Por Cambio16
El Gobierno iraquí ha denunciado que Nimrud, de 3.000 años de antigüedad, cayó en manos del Estado Islámico (EI) el miércoles y que este jueves miembros del grupo yihadista han usado maquinaria pesada para destruir las ruinas asirias de la ciudad.
Nimrud es un enclave arqueológico situado junto al río Tigris, fue una de las capitales del Imperio Asirio y es denominado en la Biblia como Kalakh.
El EI parece estar empeñado en borrar la historia milenaria de Irak con la destrucción de su patrimonio, como demuestran los dos ataques perpetrados en una semana en la provincia septentrional de Nínive, el último contra Nimrud y el pasado 26 de febrero contra el Museo de la Civilización de Mosul.
Aunque parte de los tesoros de esta ciudad de Nimrud se encuentran a salvo en el museo de Bagdad, el arqueólogo iraquí Ahmed al Yomaá recordó a Efe que durante el reinado de Asurnasirpal II (883-859 a.C.) se construyeron algunos de sus edificios más emblemáticos, como el palacio, que tiene una sala del trono, cuyas paredes están recubiertas con mármol azul.
Las puertas de ese palacio, junto a otro de Nimrud, estaban flanqueadas por gigantes estatuas de toros alados, también esculpidos en mármol azul.
«Nos ha alarmado la destrucción criminal perpetrada por las bandas del EI en Nimrud. No tienen misericordia ni con las rocas, lo que muestra el grado de brutalidad», dijo en declaraciones a Efe la presidenta del comité de Turismo y Antigüedades de Nínive, Balqis Taha.
Taha precisó que los combatientes del EI han destruido más del 50% de las ruinas asirias de Nimrud durante su ataque. Esta ciudad asiria, que data del siglo XIII a.C., contiene «tesoros arqueológicos de incalculable valor», señaló la responsable local, que expresó su especial preocupación por la suerte de las estatuas de los toros alados.
Por ello, instó a la comunidad internacional a «intervenir para salvar el patrimonio cultural de Mosul», de la que depende Nimrud, como también hizo el jueves el Gobierno de Bagdad, que pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
La condena internacional ante estas atrocidades de los yihadistas no se ha hecho esperar.
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, calificó lo sucedido de «crimen de guerra» y pidió la movilización de todos los implicados «para proteger este patrimonio».
«Este nuevo ataque contra el pueblo iraquí -continuó Bokova- es una prueba más de que la limpieza cultural de que es objeto Irak no se detiene ante nada ni ante nadie».
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