Por Susana Samhan (Efe) | Foto: Reuters
29/04/2016
Medio centenar de personas fallecieron el jueves por los bombardeos y el disparo de cohetes en Alepo, la mayor ciudad del norte de Siria, en un estallido de violencia que hace tambalear el frágil alto el fuego aceptado por las partes en febrero.
Al menos 31 civiles, entre ellos tres menores, perdieron la vida por ataques aéreos de aviones de guerra, de origen desconocido, en los barrios de Bustan al Qasr, Al Kalasa, Al Sukari, Qadi Askari, Al Marya y Al Harabla, en manos de grupos armados opositores, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Además, otras 22 personas, de las que dos eran niños, murieron por el impacto de proyectiles disparados por facciones islámicas contra áreas bajo el control del régimen, como Al Midan, Al Mashriqa, Ashrafie y la plaza de Saadalá al Yaburi, donde también hubo 53 heridos, indicó la ONG.
La agencia de noticias oficial siria, SANA, confirmó el fallecimiento de 22 civiles por el lanzamiento de cohetes por parte de «organizaciones terroristas» y los disparos de francotiradores en Alepo.
Una fuente de la Jefatura Policial en esta urbe precisó a la agencia que los atacantes abrieron fuego desde los distritos de Bustan al Qasr y Al Meridian.
Pese a los bombardeos y los disparos de artillería «apenas hay combates dentro de la población, tan sólo en zonas muy localizadas como en Yamiat al Zahrá», dijo a Efe por teléfono un portavoz de la administración opositora de la ciudad, Abu Zaer al Halabi.
Los ataques del jueves son una continuación del repunte de las hostilidades registrado en los últimos días en Alepo, donde, según el Observatorio, más de 200 civiles han perecido desde el pasado 22 de abril.
El miércoles por la noche, el hospital Al Quds, localizado en el barrio de Al Sukari, en el este de la localidad, fue blanco de un bombardeo, cuya autoría se desconoce.
Por el momento, la cifra de víctimas es aún confuso: El Observatorio ha señalado que hubo 27 muertos; mientras que Médicos Sin Fronteras (MSF), que ofrecía apoyo al centro sanitario, ha apuntado que hubo catorce fallecidos. Al Halabi elevó el número a cincuenta, de los cuales treinta han podido ser identificados, según su relato.
Entre los muertos en ese ataque figura el pediatra Mohamed Wasim Muaz, el único especialista de este tipo que había en las áreas bajo dominio rebelde en Alepo.
Al Halabi no descartó que la aviación de Rusia, aliada del Gobierno de Damasco, haya perpetrado este bombardeo. «Por lo que hemos visto anteriormente y la experiencia que tenemos, creemos que fueron aviones rusos pero no lo podemos confirmar al cien por cien», aventuró Al Halabi.
Rusia, sin embargo, negó que sus aviones de combate hayan sobrevolado en los últimos días la ciudad de Alepo. Por su parte, una fuente militar siria negó también en un comunicado cualquier implicación de la fuerza aérea nacional en el bombardeo al hospital y consideró que las acusaciones contra el ejército «no son más que un intento de encubrir los crímenes cometidos por los terroristas contra los civiles».
El distrito de Al Sukari está controlado por el Frente del Levante, una coalición armada de varias facciones opositoras como el Frente Islámico, el Ejército de los Muyadines y el Movimiento Nuredin al Zinki, entre otras.
Tras este ataque, todos los hospitales de los barrios en poder de los insurgentes dentro de Alepo están fuera de servicio y actualmente solo están operativos «de forma excepcional» algunos centros sanitarios improvisados en locales comerciales y viviendas para tratar los casos más graves, detalló Al Halabi.
Ante el deterioro de la situación, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió de que Alepo está al borde del desastre humanitario. En un comunicado, el organismo alertó de que la batalla en esta población supone un «grave riesgo» para millones de personas.
Desde Ginebra, la ONU ha avisado de que las próximas horas son clave para el futuro de los sirios que dependen de las ayudas.
«No puedo expresar con suficiente contundencia todo lo que está en juego en las próximas horas y en los próximos días. La vida de millones de personas está en peligro», afirmó el responsable del grupo de trabajo de la ONU para la asistencia humanitaria a Siria, Jan Egeland.
La pasada madrugada, el mediador de la ONU en las negociaciones sirias de paz, Staffan de Mistura, pidió a Rusia y Estados Unidos que unan esfuerzos para relanzar la tregua en Siria y salvarla «del colapso total».