El fármaco hidroxicloroquina, debatido sobre los alcances y limitaciones en el tratamiento a la COVID-19, enfrenta al mundo científico. Un destacado microbiólogo francés, Didier Raoult, ha presentado una denuncia penal contra Elisabeth Bik. Por cuestionar la integridad de un estudio que promueve las bondades del medicamento.
Bik es una doctora de renombre mundial en la identificación de faltas y errores científicos. Y sobre ella recae el interpuesto recurso legal, reseña la publicación especializada Nature.
La denuncia fue presentada el 29 de abril ante un fiscal en Marsella, Francia, por un abogado que actuaba en nombre de Didier Raoult. Junto con su colega biólogo estructural Eric Chabriere, ambos del Hospital-Instituto Universitario de Infecciones del Mediterráneo (IHU) de la ciudad.
Acusan a Bik, una microbióloga convertida en consultora de integridad de la investigación, con sede en California, de acoso moral agravado, intento de chantaje e intento de extorsión.
Bik, cuyo trabajo de escrutinio de imágenes en artículos de investigación le ha ganado un seguimiento mundial y ha dado lugar a más de 170 retractaciones, niega estas acusaciones. Dice que sus comentarios sobre el trabajo de la pareja son críticas científicas estándar.
Más de 1.000 científicos se han unido para apoyarla en una carta abierta. Afirman que el caso podría tener un «efecto escalofriante» en las críticas académicas.
La Hidroxicloroquina y la COVID-19, en debate
Al principio de la pandemia, Raoult saltó a la fama después de ser autor de un preimpreso, junto a Chabriere y otros. Allí describe un pequeño estudio en el cual sugiere que el medicamento antipalúdico hidroxicloroquina podría usarse para tratar a las personas hospitalizadas con COVID-19. Muchos pensaron que el medicamento era prometedor, incluido Donald Trump, pero luego se demostró que era ineficaz. El estudio fue aceptado por el International Journal of Antimicrobial Agents en marzo de 2021. Un día después de su aparición en el servidor de preprint medRxiv.
Aproximadamente una semana posterior a su publicación, Bik escribió sobre el estudio. Observó “muchos problemas potenciales con la forma en que se manejaron los datos y el proceso de revisión por pares”.
Sus preocupaciones incluían datos faltantes, posibles factores de confusión. Falta de claridad en el cronograma de la aprobación ética y la fecha de inicio del estudio. Así como el hecho de que el documento fuera enviado y aceptado en 24 horas. Bik escribió en su blog que esto sugiere que la revisión por pares se realizó en “un tiempo increíblemente rápido”.
Además de describir las preocupaciones en su blog, Bik las publicitó en Twitter y en PubPeer, una web especializada en estos procesos de revisión. Desde entonces, ha continuado examinando el trabajo de los dos investigadores y ha señalado preocupación con 62 de los artículos de Raoult y 14 de Chabriere incluidos 2 de los que eran coautores sobre la hidroxicloroquinina. En algunos casos, también se puso en contacto con las revistas que publicaron los artículos para plantear inquietudes.
Guerra científica por la Hidroxicloroquina y COVID-19
Bik, Raoult y Chabriere han tenido intercambios públicos y acalorados en Twitter. Después de que ella señalara los estudios que refutaban sus afirmaciones sobre la hidroxicloroquinina y su tratamiento para combatir la COVID-19. Raoult la llamó «cazadora de brujas». Chabriere dijo de Bik que era un «escarabajo pelotero» y tuiteó que ella lo está acosando a él y a su institución, y que lo está chantajeando
La pareja inició acciones legales en Francia el 29 de abril. En una carta a Nature, un abogado que actuaba en nombre de Raoult y Chabriere dijo: «Esta es una denuncia penal basada en hechos de acoso moral agravado, intento de chantaje e intento de extorsión». Se negaron a dar detalles más específicos sobre los supuestos delitos. Pero dijeron que los investigadores “tomarán medidas para poner fin a este tipo de conductas inaceptables”.
Bik dice que no ha sido notificada oficialmente de estos cargos y no sabe con certeza con qué se relacionan.
Después de presenciar la escalada de la disputa en Twitter. Y enterarse de la denuncia penal, Lonni Besancon,, informático de la Universidad de Monash en Australia, y sus colegas escribieron una carta abierta en apoyo de Bik. La misiva, que se publicó en el servidor OSF Preprints el 18 de mayo y hasta ahora ha reunido más de 1.000 firmas, llama a las acciones de Raoult una «estrategia de acoso y amenazas». Y advierte que podría crear «un efecto paralizante para los denunciantes y para la crítica académica».
A favor y en contra
Lonni Besancon se refiere al polémico caso que coloca en el banquillo de los acusados a Raoult y Bik, a los estudios sobre la hidroxicloroquina y la COVID-19. Sostiene que “investigar la investigación de alguien definitivamente no es acoso. Ésta es una cuestión científica, no debería caer en el sistema legal para resolverlo”.
Entretanto, Lex Bouter, investigador en integridad en la investigación de la Universidad Vrije de Ámsterdam, señala que “desafortunadamente, esto no es nada nuevo. La denuncia de irregularidades es arriesgada y puede provocar un daño real al denunciante».
Al mismo tiempo considera que “los denunciantes de buena fe merecen una protección firme y no deberían ser demandados por sacar a la luz verdades incómodas”.
Bik califica la reacción de las redes sociales contra ella como «preocupante». “Me afecta. Es una pelea muy solitaria si te atacan en Twitter”, dice. Los tweets de Raoult y Chabriere se han detenido, agrega, pero varias cuentas anónimas continúan tuiteando cosas maliciosas. Ella señala que no está claro si estos están relacionados con sus publicaciones sobre artículos de Raoult y Chabriere.
El abogado de Raoult y Chabriere indica que ni el investigador ni su institución desean comentar sobre las acusaciones en la carta abierta.
La historia continúa
El coorganizador de PubPeer Boris Barbour, neurocientífico del instituto de investigación de salud pública IBENS en Francia, también aparece en la denuncia penal de Raoult y Chabriere. Barbour rechazó las solicitudes de comentarios del equipo de noticias de Nature.
No obstante, un portavoz de PubPeer refiere a Nature: «Una acción legal exitosa podría tener un efecto paralizador en la revisión por pares posterior a la publicación».
Asimismo apunta que “nunca se ha iniciado una acción legal directa contra el sitio. Sin embargo, en el pasado nos hemos resistido a una citación que busca identificar a nuestros usuarios. Y PubPeer ocasionalmente recibe y responde a amenazas legales».
Nature se puso en contacto con diez revistas que publicaron artículos escritos por Raoult que habían sido marcados por Bik en PubPeer. Incluidos dos artículos sobre hidroxicloroquina y la COVID-19, que fue coautor con Chabriere. Dos de las revistas dicen que tienen una política de no comentar sobre tales casos, y otra argumenta que no se han planteado preocupaciones sobre el artículo en cuestión. Pero uno de los documentos señalados se ha retirado desde entonces y se ha publicado una errata en uno y otros dos están bajo investigación.
Mientras tanto, Raoult escribió el libro «Carnets de Guerre COVID-19» sobre sus estudios y sustentos. Desde febrero se encuentra en el mercado.
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