Europa ofrece estos días su peor cara. Incapaz de ofrecer una solución, al menos temporal, al drama de miles de personas -mujeres, hombres y menores- que se lanzan al Mediterráneo para escapar de la guerra de Siria.
Lamentable ver como son conducidos de una frontera a otra entre golpes y palos de los agentes de aduanas. Hasta Alemania, que primero optó por mirar a otro lado se ha topado con la realidad. Italia insta al resto de socios comunitarios a dejar atrás el egoísmo para buscar soluciones.
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