Por Iñigo Aduriz
24/03/2017
«De esta inacción ante la corrupción es usted el principal responsable. Y por eso me voy, porque ese clima es irrespirable«. Con estas palabras se ha dirigido por carta el expresidente de Murcia Alberto Garre, al presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy, para anunciarle su baja del partido. Él, que accedió al cargo en 2014 tras la dimisión de Ramón Luis Valcárcel aunque luego no fue candidato, asegura no entender cómo el actual jefe del Ejecutivo murciano, Pedro Antonio Sánchez, sigue en el cargo a pesar de su imputación en el caso Auditorio.
En la misiva de la que informa este viernes el diario La Verdad, Garre considera que la gota que ha colmado el vaso ha sido que Sánchez vaya a ser además designado como presidente del PP regional este fin de semana. «Hasta aquí hemos llegado», apunta en su texto. A Rajoy le acusa de «despreciar la ejemplaridad exigible a los políticos y la asunción de responsabilidad política que durante tantos años defendimos con independencia de las consecuencias penales».
Así, matiza que si bien a los tribunales les corresponde «decidir judicialmente sobre los indicios de delitos por los que se le investiga», considera que políticamente quien ha asegurado «hasta tres veces, por lo dicho, escrito y votado en sede parlamentaria, que renunciaría al cargo si era imputado (investigado), y no lo cumple» –en referencia a Sánchez–, «merece el reproche de cualquier partido democrático que, como tal, se sustenta en el cimiento esencial de la confianza».
Garre asegura desconocer si «faltar a la palabra dada» es corrupción política, «pero, desde luego, corrompe cualquier relación humana, también la política ¿o no?». «¿Qué más ha de acontecer en el partido para que usted aprenda a distinguir entre responsabilidad política y penal?», le pregunta a Rajoy, antes de lanzarle un importante reproche: «Usted estaba perfectamente informado. Le prevenimos de lo que podía pasar, y ha pasado».
Añade el expresidente de Murcia que «cada vez cuesta más trabajo identificarse» con el PP, «como prueban los millones de votos perdidos desde 2011, tan solo aliviados por el temor razonable a una izquierda desnortada». «La regeneración de ideas que razonablemente se imponía hacer para recuperar nuestra ideología y al electorado no ha sido capaz de superar la fosilización que, con usted al frente, es una constante previsible de la que alardea. No hacer nada, regeneración cero, cuando no hacer de las ‘lentejas’, que usted cocina, las ideas del partido», concluye.