sea la última».