Por Cambio16
20/03/2017
El director del FBI, James Comey, aseguró este lunes no tener información que avale las acusaciones del presidente Donald Trump contra su predecesor, Barack Obama, sobre un presunto espionaje telefónico ordenado por el ex mandatario en la Torre Trump de Nueva York.
«No tengo información que apoye esos tuits», dijo Comey en la primera audiencia pública realizada en el Congreso sobre la injerencia rusa en los comicios estadounidenses de noviembre, en alusión a los mensajes de Trump divulgados hace semanas en la red social Twitter para acusar a Obama de intervenir sus comunicaciones.
«Ningún individuo en Estados Unidos puede ordenar la vigilancia electrónica de nadie, tiene que pasar por un proceso de solicitud», explicó el director del FBI, quien agregó que el Departamento de Justicia tampoco tiene constancia de ninguna prueba que pueda respaldar las acusaciones de Trump.
Trump lanzó su denuncia contra Obama el pasado 4 de marzo a través de Twitter y todavía no ha presentado ninguna prueba para respaldarla.
How low has President Obama gone to tapp my phones during the very sacred election process. This is Nixon/Watergate. Bad (or sick) guy!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 4, 2017
«¡Terrible! Acabo de enterarme de que Obama tenía mis líneas pinchadas en la Torre Trump antes de la victoria. No se encontró nada. ¡Esto es McCarthyismo!«, dijo entonces Trump al aludir a la «caza de brujas» liderada por ese senador ultraderechista durante los años cincuenta. El mandatario equiparó su denuncia al escándalo del Watergate, que acabó en 1974 con la presidencia de Richard Nixon, y calificó al demócrata como «malo (o enfermo)».
Pese a que Obama ha negado rotundamente las acusaciones a través de un portavoz, Trump se ha mantenido firme y el pasado viernes, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto a la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que ambos tienen «algo en común»: haber sido espiados por orden del ex presidente. El republicano se refería a la revelación en 2013 de que un móvil de Merkel fue intervenido por la NSA entre 2002 y 2012.
A su vez, el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Mike Rogers, negó que Washington haya solicitado los servicios de espionaje británicos para espiar a Trump, como lo había insinuado un comentador conservador citado por el portavoz de la Casa Blanca la semana pasada.
«No he visto nada del lado de la NSA de que haya hecho tal cosa o de que alguien nos lo pidiera», dijo Rogers durante su audiencia ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
En tanto, Comey también confirmó en el Congreso que el FBI está investigando una posible coordinación entre miembros de la campaña de Donald Trump y el gobierno ruso.
El FBI «está investigando los esfuerzos del gobierno ruso para interferir en la elección presidencial de 2016», declaró Comey durante su audiencia en la Comisión de Inteligencia de la Cámara baja. El funcionario señaló que «eso incluye investigar la naturaleza de los lazos entre individuos asociados con la campaña de Trump y el gobierno ruso y si hubo alguna coordinación entre la campaña y los esfuerzos de Rusia».
Las agencias estadounidenses de inteligencia concluyeron en enero que el presidente ruso, Vladimir Putin, estuvo detrás de los intentos de interferencia, pero no habían comentado públicamente si estaba examinando los lazos entre los integrantes de la campaña de Trump y funcionarios rusos.
El demócrata Adam Schiff detalló una lista de presuntos vínculos y comunicaciones entre el equipo de Trump y Rusia, tras lo que reflexionó: «¿Es posible que todos estos eventos y reportes sean completamente inconexos y nada más que una completamente infeliz coincidencia? Sí, es posible. Pero también es posible, quizás más que posible, que no sean coincidencia, que no estén desconectados y no sean inconexos».