El examen del Clásico. Tras la goleada del Barça al Madrid en el Camp Nou, Ignacio Benedetti y Natalia Lobo analizan el momento de ambos equipos y lo que el futuro les depara.
El Barça: reforzado sin Messi
Benedetti: El Barcelona sale muy reforzado del Clásico con la victoria de 5-1, porque además logra conseguir esta victoria sin Messi y esto no es cualquier cosa teniendo en cuenta que el argentino termina siendo desde hace unos años para acá una especie de Xavi, Messi y a partir de ahora también Iniesta. Es como una santísima trinidad en una sola persona. Lo que si da la sensación es que contó con una efectividad que le acomodó el partido, porque sin lugar a dudas cuando en el segundo tiempo se le empieza a complicar un poco a partir del reacción del Real Madrid entró en una zona de descontrol.
Esta zona de descontrol debe preocuparle a Ernesto Valverde porque él, que incluso habló de ella en la rueda de prensa anterior diciendo que en el descontrol también sabían manejarse, sabe o debe reconocer en su fuero interno, que en el descontrol nadie saca provecho y que ese descontrol, por ejemplo el que se vivió en el segundo tiempo, estuvo a punto de costarle por lo menos un empate porque el Madrid llegó. Además tuvo situaciones claras de gol, incluyendo un poste. Eso es lo que debe preocupar a Valverde.
Lobo: Sin Messi, el Barça vuelve a encontrar la fuerza en el juego colectivo y en la posesión. Valverde ha apostado a Rafinha, que por supuesto está muy lejos de ser Messi pero que ha cumplido y, sobre todo, ayuda a mantener el orden del equipo que se antoja vital ante la ausencia del 10. Especialmente, en el momento de la recuperación.
Evidentemente, Luis Suárez también tuvo un gran partido, en el que volvió a ser un killer en el área. Y hay que destacar el trabajo de Coutinho y de Jordi Alba, que se aprovecharon muy bien del pobre planteamiento del Real Madrid.
El Madrid: caótico
Benedetti: Cuando Sergio Busquets no tiene futbolistas que le disputen la posición, estamos hablando de darle libertad al jugador más inteligente del FC Barcelona. Y, ¿por qué no tuvo rivales? Sencillamente porque el Madrid no tiene o no ha desarrollado las conductas que prometía en los primeros inicios de esta Liga con Lopetegui. Es decir, de ser un equipo que presione, de ser un bloque de bastante corte que preparaba la pérdida de la pelota, sino que termina siendo muy caótico.
Un equipo en el que, además, ni Casemiro es lo que muchos promueven, un volante de contención, porque si no juega no puede contener. Y porque más allá de todo el ruido que ha existido alrededor de Luka Modric, es un futbolista que ya tiene un año sin estar al nivel que se le conoció y esto lo digo porque ahora que vienen los premios de Balones de Oro, en el año quizás de menos regularidad de Modric se le vaya a terminar premiando.
Lobo: El Madrid volvió a ser un equipo desordenado que no pudo contener el buen hacer azulgrana. En el primer tiempo, los de Lopetegui prácticamente dejaron solas las bandas, por las que Alba y Roberto hicieron estragos. Este último, gracias a un Bale muy disminuido. Mientras que el centro del campo, no lograron asociarse para generar peligro también porque Casemiro era más un obstáculo que una ayuda para su equipo.
Por ello no es de extrañar que el equipo mejoró su planteamiento con la entrada de Lucas Vázquez, que permitió una línea de tres centrales y una respuesta a los ataques por fuera del Barça. Sin embargo, cuando los locales respondieron con su propio cambio de esquema, el Madrid volvió a encontrarse sin respuesta y terminó vapuleado.
Lopetegui, sin autoridad
Benedetti: Y lo que sí queda claro es que Lopetegui en ningún momento le encontró la vuelta al equipo pero porque él no supo hacerse fuerte desde el diagnóstico. El diagnóstico cuando lo contratan, cuando se va Cristiano y cuando le traen un arquero que en ningún momento necesitaba, en vez de traerle un futbolista, que si bien es cierto no hay ninguno en el mercado y probablemente ninguno en muchos años que le garantice las cuotas goleadoras de Cristiano, sí habían futbolistas de la talla de Lewandowski o del mismo Mauro Icardi que podían cumplir con un rol similar. Con menos goles pero que con una presencia y unos recursos muy superiores a los que puede darle Vinicius. Entonces, Lopetegui no se hizo fuerte y ahora es víctima de su propia timidez, de no haberle puesto al jefe (Florentino Pérez) las condiciones bien claras de qué era lo que necesitaba su equipo.
Futuro: Valverde, tranquilo y adiós Lopetegui
Benedetti: El futuro para Valverde en estos momentos es de tranquilidad porque le hace nada más y nada menos que cinco goles a su eterno rival en casa y por un par de semanas logre aplacar las voces que pedimos que el equipo tenga otro estilo de juego pero no hay que olvidarse que este equipo sufrió mucho en el segundo tiempo desde el descontrol porque no tuvo la pelota. Aún así, el Barça cumplió su segunda semana de líder y pareciera que, salvo el Atlético, esta Liga no tiene con quien pelearla porque los otros equipos han venido en sube y baja futbolístico muy particular.
Mientras que el futuro del Real Madrid es la salida de Lopetegui, sea hoy, sea mañana o sea dentro de dos semanas. Me parece que incluso ha existido una complicidad con los futbolistas que ha hecho mucho daño. Casemiro después del partido hablaba de que el problema son los jugadores y no el entrenador. Y cuando hablo de complicidad, llego incluso a niveles que puedan rozar la alcahuetería con ciertos futbolistas. Y el futuro que tiene que plantearse el Madrid tiene que ver con esos figuras como Sergio Ramos que hace mucho tiempo no pasan por su mejor momento y que incluso, futbolísticamente, terminan haciéndole daño al equipo.
Lobo: Por parte del Barça, Valverde y el equipo ganan confianza y calma para seguir mejorando su planteamiento. Porque, a pesar de las primeras semanas tambaleantes, parece que el Txingurri ha encontrado un sistema que le funciona, incluida las variantes, en el que solo faltaría que se acoplara Messi cuando vuelva.
En el Madrid, lo que parece la inminente salida de Lopetegui dejará al equipo blanco en un momento de incertidumbre. Eso sí, más allá del vasco, el próximo entrenador y el equipo tendrán que resolver el tema del bajo nivel de muchos de los jugadores, quienes han puesto su grano de arena para la crisis merengue.
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